
Al cierre de marzo, las empresas y familias argentinas tenían ahorrados USD 225.516 millones de dólares en depósitos bancarios, fuera del país o en el colchón. Es más de cinco veces las reservas del Banco Central, que en ese momento alcanzaban los USD 43.561 millones. De ese total, menos de 1 de cada 10 están depositados en bancos locales, un reflejo de la desconfianza de los ahorristas no sólo en el peso argentino sino también en la seguridad del sistema financiero.
Los datos surgen del informe Balanza de pagos, posición de inversión internacional y deuda externa que publicó el Indec esta semana. El reporte muestra que la posición de inversión extranjera de personas y empresas llega a USD 322.636 millones, casi USD 12.000 millones menos que en el último trimestre de 2019. Pero esta cifra incluye inversiones de cartera -en acciones, bonos y otros activos financieros en el exterior- e inversión directa; por ejemplo, establecimientos de multinacionales locales en otro país. La pérdida de valor de los activos financieros de todo el mundo por la caída de las bolsas como resultado de la pandemia podría explicar la baja.
Pero cuando se mira sólo el concepto “Otra Inversión”, que incluye tanto depósitos en bancos locales, como depósitos en el exterior y dólares atesorados en cajas de seguridad o en los propios hogares, las tenencias de los argentinos crecieron USD 1.849 millones en el primer trimestre de este año, a pesar de las trabas cambiarias, y USD 32.545 millones en comparación con el primer trimestre de 2019.
Lo interesante del dato que publica el Indec es que no se remite sólo al dinero declarado. Además de la parte registrada el organismo, en base a estimaciones, calcula también las tenencias en negro de familias y empresas.
Una parte de ese dinero está depositada en bancos argentinos. Al cierre del primer trimestre de este año los depósitos en dólares promediaban USD 18.256 millones (y por lo tanto se computan como parte de las reservas internacionales del Banco Central).
Todo el resto, el 92% del total, está guardado en forma de billetes físicos o en el exterior, fuera del sistema. Eran alrededor de USD 207.000 millones los que no se depositan en bancos, no se prestan y, por lo tanto, no impulsan a la economía local.
Si se toma el total de los ahorros en dólares de los argentinos suman el equivalente a 5,2 veces las reservas del Banco Central. Si se resta lo que está depositado en bancos, para no contarlo dos veces porque forman parte de esas reservas, alcanza 4,75 veces las reservas internacionales que la autoridad monetaria intenta cuidar por todas las vías.
“Esa es la famosa formación de activos externos, que el año pasado fue récord por las compras de dólares masivas del año pasado. Si bien en el primer trimestre del año tuvo un avance modesto por las restricciones cambiarias, no se detuvo”, dijo el economista Martín Polo.
Los saltos más grandes de las tenencias de dólares de los argentinos tuvieron lugar en el anteúltimo trimestre del año pasado, con USD 17.385 millones de aumento, y en los dos primeros trimestres de 2018, con otros USD 17.847 millones sumando los dos periodos. Las fechas coinciden con los períodos de grandes disparadas del dólar, explicado en parte por este aumento en la demanda de residentes argentinos que empujaron al alza al precio.
“Las causas son las promesas rotas de la economía argentina, un término que usaba en su momento Daniel Heymann. Explícitas con el plan Bonex o el corralito, implícitas porque no se remunera los ahorros con una tasa de interés que vaya por encima de la inflación”, dijo Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo.
Para tomar una comparación, la totalidad de los depósitos en pesos del sector privado que estaban en bancos al cierre del tercer trimestre alcanzaba -al tipo de cambio de ese momento- unos USD 50.278 millones. Y eso si se toma el tipo de cambio oficial: si se calcula al tipo de cambio paralelo contado con liquidación de ese entonces equivale a 6 veces el tamaño sistema financiero en moneda local.
“Eso no permite que la Argentina pueda generar un mercado de crédito en pesos que permita a las empresas tomar deuda en pesos, realizar inversiones y aumentar la productividad a mediano y largo plazo”, dijo Paolicchi. “Ese es el problema de que los argentinos tengan esas reservas fuera del sistema, sería más empleo y más actividad”, agregó.
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