La subasta de la colección de Bing Crosby arrasó en Nueva York con ventas millonarias

La impresionante variedad de arte y recuerdos personales superó todas las expectativas, marcando un récord en Sotheby’s y reavivando el legado de los Crosby entre coleccionistas y amantes del espectáculo

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David Bowie y Bing Crosby
David Bowie y Bing Crosby

La colección privada de objetos artísticos y memorabilia de Kathryn y Bing Crosby alcanzó los USD 6,7 millones en una subasta de Sotheby’s celebrada el 18 de diciembre, superando las expectativas previas y coronando la temporada inaugural de la casa de subastas en el Breuer Building del Upper East Side de Manhattan.

Este evento, cuidadosamente programado para coincidir con la época festiva asociada a los Crosby, evidenció el peso de su legado tanto cultural como personal, lo que se reflejó en el alto interés de los coleccionistas y en el rendimiento financiero de la subasta, que finalizó con dos tercios de los lotes vendidos por encima de sus estimaciones más optimistas. Un día antes, Sotheby’s había anunciado ventas anuales por USD 7 mil millones, un aumento del 17 % respecto al año anterior.

Uno de los lotes que mayor protagonismo obtuvo corresponde a la recta final de la colección: la predilección de los Crosby por los objetos de origen ruso se hizo evidente con la venta de casi cincuenta piezas de Fabergé que generaron USD 2 millones en ingresos. Destacaron tres lotes de joyería en diamantes y plata vinculados a Catalina la Grande, vendidos por más de USD 400.000, superando en más de ocho veces sus estimaciones máximas.

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Según la Inteligencia Artificial, la canción más popular de toda la historia es White Christmas, de Bing Crosby (Captura de pantalla YouTube/@bingcrosbyofficial)

Un reloj Patek Philippe sobresalió al alcanzar USD 150.000, sumando USD 125.000 por encima de su expectativa inicial más alta. Entre las piezas destacadas de Fabergé, un marco de fotos esmaltado y perlas encontró comprador por USD 68.850, una lujosa caja de pastillas lila recaudó USD 152.400, y un majestuoso león de cuarzo junto a un ratón de zafiro, ambos de inicios del siglo XX, se vendieron en conjunto por más de USD 650.000.

El arte de gran formato también captó la atención, con On the Moors (1914), pintura emblemática de Alfred James Munnings que muestra a cazadores montados con sus beagles, adjudicada por USD 1,2 millones, cifra que la posicionó como el lote líder de la subasta, según datos de Artnet News.

Esta obra resume la afinidad de Bing Crosby por los caballos y la vida al aire libre, pasión que cultivó desde la década de 1950 en sus ranchos. Otras dos pinturas del estadounidense Charles Marion Russell, dedicadas a los paisajes del Oeste estadounidense, alcanzaron casi USD 1 millón. Una obra de Pierre-Auguste Renoir, titulada Paysage d’après Corot (1898), halló comprador por USD 317.500, mientras que un paisaje de Corot se vendió en USD 101.600.

Alfred James Munnings, En los
Alfred James Munnings, En los páramos, 1914. cortesía de Sotheby's.

El componente biográfico de la subasta no pasó inadvertido. No solo se dispersaron piezas de mobiliario y arte, sino también recuerdos de la etapa dorada de la pareja en Hollywood, como el emblemático piano inglés estilo Sheraton, utilizado por los Crosby en su residencia cerca de San Francisco tras aparecer en High Society, que fue rematado en USD 95.250.

Entre los objetos relacionados con Bing Crosby como figura del espectáculo, se incluyó el casco colonial utilizado en Road to Zanzibar (1941), que llegó a USD 5.334, así como rollos de películas de títulos como Holiday Inn (1942) y Robin and the Seven Hoods (1964), los cuales sumaron más de USD 20.000.

La moda y el estilo personal de Kathryn Crosby se hicieron presentes con la venta de su abrigo largo color marfil, con cuello de zorro, diseñado por Jean Louis y vestido durante el especial navideño Bing Crosby Christmas Show de 1966; esta pieza se adjudicó por USD 1.534, casi el doble de su estimación más alta.

La vida de los Crosby fue un referente de la Edad de Oro del entretenimiento estadounidense, y la subasta fue presentada por Sotheby’s como una “mirada íntima a la vida, los amores y el legado de dos leyendas de Hollywood”.

El piano de cola estilo
El piano de cola estilo Sheraton que se encontraba en la casa de los Crosby, a las afueras de San Francisco. cortesía de Sotheby's

Los orígenes de la relación entre Kathryn y Bing Crosby también fueron recordados: ambos se conocieron en 1953 en los estudios Paramount. Kathryn, de veinte años, había llegado de Texas tras firmar un contrato con el estudio y continuaba escribiendo la columna “A Texas Gal in Hollywood” para periódicos de su estado natal. Una entrevista pactada con Bing dio inicio a su relación, que finalmente se convirtió en matrimonio en 1957.

Durante su vida en común, la pareja reunió la mayoría de los objetos subastados, especialmente en su mansión estilo normando al norte de San Francisco, adonde se mudaron en la década del sesenta cuando Bing comenzó a retirarse parcialmente del espectáculo.

La vinculación de los Crosby con el lejano Oeste se encuentra representada en varias piezas: pinturas de Russell y Herman Wendelborg Hansen celebran la iconografía del Oeste estadounidense, complementadas con obras por encargo a Reynolds Jones, como un retrato de Bing montando a caballo en el rancho familiar, que se adjudicó por USD 2.794.

Reynolds Jones, Bing Crosby (1956).
Reynolds Jones, Bing Crosby (1956). cortesía de Sotheby’s.

Esta afición se vincula tanto con la faceta pública de Bing, quien interpretó a Jeff Larabee en Rhythm on the Range (1936), como con la experiencia personal de Kathryn, coronada Reina del Rodeo de Houston en su juventud.

Helen Culver-Smith, responsable global de artes decorativas de Sotheby’s, declaró: “La subasta de hoy capturó la magia de Hollywood y las fiestas, celebrando el legado perdurable de Kathryn y Bing Crosby. Desde el arte fino hasta Fabergé, la venta evidenció la demanda por colecciones emblemáticas. El evento unió el gusto experto y la narrativa para revelar obras que permanecieron en la colección privada de los Crosby durante décadas”.

Harry Crosby, uno de los hijos del matrimonio, anticipó el tono familiar de la colección al afirmar en un comunicado previo: “Queríamos extender el legado de nuestros padres. No eran solo nuestros padres; impactaron al mundo de maneras únicas, y a través de esta colección, podemos compartir aquello que los inspiraba y conmovía”.