Petro se pronunció por polémica declaración de emergencia por fiebre amarilla: “El problema no son los casos autóctonos de fiebre amarilla en Bogotá”

El mandatario explicó que hay posibilidades de que “el mosquito” se adapte a climas fríos, o que conquiste nuevas zonas de temperatura templada

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El mandatario se refirió a
El mandatario se refirió a los posibles casos autóctonos de fiebre amarilla que puedan presentarse en Bogotá - crédito Presidencia/EFE

El Ministerio de Salud de Colombia confirmó un brote de fiebre amarilla en el país, que ha dejado un saldo de 34 fallecidos y 74 casos registrados en el territorio nacional.

La situación, de hecho, ha llevado al Gobierno a declarar una emergencia sanitaria y económico, de acuerdo con un comunicado oficial que se emitió el miércoles 16 de abril de 2025. La enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, ha comenzado a extenderse a regiones que anteriormente no eran consideradas de alto riesgo, y por eso se han encendido las alarmas en las autoridades sanitarias.

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De hecho, según el presidente Gustavo Petro, el brote está vinculado a los efectos de la crisis climática, que ha permitido que el mosquito transmisor alcance zonas más altas y urbanas, como la capital, Bogotá.

“El calor en aumento de la atmósfera ahora hace que el mosquito suba las montañas, pase los páramos y puede penetrar en las ciudades”, expresó Petro a través de la plataforma X el martes 15 de abril de 2025, un día antes de que se oficializara la emergencia sanitaria. Además, el mandatario adelantó que se está considerando declarar una emergencia económica para enfrentar la situación.

El mandatario afirmó que los
El mandatario afirmó que los mosquitos pueden adaptarse a nuevos climas - crédito @petrogustavo/X

Ante esto, de acuerdo con el análisis de la experta Zulma Cucunubá —directora del Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana—consultada por el El Tiempo, hay pocas probabilidades de que en ciudades como Bogotá se presenten casos autóctonos, es decir, que se generen por picaduras de mosquitos propios de la capital.

Ante esta postura, el mandatario escribió un mensaje para reforzar su propia tesis, y explicó que el problema no es que haya casos “autóctonos” de Bogotá.

Así escribió el jefe de Estado: “El problema no son los casos autóctonos de fiebre amarilla en Bogotá, el primer problema es el contacto con el mosquito en nuevas zonas ya afectadas de carácter templado, pero en pleno proceso de calentamiento. En segundo lugar, que el mosquito traído pueda adaptarse a zonas más frías, también en proceso de calentamiento, hoy ya está en zonas antes templadas”.

Entonces agregó que, en un balance, se tiene que: “entre 2024 y hasta la fecha en el 2025 se han confirmado 75 casos, 34 defunciones, con una letalidad acumulada del 45,3% (34/75). Para el año 2024 se presentaron 23 casos con 13 fallecimientos desde enero de 2025 a la fecha, se han confirmado 52 casos de los cuales 21 fallecieron (preliminar). Los casos están distribuidos en nueve (9) departamentos: Tolima (Ataco: 9 casos, Cunday: 15 casos, Chaparral: 1, Dolores: 2 casos, Palocabildo: 1 caso, Prado: 13 casos, Purificación: 5 casos, Villarrica: 13 casos, Putumayo (Orito: 3 casos, San Miguel: 1 caso, Valle del Guamuez: 1 caso y Villagarzón: 2 casos), Caquetá (Cartagena del Chaira: 1 caso y El Doncello: 1 caso), Nariño (Ipiales: 2 casos), Vaupés (Mitú: 1 caso), Caldas (Neira: 1 caso), Cauca (Piamonte: 1 caso), Huila (Campoalegre: 1 caso) y Meta (Granada: 1 caso). Las defunciones se han presentado en 8 departamentos: Tolima (23), Putumayo (5), Caquetá (1), Nariño (1), Caldas (1), Cauca (1), Huila (1) y Meta (1)”.

El presidente solicitó que en
El presidente solicitó que en dos meses los colombianos estén vacunados contra la fiebre amarilla - crédito Fernando Vergara/AP Foto

El concepto científico sobre casos autóctonos en Bogotá

Zulma Cucunubá explicó en su cuenta de X que existen dos ciclos principales de fiebre amarilla: el urbano y el selvático. Según señaló, en Colombia el brote actual corresponde al ciclo selvático, en el que el virus circula entre mosquitos del género Haemagogus y Sabethes y primates no humanos. “Estos mosquitos en Colombia se han encontrado en alturas <2.300 msnm”, precisó.

En contraste, el ciclo urbano involucra al mosquito Aedes aegypti, vector también del dengue y el Zika, que está ampliamente distribuido en áreas urbanas del país, especialmente en zonas de hasta 2.200 metros sobre el nivel del mar. Según Luis Jorge Hernández Flórez, médico salubrista y profesor de la Universidad de los Andes, citado por el medio “si bien es posible que la fiebre amarilla llegue a zonas urbanas, en Colombia este tipo de casos de transmisión no se han reportado desde 1929″.

Guillermo Alfonso Jaramillo, ministro de
Guillermo Alfonso Jaramillo, ministro de Salud fue el primero en pronunciarse sobre la fiebre amarilla - crédito Andrea Puentes/Presidencia

De acuerdo con el último boletín del Instituto Nacional de Salud (INS), correspondiente a la semana epidemiológica 15 (del 6 al 12 de abril), los casos se concentran en veredas de áreas rurales dispersas, lo que confirma su origen selvático, como publicó el medio.

Sin embargo, Hernández advirtió que la introducción del virus en entornos urbanos puede darse “si una persona infectada en una zona rural o selvática (donde el virus circula entre primates y mosquitos) viaja a una ciudad y es picada por un mosquito Aedes aegypti, que luego infecta a otros humanos”.

El brote actual ha encendido las alarmas, ya que los casos humanos han llegado a zonas de cordillera, con epicentro en el departamento del Tolima. “La fiebre amarilla, históricamente limitada a zonas selváticas, está apareciendo en regiones templadas (Tolima, Caldas), posiblemente por el aumento de temperaturas debido al cambio climático. Esto es inusual y preocupante”, indicó Hernández.

Cucunubá identifica tres factores que podrían explicar esta expansión: cambios en el rango de reproducción de los mosquitos por variaciones de temperatura, la expansión de la frontera agrícola y la movilidad de personas, que facilita la propagación del virus.