
México es una zona altamente sísmica, por lo que es indispensable saber cuáles son los protocolos a seguir ante un desastre natural de esta categoría. Según datos del Servicio Sismológico Nacional (SSN), en el país ocurren al menos cuatro sismos diarios con magnitud mayor a 3.
Es importante conocer cuáles son las acciones a desplegarse cuando hay un sismo en curso, así como después del mismo. Más importante aún que las niñas y niños sepan qué hacer en caso de un evento de este tipo, sobre todo cuando están fuera de casa.
Hay que recordarles a los niños cuáles son las medidas que se practican en los simulacros, ya que no puede evitarse ni anticiparse el momento en que se registrará un sismo.
¿Cómo hablarles a los niños sobre un temblor?
Antes de que ocurra un temblor se debe explicar a los más pequeños qué son los sismos con historias sencillas. Varios expertos en psicología y pedagogía infantil señalan que es mejor contar a las y los niños algunas historias sobre sismos incluso antes de que estos sucedan. Si bien, ningún padre, madre o docente lo hace con frecuencia (sobre todo porque nadie desea que ocurra un sismo), varios estudios comprueban que es mejor platicarlo antes que afrontarlo en el día a día.
Uno de los métodos sencillos para hablar de temblores con ellos es el siguiente: “Cuando las personas estamos quietas mucho tiempo, cuando nuestro cuerpo está en una sola posición por un periodo largo, ¿necesita estirarse y moverse, verdad? Bueno, a la tierra le pasa lo mismo. A veces, necesita sacudirse un poco o que le salgan ‘conejitos’ para sentirse mejor’”.
Por otro lado, si se trata de niños más grandes, se puede apelar a datos científicos que logren con información didáctica qué es lo que provoca los sismos, lo relacionado al choque de las placas tectónicas, los epicentros, la liberación de energía, por ejemplo.
Es importante hablar qué pasará con las emociones cuando ocurre un sismo. Hay que recalcar que los adultos también se asustan, a veces unos más que otros, y más porque los temblores ocurren de un momento a otro sin previo aviso. Se puede equiparar la emoción al susto que ocurre cuando se revienta un globo y suena fuerte y nos alarmamos de improviso. Es indispensable hablar del miedo, normalizarlo y saber que después pasará asó como el temblor.
De la mano con lo anterior, hay que manifestarles a los niños que cuando ocurran los sismos ellos no van a estar solos. Se pueden hacer simulacros con actividades en casa para hacerlos partícipes del plan de acción que se desplegará en casa, reconocer cuáles son los espacios seguros del lugar donde se encuentran y qué pueden hacer si están dentro del horario escolar.

¿Qué hacer ante un sismo en la escuela?
Es fundamental que las escuelas cuenten con un plan de gestión del riesgo y del plan de emergencia frente a sismos. Si se está a cargo de un grupo de alumnos hay que mantener el ordenada el aula, así como en los pasillos y tener siempre las puertas libres de obstáculos o muebles que eviten el paso de las personas.
Si eres el padre o tutor de un menor de edad, recuérdale que debe seguir en todo momento las indicaciones de las y los docentes.
No solo los maestros deben identificar las zonas de seguridad en el salón, los niños también deben estar involucrados y reconocer los lugares estratégicos en el aula, en el patio, y el resto de la escuela; así como las rutas de evacuación. Es importante hacerlos partícipes de los simulacros y recordar que cada salón debe tener lista la mochila de emergencia y el botiquín de primeros auxilios.
Si ocurre un sismo hay que recordar siempre mantener la calma, sin correr ni gritar. Abandona el aula en orden, siguiendo las instrucciones del encargado.

Si no puedes salir del salón, ubícate en las zonas de seguridad interna previamente identificadas, puede ser al lado de las columnas o cerca a la caja de un ascensor. Aleja a los niños y niñas de las ventanas, repisas o cualquier artefacto que pueda rodar o caer sobre alguna persona. Al salir no se deben desviar de las rutas de evacuación indicada.
¿Qué hacer después de un sismo?
Es necesario no retornar a los espacios cerrados hasta que se indique. Hay que recordar no tocar o acercarse cables eléctricos.
Si los niños están muy asustados despliega una actividad con ellos con la que puedan mantener la calma, así como hablar de lo ocurrido luego de ubicarte en un lugar seguro. Es importante ayudarlos a expresar lo que sienten y evita exponerlos a noticias trágicas, aunque tampoco se debe intentar ocultarles la magnitud de lo sucedido.
Hacer que los niños expresen sus emociones y brindarles apoyo, confort, así como validación de lo que sienten. Según expertos, es indispensable preguntarles cómo se sienten, y qué es lo que les preocupa.
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