El auge de las baterías impulsa la búsqueda para resucitar las minas de cobalto de Chile de la Segunda Guerra Mundial

Por Laura Millan Lombrana (Bloomberg)

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Vista general de Freirina (Chile) donde la actividad minera del cobalto podría dar un impulso por el incremento de uso de baterías (Bloomberg/Cristobal Olivares)
Vista general de Freirina (Chile) donde la actividad minera del cobalto podría dar un impulso por el incremento de uso de baterías (Bloomberg/Cristobal Olivares)

El gran afloramiento rocoso conocido por los lugareños como La Cobaltera ofrece una visión del pasado minero del norte de Chile y un indicio de su futuro.

La escoria de un antiguo horno se amontona en la entrada de un pozo que no ha tenido actividad comercial desde la Segunda Guerra Mundial. En el interior, los postes de eucalipto todavía soportan túneles angostos, colocados allí por ingenieros alemanes como una especie de sistema de alarma: cuando crujían era señal de que el túnel podría colapsar.

Ahora la búsqueda mundial de cobalto, un producto clave en la revolución de los vehículos eléctricos, está despertando a la adormilada comunidad al borde del desierto del norte de Chile. Los camiones están rebotando por el serpenteante camino de tierra de Freirina, transportando equipos modernos de minería a La Cobaltera. Recientemente, los trabajadores operaron una máquina de perforación que sacudió el suelo mientras cavaban a profundidades de hasta 90 metros para obtener muestras de minerales. Cuando se sacó un núcleo de perforación, los trabajadores vitorearon la aparición de una columna de roca compacta de cobre y cobalto.

Chile, conocido por sus enormes depósitos de cobre, se une a la búsqueda de cobalto en medio de la creciente demanda de un metal que se extrae principalmente en la políticamente arriesgada República Democrática del Congo. El cobalto había sido un producto utilizado en motores a reacción y turbinas de gas. Ahora está entrando en la corriente principal debido a las propiedades que evitan el sobrecalentamiento de las baterías recargables.

"Hace un año ni siquiera había oído hablar de cobalto en Chile", comenta Ignacio Moreno, gerente general de Chilean Cobalt Corp., que espera convertir el sitio en una mina en funcionamiento. "Ahora han pasado cinco meses de perforación en lugares donde solía haber minas de cobalto y los hallazgos parecen muy prometedores".

El renovado interés en La Cobaltera comenzó a surgir el año pasado después de que las autoridades chilenas descubrieran muestras enterradas durante mucho tiempo en los archivos de la agencia geológica nacional. Mostraron que más de 7 millones de toneladas de mineral de cobalto se extrajeron en el país entre 1844 y 1941. El mineral fue extraído principalmente por inmigrantes alemanes, que lo enviaron a Europa supuestamente para fabricar equipo militar.

Las noticias sobre la presencia de cobalto alrededor de Freirina propició una avalancha de compañías extranjeras e intermediarios chilenos que buscaban comprar derechos mineros de la población local en las cercanías, según cuenta Mario Robles, miembro de la asociación minera local. Al principio desconocían el valor del cobalto en una región conocida básicamente por la minería del cobre y el oro, y algunos residentes vendieron derechos en tierras que consideraban estériles por menos de la mitad de lo que valía.

Si bien los precios del cobalto han retrocedido en 2018, los fabricantes de autos como Tesla intentan reducir la cantidad de metal que usan, pero aún duplican los niveles de hace dos años. La demanda se mantendrá fuerte durante los próximos cinco a diez años, según George Heppel, analista de cobalto de CRU Group.

Fundada en Santiago en enero, Chilean Cobalt es la primera compañía en más de 70 años en explorar el mineral en el país. Una subsidiaria de Genlith, una firma de gestión de inversiones con sede en Filadelfia enfocada en energía limpia y materiales estratégicos, firmó un acuerdo con la familia Callejas Molina, los mayores propietarios de tierras en el área. Su intención es producir cobalto lo antes posible.

"Nos estamos enfocando en el área histórica, donde sabemos que el cobalto se extrajo en el pasado y vamos a aumentar nuestros recursos a partir de ahí", dijo Moreno. "Hasta ahora, la hipótesis de los geólogos está siendo confirmada: hemos encontrado vetas de minerales que son largas y profundas".

Los primeros resultados sugieren que La Cobaltera podría convertirse en una operación de pequeña a mediana magnitud, produciendo pequeñas cantidades de mineral de alta calidad, según dijo Moreno. Instalarlo probablemente requeriría una inversión de USD 80 a USD 100 millones.

Guido Narria, de 73 años, nació en Freirina y creció en un campamento minero cercano. Su padre había ayudado a un camionero y Narria recuerda las historias de los ingenieros alemanes que administraron la operación. Cuando la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin, los alemanes desaparecieron, dejando atrás la polvorienta planta de flotación minera donde Narria y sus amigos solían jugar de niños, así como casas llenas de productos alemanes importados que los lugareños llevaban a sus hogares.

Mientras Narria recuerda historias de abuelos sobre cuán difícil era la minería hace décadas, cuando la gente trabajaba "casi con sus propias manos", él sigue siendo optimista para el futuro. "Saber que están buscando cobalto nuevamente es una gran noticia", dice. "Me encantaría ver a mis nietos trabajando en una operación moderna".