Brigitte Bardot: las principales películas que construyeron una leyenda

La actriz francesa falleció a los 91 años y dejó un legado cinematográfico que marcó una revolución cultural y femenina en la pantalla grande

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La actriz francesa Brigitte Bardot
La actriz francesa Brigitte Bardot es retratada en el set de la película "Don Juan 73" dirigida por Roger Vadim en Estocolmo el 4 de agosto de 1972. (Foto de TT NEWS AGENCY / AFP) / Suecia FUERA

Brigitte Bardot, una de las actrices más icónicas del cine europeo del siglo XX, murió a los 91 años, según informó la Fondation Brigitte Bardot a través de un comunicado oficial.

La organización, que lleva su nombre, expresó su “inmensa tristeza” al anunciar el fallecimiento de su fundadora y presidenta, a quien definió como una figura “de renombre mundial” que decidió abandonar una carrera cinematográfica en la cima para dedicar su vida al bienestar animal.

"Viva María!" (1965)
"Viva María!" (1965)

Su muerte reavivó el interés por una filmografía breve pero decisiva, que marcó un antes y un después en la representación femenina en la pantalla grande.

Hablar de Bardot es hablar de una revolución silenciosa que comenzó en los años 50 y se extendió mucho más allá del cine. Actriz, modelo y musa, encarnó como pocas el espíritu de una época atravesada por cambios profundos en las costumbres, la moral y los vínculos. Su imagen, asociada a la libertad y al deseo, desafió los mandatos tradicionales y convirtió cada una de sus películas en un reflejo de tensiones sociales que aún hoy resuenan.

El punto de quiebre fue “Y Dios creó a la mujer” (1956), dirigida por Roger Vadim, quien por entonces era su marido. Ambientada en Saint-Tropez, la película escandalizó a la crítica conservadora por su carga erótica y su retrato de una joven que vivía su sexualidad sin culpa ni sometimiento. Bardot, con apenas 22 años, se convirtió de la noche a la mañana en un ícono internacional. Su personaje, Juliette Hardy, no pedía permiso ni perdón: simplemente existía. Y eso, en pleno auge del cine clásico, resultó disruptivo.

Unos años más tarde llegó “El desprecio” (1963), de Jean-Luc Godard, una obra clave de la Nouvelle Vague. Allí, Bardot mostró una faceta distinta: más introspectiva, melancólica y contenida. Compartió pantalla con Michel Piccoli y Jack Palance en una historia que reflexiona sobre el amor, la incomunicación y el desgaste de las relaciones. Lejos del estereotipo de femme fatale, Godard la utilizó como un espejo de las contradicciones modernas, demostrando que su talento iba mucho más allá de su belleza.

"El desprecio" (1963)
"El desprecio" (1963)

Otro título fundamental es “Viva María!” (1965), donde formó una dupla explosiva con Jeanne Moreau. Bajo la dirección de Louis Malle, ambas interpretan a dos mujeres que se ven envueltas en una revolución latinoamericana ficticia. La película combina aventura, comedia y crítica política, y consolidó la imagen de Bardot como una mujer indomable, capaz de liderar y de reírse de los roles impuestos.

En “La verdad” (1960), dirigida por Henri-Georges Clouzot, la actriz ofreció una de sus interpretaciones más intensas. El film, centrado en el juicio de una joven acusada de asesinato, expone la hipocresía moral de la sociedad burguesa. Bardot encarna a una mujer juzgada no solo por un crimen, sino por su forma de vivir y amar. La película fue un éxito rotundo y confirmó su estatus de gran actriz dramática.

También merece mención “Historias extraordinarias” (1968), basada en relatos de Edgar Allan Poe, donde Bardot trabajó junto a Alain Delon en el episodio dirigido por Vadim. Fue uno de sus últimos trabajos antes de abandonar definitivamente el cine en 1973, cansada de la exposición mediática y del peso de una fama que nunca terminó de disfrutar.

Brigitte Bardot se retiró joven, en la cima de su popularidad, para dedicarse a la defensa de los derechos de los animales.

"La Verdad" (1960)
"La Verdad" (1960)

Con su muerte, la actriz deja mucho más que una serie de películas emblemáticas. Deja el legado de una mujer que se adelantó a su tiempo, que incomodó, provocó y transformó la manera de mirar a las protagonistas femeninas en el cine.