La decisión que le salvó la vida a Nicolás Ochoa, sobreviviente del fatal accidente de bus en Antioquia: “Lo que hice fue cerrar los ojos”

La comunidad educativa del Liceo Antioqueño enfrenta el dolor por el accidente que costó la vida a 16 egresados y un conductor, mientras los sobrevivientes intentan recuperarse física y emocionalmente

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El accidente de bus turístico
El accidente de bus turístico en Antioquia deja 17 fallecidos y 19 heridos, la mayoría estudiantes del Liceo Antioqueño de Bello - crédito composición fotográfica

Dos días después del fatídico siniestro vial en la vía entre Segovia y Remedios, en Antioquia, dejó un saldo de 17 personas muertas, entre ellas 16 recién egresados del Liceo Antioqueño de Bello, se siguen conociendo las historias de quienes, por astusia o destino, lograron salir con vida.

Entre la penumbra del dolor y la tragedia, Nicolás Ochoa Vahos emergió de los escombros del accidente en Antioquia como uno de los veinte sobrevivientes que lograron escapar de la muerte en el abismo.

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La madrugada de la catástrofe marcó su vida, cuando, tras una excursión escolar que parecía un premio por años de esfuerzo, terminó pidiendo auxilio cubierto de sangre y con el cuerpo paralizado por el peso de troncos que le impedían moverse.

Después del impacto los abrí y me di cuenta que de milagro estaba vivo, pero tenía encima de mí tres palos grandes que me impedían moverme. Sentía la sangre que me corría por la cara, miré mi camiseta y estaba roja, y del dolor y la adrenalina me quedé quieto”, señaló el recien graduado en declaraciones recogidas por El Colombiano.

Las imágenes previas a la tragedia muestran a los jóvenes disfrutando su fiesta de cierre de año en Tolú, rodeados de música y alegría - crédito X

El regreso a Medellín, tras culminar la celebración de grados en Tolú, se transformó para 37 pasajeros en una travesía fatal cuando el vehículo rodó 40 metros al fondo de un abismo, según el relato de Nicolás.

El saldo incluyó 16 estudiantes y uno de los conductores fallecidos. De los afectados, quince jóvenes continúan hospitalizados. En paralelo, la comunidad escolar del Liceo Antioqueño rindió homenaje en una emotiva velatón, mientras las familias esperan la realización de funerales colectivos.

Ochoa Vahos, que recién cumplió 18 años en octubre pasado, asegura que “volvió a nacer” luego del siniestro.

Con serenidad, describió cómo meses antes una empresa acercó a los futuros egresados un paquete turístico que les permitió cubrir el pago del viaje durante todo un año.

Una empresa fue a presentarnos todo el paquete de viaje cuando empezamos décimo, y nos dijeron que mes a mes se podía ir pagando. Eso incluía varias fiestas, una ese mismo año, y este año otras tres: una a mediados, otra que se hizo el 5 de diciembre, y ya la excursión como tal hacia la que salimos en la noche del 10 de diciembre”, explicó Nicolás, detallando cómo la ilusión del paseo de fin de ciclo escolar fue creciendo entre sus compañeros.

El vehículo cayó a un abismo de unos 80 metros, dejando un saldo inicial de 16 personas muertas - crédito X

Al llegar al Hotel Loa, ubicado entre Tolú y Coveñas, los estudiantes disfrutaron intensamente de tres días de festividad junto a egresados de otras instituciones de Bello.

Todo se tiñó de horror en el viaje de regreso, programado para la tarde del 13 de diciembre. La salida se postergó casi una hora por supuestos problemas mecánicos, relata Nicolás, que incluía un daño en la batería del bus.

La última noche juntos transcurría entre festejos y deportes: Mateo Castaño, gran amigo de Ochoa y una de las víctimas, compartió con él el inicio del trayecto final hasta que eligió sentarse en la parte trasera del bus para reunirse con otros compañeros. Nicolás considera que esa decisión, quedarse adelante, le salvó la vida.

Los estudiantes descendieron del bus a medianoche para comprar comida antes de continuar su ruta. Según Ochoa Vahos, otros dos buses con grupos de diferentes colegios completaban la caravana hacia Medellín.

Nicolás percibió poco antes de la tragedia que el conductor incrementó peligrosamente la velocidad.

Llegadas las 2:00 a.m. sentí que el conductor iba rápido, tanto que al ir al baño se tuvo que sostener muy fuerte de los asientos para no caerse”, señaló el estudiante a El Colombiano. Poco después de regresar a su asiento, se produjo el desplome.

La joven se habría grabado con su padre el día de su graduación - crédito X

El impacto dejó a Nicolás fuera del bus, en una posición superior a la del vehículo, prisionero bajo troncos de gran tamaño, mientras los gritos de sus compañeros se confundían con las luces que intentaban pedir ayuda.

Logró liberarse y, aún sangrando y lesionado, ascendió por la pendiente, valiéndose de un tubo de desagüe, tras ver cómo dos compañeros que resultaron ilesos treparon primero hasta la carretera para buscar auxilio.

Yo le pedía a Dios y a mi papá que no me dejaran morir. A él lo mataron hace cuatro años, y desde entonces siento que él me ha ayudado con muchas cosas a pesar de ya no estar aquí presente”, compartió.

En palabras de Nicolás, la espera por ayuda se hizo interminable, mientras observaba cómo algunos conductores pasaban sin detenerse.

El auxilio médico llegó cercano a las 5 de la mañana. Tras ser trasladado al Hospital de Remedios, Ochoa Vahos recibió las primeras atenciones, incluidas suturas en la cabeza y el brazo derecho.

Allí la noticia de la magnitud de la tragedia se fue confirmando a medida que llegaban reportes de las muertes ocurridas entre sus amigos más cercanos: “De siete que íbamos de mi salón, solo nos salvamos dos, Ximena y yo. Murieron Laura, Mafe, Mariana, Paulina y Mateo”, indicó.

Las horas de incertidumbre afectaron de manera especial a las familias. Leidy Tatiana Vahos, madre de Nicolás, relató que la comunicación entre padres y la empresa organizadora se interrumpió, lo que generó angustia y temor.

A todos los papás nos metieron en un grupo de WhatsApp donde nos iban informando todo, pero llegó un momento de la madrugada en el que perdimos toda comunicación. Pasaron una, dos y hasta tres horas y yo me imaginaba lo peor”, comentó la familiar según recogió El Colombiano.

Tras ser estabilizado en Remedios, el joven fue trasladado al Hospital Pablo Tobón Uribe y dado de alta esa misma noche, sin haber sufrido fracturas, pese a la violencia del accidente. Su madre, entre la gratitud y el dolor, califica lo ocurrido como una segunda oportunidad para su hijo, dado el desenlace fatal para tantos otros padres.

Aunque herido física y emocionalmente, Nicolás ya proyecta retomar su vida y planea iniciar estudios en Mercadeo el próximo semestre. Acepta que cumplir sus metas será una forma de honrar la vida recibida y llevar consigo la memoria de quienes no tuvieron la misma suerte.