Tu cuerpo alberga 380 billones de virus todo el tiempo

Por David Pride, y Chandrabli Ghose; traducido por Laura Castro

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¿Tienes virus en la piel? Sí. ¿Tienes virus en los pulmones? Sí. ¿Tienes virus en la orina? Sí.

Estados Unidos – Si crees que no tienes virus, piénsalo de nuevo. Puede ser difícil de comprender, pero el cuerpo humano está habitado por grandes números de microorganismos, comúnmente conocidos como nuestro microbioma, que han evolucionado junto con nosotros desde nuestros primeros días. Los científicos recientemente han comenzado a cuantificar el microbioma humano y descubrieron que está habitado por al menos 38 billones de bacterias. Lo más intrigante, quizás, es que las bacterias no son los microbios más abundantes que viven dentro y sobre nuestros cuerpos. Ese privilegio le pertenece a los virus.

Se ha estimado que hay más de 380 billones de virus habitando nuestro cuerpo, una comunidad conocida colectivamente como viroma humano. Pero estos virus no son del tipo peligroso del que hemos oído hablar comúnmente, como los que causan la gripe o el resfriado común, o infecciones más siniestras como el ébola o el dengue. Muchos de estos virus infectan las bacterias que viven dentro de ti y son conocidos como bacteriófagos o fagos para abreviar. El cuerpo humano es un caldo de cultivo para los fagos, y a pesar de su abundancia, sabemos muy poco acerca de lo que estos o cualquiera de los otros virus en el cuerpo hacen.

Soy un médico científico que estudia el microbioma humano centrándome en los virus, porque creo que aprovechar el poder de los más grandes depredadores naturales de las bacterias nos enseñará cómo prevenir y combatir las infecciones bacterianas. Uno podría asumir con toda razón que si los virus son los microbios más abundantes en el cuerpo, deben ser el objetivo de la mayoría de los estudios del microbioma humano. Pero esa suposición sería absolutamente incorrecta. El estudio del viroma humano es tan escaso con respecto al estudio de las bacterias que recién ahora estamos descubriendo algunas de sus características más básicas. Esta escasez se debe a que los científicos tardaron mucho en reconocer la presencia del viroma humano y a la falta de herramientas estandarizadas y sofisticadas para descifrar qué hay realmente en el viroma de cada quien.

Qué sabemos del viroma humano

Aquí hay algunas de las cosas que hemos aprendido hasta ahora. Las bacterias en el cuerpo humano no están enamoradas de los muchos fagos que viven en y alrededor de ellas. De hecho, desarrollaron sistemas CRISPR-Cas, los cuales los humanos ahora hemos adoptado por editar los genes, para deshacerse de los fagos o prevenir por completo las infecciones por fagos. ¿Por qué? Porque los fagos matan a las bacterias. Se apoderan del sistema de las bacterias y las obligan a producir más fagos en lugar de producir más bacterias. Cuando terminan, salen de la bacteria, destruyéndola. Finalmente, los fagos se sientan en las superficies de nuestro cuerpo esperando encontrarse con bacterias vulnerables. Son básicamente acosadores de bacterias.

Está claro que hay una guerra en nuestra superficie corporal cada minuto de cada día, y no tenemos ni idea de quién está ganando o cuáles podrían ser las consecuencias de esta guerra. Los virus pueden habitar todas las superficies, tanto dentro como fuera del cuerpo. En todos los lugares del cuerpo humano donde los investigadores han buscado, han encontrado virus. ¿Tenemos virus en la sangre? Sí. ¿Tenemos virus en la piel? Sí. ¿Tenemos virus en los pulmones? Sí. ¿Tenemos virus en la orina? Sí. Y así sucesivamente. En pocas palabras, cuando hablamos de en qué lugar del cuerpo humano habitan los virus, descubrir dónde no habitan sería mucho mejor que averiguar dónde sí lo hacen.

Los virus son contagiosos. Pero por lo regular no pensamos en que los virus bacterianos se puedan compartir fácilmente. Los investigadores han demostrado que el solo hecho de vivir con alguien conducirá a un rápido intercambio de virus. Si no sabemos cuáles son las consecuencias de la batalla constante entre las bacterias y los virus dentro de nuestro cuerpo, las cosas se vuelven exponencialmente más complicadas considerando la batalla entre tus bacterias y virus, los cuales después compartirás con todas las demás personas, incluyendo a tu pareja, la persona con la que compartes casa e incluso a tu perro.

Cómo pueden contribuir los virus a mantenerte saludable

Los virus destruyen la bacteria cuando salen de la célula. Aquí, los círculos claros revelan dónde los bacteriófagos han matado a las bacterias. Guido4 / Shutterstock.com
Los virus destruyen la bacteria cuando salen de la célula. Aquí, los círculos claros revelan dónde los bacteriófagos han matado a las bacterias. Guido4 / Shutterstock.com

En última instancia, necesitamos saber qué hacen todos estos virus en el cuerpo humano y determinar si podemos aprovechar nuestro viroma para mejorar nuestra salud. Pero probablemente no esté claro en este momento por qué alguien creería que nuestro viroma puede ser útil.

Puede parecer contradictorio, pero dañar a nuestras bacterias puede ser perjudicial para nuestra salud. Por ejemplo, cuando nuestras saludables comunidades bacterianas se ven perturbadas por el uso de antibióticos, otros microbios malos, también llamados patógenos, aprovechan la oportunidad para invadir nuestro cuerpo y enfermarnos. Por lo tanto, en una amplia serie de condiciones humanas, nuestras bacterias saludables desempeñan un papel importante en la prevención de la intrusión de patógenos. Aquí es donde entran los virus: ya han descubierto cómo matar a las bacterias. Es para lo único que viven.

Así que lo importante es encontrar esos virus en nuestros viromas que ya han descubierto cómo protegernos de los microbios malos, mientras dejan intactas a las bacterias buenas. De hecho, hay ejemplos anecdóticos recientes en los que se han utilizado fagos con éxito para tratar infecciones potencialmente mortales provocadas por bacterias resistentes a la mayoría, si no es que a todos los antibióticos disponibles, un tratamiento conocido como terapia con fagos. Desafortunadamente, estos tratamientos son y continuarán siendo obstaculizados debido a la información inadecuada sobre cómo se comportan los fagos en el cuerpo humano y las consecuencias imprevistas que su introducción puede tener en el huésped humano.

Por lo tanto, la terapia con fagos permanece fuertemente regulada. Al ritmo actual de investigación, pueden pasar muchos años antes de que los fagos se utilicen de forma rutinaria como tratamientos antiinfecciosos. Pero no nos equivoquemos; los virus que han evolucionado con nosotros durante tantos años no solo son parte de nuestro pasado, sino que jugarán un papel importante en el futuro de la salud humana.

Publicado originalmente por VICE.com