A la venta en Facebook: antigüedades robadas en Medio Oriente

Por Karen Zraick

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Este busto, tomado presuntamente de la ciudad de Palmira, se encuentra a la venta en Facebook (The New York Times)
Este busto, tomado presuntamente de la ciudad de Palmira, se encuentra a la venta en Facebook (The New York Times)

Algunos investigadores afirman que en Facebook se comercializan tesoros antiguos robados en zonas de conflicto, incluyendo objetos que han sido hurtados por militantes del Estado Islámico.

Los grupos de Facebook que publicitan los artículos se multiplicaron rápidamente durante la revuelta de la Primavera Árabe y las guerras consiguientes, que crearon oportunidades sin precedentes para los traficantes, comentó Amr Al-Azm, profesor de Antropología e Historia del Medio Oriente en la Universidad Estatal Shawnee en Ohio y exfuncionario de antigüedades en Siria. Él y sus colegas han monitoreado el comercio durante años en el Proyecto Athar, que lleva el nombre de la palabra árabe para "antigüedades".

Al mismo tiempo, comentó Al-Azm, las redes sociales redujeron las barreras de entrada al mercado. Dijo que ahora hay por lo menos noventa grupos de Facebook, la mayoría en árabe, relacionados con el comercio ilegal de antigüedades del Medio Oriente, con decenas de miles de miembros.

Por lo general publican objetos o solicitudes en el grupo y posteriormente continúan la conversación en el servicio de mensajería de la plataforma o en WhatsApp, lo cual dificulta el rastreo. Algunos usuarios solicitan ciertos tipos de artículos, lo que les da un incentivo a los traficantes para conseguirlos, un escenario que Al-Azm describe como "saqueo a pedido".

Otros publican instrucciones detalladas para quienes quieren ser saqueadores, con el fin de que aprendan a ubicar sitios arqueológicos y desenterrar tesoros.

Entre los artículos a la venta se encuentra un busto que supuestamente fue sacado de la ciudad antigua de Palmira, que durante algunas épocas estuvo ocupada por militantes del Estado Islámico y sufrió graves daños y saqueos.

Hay otros artículos a la venta que provienen de Irak, Yemen, Egipto, Túnez y Libia. Al-Azm comentó que la mayoría no proviene de museos o colecciones, donde su existencia estaría documentada como parte de un catálogo.

"Los han sacado directamente de la tierra", dijo. "Jamás han sido vistos. La única prueba de su existencia es una fotografía publicada".

El año pasado, Al-Azm y Katie A. Paul, directores del Projecto Athar, escribieron en World Politics Review que las solicitudes de saqueo a pedido demostraban que los traficantes estaban "identificando material con una precisión nunca antes vista, una práctica que Facebook facilita en gran medida".

Después de que la BBC publicó un artículo acerca del trabajo de Al-Azm y sus colaboradores la semana pasada, Facebook aseguró que había eliminado a 49 grupos relacionados con el tráfico de antigüedades.

Al-Azm contrargumentó que los noventa grupos siguen activos, pero lo que es más importante, dijo, es que Facebook no debería simplemente cerrar las páginas que ahora constituyen una prueba tangible para las fuerzas policiales y los expertos en patrimonio.

En una declaración hecha el 7 de mayo, la empresa afirmó que "sigue invirtiendo en personal y tecnología para mantener esta actividad fuera de Facebook y alentar a otros a reportar cualquier sospecha de violación a los estándares de la comunidad para poder actuar de inmediato".

Una portavoz afirmó que el equipo de cumplimiento de políticas de la empresa tenía treinta mil miembros y que había introducido nuevas herramientas para detectar y eliminar contenido que viola la ley o sus políticas usando inteligencia artificial, aprendizaje automático y visión por computadora.

Traficar antigüedades es ilegal en la mayor parte del Medio Oriente y comercializar reliquias robadas es ilegal bajo las leyes del derecho internacional, pero puede ser complicado llevar esos casos a juicio.

Leila A. Amineddoleh, una abogada en Nueva York que se especializa en arte y patrimonio cultural, comentó que determinar el origen de los objetos saqueados puede ser un trabajo arduo, lo cual representa un obstáculo para abogados y académicos por igual.

Al-Azm aseguró que la investigación de su equipo señalaba que los grupos de Facebook están dirigidos por una red internacional de traficantes que abastecen a los distribuidores, incluyendo los que se encuentran en el Occidente. Con frecuencia las ventas se concretan en persona, en efectivo y en países vecinos, dijo, a pesar de los esfuerzos que se han realizado en Turquía y en otros lados para luchar contra el contrabando de antigüedades.

Él culpó a Facebook por no hacer caso a las advertencias acerca de la venta de antigüedades desde 2014, cuando habría sido posible borrar los grupos para detener su crecimiento o, al menos, lentificarlo.

Conforme se extendía el Estado Islámico, saqueaba y destruía sistemáticamente por medio de maquinaria pesada que usaba para excavar en sitios antiguos que casi no se habían excavado antes de la guerra. El grupo permitió que los habitantes y otros saqueadores tomaran objetos de los sitios históricos y les cobraron un impuesto del 20 por ciento sobre sus ganancias.

Algunos lugareños y expertos en patrimonio cultural se movilizaron para documentar y rescatar las antigüedades, incluyendo esfuerzos para salvaguardarlas físicamente, así como crear mapas y modelos en tercera dimensión. A pesar de ello, las pérdidas fueron catastróficas.

Las imágenes satelitales muestran lugares invaluables como Mari y Dura-Europos, en el este de Siria, llenos de agujeros hechos por los saqueadores. En el museo de Mosul en Irak, los militantes se filmaron a sí mismos llevando mazos y barrenos a los monumentos que consideraban idolatrados, actos diseñados para generar un alto valor propagandístico mientras el mundo observaba horrorizado.

Otras facciones y personas también se beneficiaron del saqueo. De hecho, el mercado estaba tan saturado que los precios bajaron drásticamente durante una época en 2016, comentó Al-Azm.

Aproximadamente durante la misma época, conforme los combatientes del Estado Islámico se dispersaban ante la pérdida de territorios, llevaron su recién adquirida experiencia en saqueo a sus países de origen, incluyendo Egipto, Túnez y Libia, además de otras partes de Siria, como la provincia de Idlib, añadió.

"Este es un asunto de oferta y demanda", dijo Al-Azm, repitiendo que cualquier demanda ofrece incentivos a los saqueadores y que posiblemente estaban financiando grupos terroristas en el proceso.

En lugar de simplemente borrar las páginas, Al-Azm comentó que Facebook debería inventar una estrategia más completa para detener las ventas al tiempo que les permita a los investigadores conservar las fotografías y los registros que se publican en los grupos.

Después de todo, una fotografía tomada y publicada a toda prisa podría ser el único registro disponible de un objeto hurtado para los cuerpos policiales y los académicos. Borrar la página sencillamente destruiría "un enorme cuerpo de evidencia" que será necesario para identificar, rastrear y recuperar tesoros saqueados en el futuro, aseguró.

Se han utilizado argumentos similares a medida que las redes sociales, incluida YouTube, han borrado videos que demuestran las atrocidades cometidas durante la guerra en Siria y que podrían ser utilizados para procesar a alguien por crímenes de guerra.

Facebook también ha enfrentado cuestionamientos acerca de su participación como plataforma para otro tipo de ventas ilícitas, incluyendo armas, marfil procedente de la caza furtiva, entre otros. En general, la empresa ha respondido a los reportes de actividad ilegal cerrando las páginas o los grupos.

Por supuesto, algunos de los objetos ilícitos que se comercializan sin pruebas que confirmen su procedencia, podrían ser falsos, pero debido al volumen de actividad en los grupos de antigüedades y la numerosa evidencia de saqueo en lugares famosos, se cree que por lo menos algunos son genuinos.

Es probable que la ola de objetos que llega al mercado continúe durante años. Algunos traficantes guardan los artículos robados durante largos periodos, esperando que la atención mengüe y, en ocasiones, falsifican documentos acerca del origen del objeto antes de ponerlo a la venta.

* Copyright: 2019 The New York Times News Service