Caos en los centros de vacunación de Venezuela: se registraron largas filas y grandes aglomeraciones

Pese a la escaza cantidad de dosis, las autoridades chavistas no dan prioridad a personas de la tercera edad o a aquellas con enfermedades preexistentes. Usuarios exhibieron en las redes sociales la desorganización en diferentes puntos del país

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Se registraron largas filas y grandes aglomeraciones en centros de vacunación de Venezuela

La campaña de vacunación sigue generando polémica e indignación en Venezuela. Luego de que el fin de semana las autoridades chavistas dieran prioridad a las personas con el “carnet de la patria”, en las últimas horas se provocó un caos en varios centros de vacunación del país, donde se registraron grandes aglomeraciones y largas colas.

Decenas de usuarios compartieron imágenes en las redes sociales en las que se puede observar la desorganización en los puntos inmunización. Incluso, muchos venezolanos amanecieron en la calle, aguardando a la apertura de esos centros para recibir la vacuna contra el coronavirus.

Una mujer salió con su auto y se dirigió hacia Corposalud Aragua, estado ubicado en el centro norte del país. Allí relató la situación que ya se presentaba a las cinco de la mañana y denunció que, a pesar de los requisitos informados por el régimen chavista, no había ningún tipo de control ni prioridad a pacientes de riesgo a la hora de vacunar.

Venezuela se encuentra entre los países con menor índice de vacunación en América Latina

“Intentamos poner a dos personas en la cola para la vacunación. Aquí está la improvisación sin avisarle a la gente, solamente se les dijo que con las cédulas se las iba a vacunar, acumulando a todo el mundo en una cola en plena pandemia y en pleno pico. Hay gente de la tercera edad en sillas de ruedas, con bastones, con discapacidad, que amaneció en esta cola”, comenta la mujer venezolana en el video grabado desde el interior de su auto.

“Esta es la cola de la improvisación, de la propaganda… En la casa están más seguros que viniendo a vacunarse e incubando la enfermedad”, agregó, mostrando a un abuelo en silla de ruedas esperando en plena cola.

En otro centro de vacunación, también en medio de una importante aglomeración, una mujer criticó a una de las autoridades del lugar al grito de “Vete pa´ Cuba, se burlan de la gente”.

Una funcionaria chavista informa a la gente que tendrán prioridad aquellos que cuenten con el carnet de la patria

“En Maracay, estado Aragua, así se aglomera la gente para tratar de vacunarse contra el COVID-19. Paradójicamente, son esas mismas las filas donde pueden contagiarse debido a la cantidad de personas (…) ¡Solo en socialismo! Nuestras personas de la tercera edad tienen que hacer interminables colas para intentar vacunarse”, fustigó el movimiento Vente Venezuela, liderado por la opositora María Corina Machado.

Este fin de semana se puso en macha en Venezuela el plan de vacunación contra el coronavirus. Sin embargo, la prioridad no la tuvieron personas de riesgo ni todos los adultos mayores. Tal como reconoció la propia dictadura chavista, la prioridad por estas horas la tiene todo aquel que cuente con el “carnet de la patria”.

“Estamos atendiendo con prioridad al personal que le llegó el mensaje por medio del carnet de la patria. No vamos a decir que no vamos a atender al que le llegó el mensaje, también le vamos a atender. Por eso vamos a hacer esta lista de estas personas… Ustedes se van a organizar, vamos a anotar que están en la lista del partido”, explicó una funcionaria a las afueras del hotel Alba Caracas, uno de los centros de vacunación en la capital venezolana, en un video que se viralizó en las redes sociales provocando la indignación de los usuarios.

Una mujer discute con un soldado de la Guardia Nacional Bolivariana (Foto: REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)
Una mujer discute con un soldado de la Guardia Nacional Bolivariana (Foto: REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)

Este hecho fue denunciado por las autoridades de la Iglesia Católica de Venezuela, quienes indicaron el martes que el régimen de Maduro está vacunando únicamente a aquellos afiliados que pueden acreditar pertenecer al partido que gobierna en el Palacio de Miraflores, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). La advertencia estuvo a cargo de Mario Moronta, actual vicepresidente de la Conferencia Episcopal.

Titular de la Diócesis de San Cristóbal, Moronta indicó que la campaña de vacunación “no es un problema político ni de carácter partidista, aunque lamentablemente en eso lo han convertido los grupos que están en el debate político”.

“Estamos viviendo un aumento de casos de COVID-19″, dijo Moranta a Vatican News, el sitio de noticias del Vaticano. “Muchos de los enfermos están siendo atendidos de manera ambulatoria en sus casas sobre todo en los estados de Zulia y Yaracuy, así como en algunas partes de la Región Capital. El número de contagiados es tan grande que hay una crisis de camas en los hospitales, es decir no se consiguen fácilmente puestos para ser atendido en los hospitales públicos. Tampoco es asequible acudir a las clínicas privadas ya que a causa de la devaluación de la moneda nacional, los precios resultan muy onerosos o excesivamente caros”, remarcó.

“Tanto la Iglesia, como otras instancias religiosas y de carácter social han ofrecido sus buenos oficios para colaborar en estas campañas de vacunación pero hasta ahora, tristemente, lo que tenemos son solo anuncios. En definitiva, 1,3 millones de vacunas, vengan de donde vengan, no llegan a cubrir ni siquiera una quinta parte de lo que se requiere en el país”, agregó Moronta.

En los últimos días se registraron grandes aglomeraciones en los centros de vacunación en Venezuela (Foto: REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)
En los últimos días se registraron grandes aglomeraciones en los centros de vacunación en Venezuela (Foto: REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)

Por su parte, en una carta enviada a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, 40 organizaciones médicas y académicas denunciaron la discriminación en la vacunación contra el COVID-19 en Venezuela.

“Como organizaciones de la Sociedad Civil venezolana queremos hacerle llegar nuestra inquietud ante las recientes violaciones a los derechos humanos que se han venido produciendo en el país, muy especialmente, a los derechos a la vida, la salud, la no discriminación y a la equidad en el acceso a los servicios, en el marco del COVID-19″, comienza el escrito.

Afirmaron que el pasado 12 de mayo “fue denunciado, con testimonios y registros fotográficos, que en una jornada para la vacunación contra el COVID-19, a realizarse en el Puesto de Vacunación, ubicado en la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera, en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, médicos y personas de la tercera edad no fueron vacunados por no estar registrados en el Sistema Patria”.

Las autoridades chavistas pusieron en marcha este sábado la vacunación, en lo que han denominado como una nueva fase para la inmunización “masiva” de la población, con la habilitación de 27 centros en 22 entidades territoriales de las 24 que tiene el país. Las vacunas que se están aplicando son la rusa Sputnik V y la china Sinopharm.

Tal es la falta de transparencia que se desconoce con precisión la cantidad de vacunas que han llegado, ya que la información brindada por las autoridades chavistas es contradictoria. Días atrás Maduro anunció la llegada al país de 1.300.000 vacunas procedentes de China. Sin embargo, el régimen no mostró imágenes del arribo de ese cargamento, como sí hizo con otros, y tampoco brindó mayores datos al respecto.

Juan Guaidó dijo que “es mentira” que hayan llegado 1.300.000 vacunas contra el COVID-19: “Es mentira. Llegan 30 o 40.000 vacunas y... foto en el avión, foto aterrizando, foto regresando a Caracas, enseñan la caja... ¿Llegaron 1.300.000 vacunas y no hay una foto? Es evidente que es una gran mentira por parte de la dictadura”.

Antes de que se anunciara este nuevo lote de dosis, Maduro había dado detalle de la recepción de 930.000 vacunas procedentes de Rusia y China, mientras que el ministro Alvarado, subió esa cifra a 1.480.000, sin que se conocieran fechas de llegada del más de medio millón que marca la diferencia ni otros datos.

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