Gustavo Grobocopatel: "Si la opción es Cristina, quiero que gane Macri"

El llamado "rey de la soja" sostuvo que hoy la opción al actual gobierno es el kirchnerismo, pero que si hubiese otras opciones, tendría "dudas". Afirmó que los empresarios necesitan estabilidad de largo plazo y saber que hay ciertas reglas que no van a cambiar. Avaló la fórmula Macri-Pichetto y destacó que "hay que ser duros con los valores básicos", pero también flexible de acuerdo a las circunstancias

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Gustavo Grobocopatel es uno de los empresarios más grandes de la Argentina. Preside el grupo agroindustrial Los Grobo, con su sede principal en Carlos Casares, y es uno de los principales productores de maíz y soja del país, con un modelo de negocios asociado a productores por más de 150.000 hectáreas.

Con el estilo descontracturado que lo caracteriza, propio del sector del que proviene, llegó a la redacción de Infobae con el entusiasmo de haber anunciado, hace casi un mes, una capitalización de la compañía de USD 100 millones, que serán destinados a un ambicioso plan de inversiones a cuatro años. Pero también con la incertidumbre que hoy predomina en la sociedad sobre el rumbo que la Argentina tomará a partir de octubre, tras las elecciones. "Si la opción es Cristina, quiero que gane Macri", enfatizó el empresario, confiado de que entre esas dos opciones, el actual Presidente es el que garantizará que el país "avance con las reformas que se necesitan".

El precio de la soja se recuperó producto de las lluvias en los Estados Unidos. ¿Lo deja tranquilo, tras un período de fuerte baja? 

– Pensando en el mediano y largo plazo, los precios de los commodities tienen una lógica; tienden al costo de producción. No pueden ir por debajo porque si lo hacen, que es lo que estaba sucediendo, se ajusta la oferta y los precios vuelven a recuperarse. Y los costos de producción tienden a subir, no a bajar, porque en productos donde la demanda crece, hay que ir a buscar más producción a zonas más marginales. En el corto plazo hay ajustes vinculados con la guerra entre los Estados Unidos y China. Ahora estamos asistiendo a un cambio en la estructura de la demanda, que era más de grano y ahora es más de carne hacia China. Es un tema que algunos consideramos que puede ser positivo para la Argentina porque nos puede ayudar a modificar la matriz productiva y exportadora.

¿Pero cree que es sostenible el actual precio de la oleaginosa o puede volver a caer?

– Hay un rango de precios de la soja y el maíz que se mantiene. El dilema grande de la Argentina, más que adivinar cuál va a ser el precio de la soja, es tratar de producir lo máximo posible y no sólo un monoproducto, sino tener diversidad en la oferta. Tendríamos que estar preocupados y ocupados en cómo diversificamos la matriz productiva y cómo aumentamos la productividad de tal manera de ver cómo producir más aún con baja de precios.

– ¿Qué hay que hacer para lograr ese objetivo?

– Hay que invertir en desarrollo, bajar los impuestos, mejorar la calidad del Estado, integrarse al mundo con tratados de libre comercio y al Mercosur con la convergencia macroeconómica que se está anunciando. Hay que bajar los costos de transacción que vienen por la burocracia y reducir los laborales porque aumenta la productividad del trabajo, sube la capacitación de la gente y entonces los talentos son más productivos.

Los Grobo anunció hace casi un mes una capitalización por USD 100 millones que serán destinados a un plan de inversiones a cuatro años
Los Grobo anunció hace casi un mes una capitalización por USD 100 millones que serán destinados a un plan de inversiones a cuatro años

– ¿Hoy el sector es competitivo?

– El sector es competitivo. En realidad, resiste todo el viento en contra que hay, pero no logra poner en marcha todo el potencial que tiene.  Si tuviésemos un país mejor integrado al mundo, con un Estado de mejor calidad, con menos impuestos y más inversión en investigación y desarrollo, la Argentina no sólo estaría exportando soja, subproductos o maíz, sino otro tipo de productos un poco más sofisticados y con una cadena de valor mucho más larga. Hay algo que no estamos viendo, que es lo que nos perdemos de hacer.

La cuestión económica creo que no está a la altura  de nuestras expectativas, y creo que las de nadie, ni siquiera del propio gobierno

– ¿Qué sintió cuando este Gobierno, que coincide con todo lo que usted menciona, volvió a poner retenciones a las exportaciones con el fin de lograr un equilibrio de las cuentas públicas?

– Uno lo que siente es que está en un problema que no puede salir. Porque se entiende que había que aumentar la recaudación por los motivos que sean. También en el Gobierno anterior había que aumentar los ingresos por otros motivos. Y así sucesivamente. Lo que vamos viendo a lo largo de las décadas es que estamos postergando la creación de progreso, y eso a su vez tiene una consecuencia,  que es el aumento de la pobreza.

– ¿Lo consulta el Gobierno?

– Hay una buena relación, no sólo conmigo sino en general con el sector, pero no con la intensidad que uno prefiere. Me hubiese gustado poder tener algún tipo de interlocución más amplia de la que hubo. Cuando uno entra al Estado, sucede que hay una serie de urgencias que hacen que se pierda el contacto con la realidad o con los jugadores.

Grobocopatel aseguró que le hubiera gustado tener una mayor interlocución con el Gobierno
Grobocopatel aseguró que le hubiera gustado tener una mayor interlocución con el Gobierno

– ¿Cómo evalúa la gestión de Macri?

Creo que en general hay muchas cosas positivas y algunas otras negativas, o que no estuvieron a la altura de nuestras expectativas; el tema económico, sin duda. Pero hay otras que sí. Uno ve un dinámica en la obra pública que no había antes; un funcionamiento del sistema más republicano y de las instituciones. Creo que todo este tema de la apertura al mundo ha sido positivo. Todavía nos vemos los resultados, pero en algún momento eso va a empezar a rendir sus frutos. La cuestión económica creo que no está a la altura  de nuestras expectativas, y creo que las de nadie, ni siquiera del propio gobierno. Hay tres razones: la herencia, el marco internacional y las fallas propias de la gestión.

– ¿Tres factores que pesan de igual modo para usted?

– Cada uno puede tener una lectura  diferente y hacerlos pesar de diferente modo. Para mi, el cambio de contexto internacional es más relevante de lo que se dice públicamente.  Esta misma estructura, si hubiese un contexto internacional donde los flujos de capital hubieran venido a la Argentina, no habria sido tan complicada como lo fue.

– ¿Qué piensa de la fórmula Macri-Pichetto?  ¿Da cuenta de que la Argentina necesita siempre del peronismo?

– Creo que va más allá del peronismo. Yo no segmento de esa manera. Me parece que lo que viene, más allá del gobierno que sea, va a requerir una serie de reformas y transformaciones de fondo. Y me parece que en eso hay consenso, que tiene que haber una reforma del Estado, impositiva, jubilatoria, educativa y del trabajo. Pero para hacer esa serie de reformas se necesita un amplio consenso, donde no es suficiente tener la coalición que gane sino que va a haber que hacer un esfuerzo colectivo más grande. Lo veo positivo como una cuestión más del día después de las elecciones.

El “rey de la soja” sostuvo que el productor no va a dejar de sembrar, aún con la incertidumbre
El “rey de la soja” sostuvo que el productor no va a dejar de sembrar, aún con la incertidumbre

– ¿Por el rol que tendría en el Senado?

– Por eso, y porque es un mensaje de apertura mayor.

– ¿Aunque vaya en contra del purismo que Macri planteó durante gran parte de la gestión?

– Sí. Yo en mi empresa cambio la estrategia varias veces por año. Había un experto en Harvard que decía que la palabra no es estrategia sino estrategiar, o sea, es un proceso permanente de repensar las cosas. Hay que ser duros con algunos valores básicos, pero también tener flexibilidad como para cambiar lo que se piensa de acuerdo a cómo son las circunstancias.

Los empresarios necesitamos estabilidad de largo plazo, entender que va a haber instituciones y formas de hacer las cosas que no van a cambiar, para darle estabilidad y menos volatilidad a la situación económica

– El pragmatismo te parece lo adecuado.

– Hay gente que es pragmática y cambia pero está cambiando sus valores, cosas muy básicas. Eso no me parece bien. Pero hay otras cosas que sí son más entendibles.

– ¿Quiere que gane Macri?

– Si la opción es Cristina, sí. De todas formas, me parece que en una democracia estable y consolidada, es bueno que haya opciones. Me parece que en esta situación, los empresarios necesitamos estabilidad de largo plazo, entender que va a haber instituciones que no van a cambiar y formas de hacer las cosas que no van a cambiar para darle estabilidad y menos volatilidad a la situación económica. Como empresario, cuando tomamos decisiones de inversión, las tomamos en contextos  que ya son riesgosos de por sí. Necesitamos que el contexto nos ayude a disminuir esas volatilidades. Si nosotros hoy tenemos dudas sobre si vamos a ser capitalistas o no, si vamos a tener una justicia dentro del sistema republicano o no, eso genera una incertidumbre  que es mala para la toma de decisiones.

– ¿No cree en la moderación planteada por el espacio K que tiene como candidato presidencial a Alberto Fernández?

– No, no es un tema de creer o no creer. Estuvieron 12 años en el poder;  tuvieron tiempo de entregar las cosas mejor. Entonces me parece que frente a la opción de volver a 12 años que ya pasaron y darle 4  años más a este gobierno, soy partidario de darle cuatro años más a este gobierno. Además, se viene un proceso importante en la Argentina de una serie de reformas, y tenemos que ver en quién confiamos más para hacer esos cambios. Yo, entre esas dos opciones, confío más en que las reformas sean hechas por un gobierno como el de Macri.

El empresario agropecuario se mostró confiado en que, si es reelegido, Macri hará las reformas pendientes (Crédito: Santiago Saferstein)
El empresario agropecuario se mostró confiado en que, si es reelegido, Macri hará las reformas pendientes (Crédito: Santiago Saferstein)

– ¿Y qué le garantiza a Macri que en estos cuatro años va a poder hacer las reformas que ya intentó y no pudo? 

– Intentó hacer las cosas de una manera que no funcionaron. Confío en lo que dice el Gobierno, que aprendió de eso y que van a hacerse los ajustes y las reformas que sean necesarias. La realidad es que la opción es el kirchnerismo. Si hubiese otras opciones, podría tener dudas.

– Esta campaña agrícola ya esta jugada y hay plena coincidencia en que será muy buena. Pero pensando en la próxima, ¿cómo hace un productor para apostar al 2020, si tiene que sembrar con este gobierno y cosechar con el próximo sin saber quién el futuro presidente?

– Creo que el productor no tiene muchas opciones. Va a sembrar lo mejor posible con la mejor tecnología posible. Si hubiese más certidumbre, quizá se tomarían decisiones de más largo plazo. Pero van a hacerse cosas mínimas para pasar de un año a otro hasta tener mayores certezas. El productor no va a dejar de sembrar. El punto es lo que deja de hacer.

La realidad es que la opción es el kirchnerismo. Si hubiese otras opciones, podría tener dudas

– ¿Confía en que el gobierno eliminará las retenciones en diciembre del 2020?

-Es una cuestión de fe. Creo que una de las reformas que hay que hacer es la impositiva. No es una discusión de qué cantidad de impuestos pagar sino cómo se pagan, y las retenciones son un desastre. No ha generado ningún tipo de beneficios para nadie. La Argentina es como un gran laboratorio. Ponemos a prueba cosas que en otro lugar del mundo no se atreven a pensarlas. Las retenciones bajaron productividad, bajaron el uso de la tecnología, no solucionaron el problema de la mesa de los argentinos, sino que la complicaron. Hay que cambiarlas por otros impuestos o sacarlas.

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