La crisis de los servicios de transporte contratado en Madrid y Barcelona

Por Raphael Minder

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Taxistas en Madrid protestan contra Uber. (REUTERS/Susana Vera)
Taxistas en Madrid protestan contra Uber. (REUTERS/Susana Vera)

MADRID — Los taxistas que protestan en contra de Uber y otros servicios para solicitar viajes se enfrentaron con la policía madrileña el miércoles 23 de enero, después de bloquear el paso de una autopista que rodea a la capital española y de manifestarse frente a la Feria Internacional de Turismo, Fitur.

Los taxistas de Madrid estaban en su tercer día de huelga indefinida. Reforzaron y aumentaron sus protestas en respuesta a los logros que obtuvieron sus pares en Barcelona, quienes empezaron su huelga el 18 de enero. El gobierno regional catalán dijo el 22 de enero que prohibiría que las aplicaciones como Uber (llamadas ahí servicios de vehículos de alquiler con conductor) puedan llevar a pasajeros cuando el auto se pida con menos de una hora de antelación. Ante esa propuesta, las aplicaciones amenazaron con suspender los servicios.

Las autoridades de Madrid dijeron para el mediodía del miércoles que había once heridos por los enfrentamientos en la capital, incluidos cinco policías.

El rey Felipe VI y la reina Letizia tuvieron que entrar a la inauguración de la Fitur por una puerta lateral y con muchas escoltas, mientras los policías chocaban con los conductores que quemaron neumáticos y contenedores para bloquear el acceso vehicular.

Afuera de la feria, algunos le gritaron a la reina, antes conductora de televisión, que los apoyara: "¡Letizia, tu abuelo era taxista!".

Personas caminan por la Gran Vía por la protestas de taxistas contra Uber. (REUTERS/Albert Gea)
Personas caminan por la Gran Vía por la protestas de taxistas contra Uber. (REUTERS/Albert Gea)

Los enfrentamientos son resultados no solamente de las tensiones laborales por el auge de empresas que operan en una economía de contratistas, sino de un enojo generalizado en Europa: muchos de los taxistas en huelga han usado chalecos amarillos como los de manifestantes en Francia.

En los últimos días, algunas de las protestas de conductores en Barcelona fueron violentas; varios de los taxistas atacaron y dañaron vehículos operados por Uber y Cabify, la otra empresa de transporte con mucha presencia en España. En Madrid un taxista fue hospitalizado cuando lo arrolló un vehículo de una de estas compañías.

La mañana del 23 de enero en Madrid algunos visitantes se toparon con que el sitio de taxis estaba cerrado y los vehículos estaban vacíos. Los huelguistas y empleados del aeropuerto les indicaron a los turistas que hicieran fila en las máquinas para conseguir billetes del metro.

"Esperaba que el vuelo fuera cansado, pero no que lo fuera el viaje del aeropuerto al centro", dijo Jack Miller, turista de Los Ángeles. "No es el mejor inicio, pero tampoco es algo que va a arruinar mi visita".

Taxistas con los chalecos amarillos en Barcelona protestan contra Uber. (REUTERS/Albert Gea)
Taxistas con los chalecos amarillos en Barcelona protestan contra Uber. (REUTERS/Albert Gea)

Las huelgas se han complicado por las distintas respuestas de las autoridades; los políticos regionales y nacionales han cruzado acusaciones sobre que los otros han empeorado el problema.

Los taxistas también paralizaron el tráfico en Madrid a mediados de 2018. El gobierno socialista que empezó su mandato en junio prometió que habría nueva regulación para los servicios alternos de transporte. Sin embargo, solo hubo un decreto emitido en septiembre que estableció que Uber y otras compañías del tipo podrán seguir prestando servicios hasta 2022 e indicó que los políticos de las regiones son los que deben establecer las reglas específicas de operación.

El miércoles en Barcelona los sindicatos que representan a los conductores de taxi estaban divididos sobre si cancelar la huelga o aceptar la propuesta del gobierno regional catalán de prohibir el servicio cuando no se pida con una hora de antelación; la oferta inicial de las autoridades era no permitirles a Uber y compañías similares transportar a alguien que hubiera pedido el auto más de quince minutos antes.

Ángel Garrido, del conservador Partido Popular y presidente del gobierno regional de Madrid, acusó el miércoles que con la propuesta que había hecho el gobierno regional catalán era muestra de que "se dirige desde hace muchos años a la Edad Media".

Taxistas en Madrid protestan contra UBER. REUTERS/Susana Vera
Taxistas en Madrid protestan contra UBER. REUTERS/Susana Vera

"Lo que haga Cataluña con esto para mí es justamente lo contrario a lo que hay que hacer. Madrid va a mantener su seña de libertad, de respeto a la competencia, porque además los ciudadanos quieren que sea así", indicó Garrido.

Le pidió a la alcaldesa de Madrid, la izquierdista Manuela Carmena, que se involucrara para resolver la disputa y culpó al gobierno socialista español de inacción y de haberle "pasado la patata caliente" a otras autoridades con el decreto de septiembre.

Juan Galiardo, director de Uber en España, les dijo a los medios españoles que alrededor de tres mil conductores de la compañía estaban en riesgo de perder su trabajo por la huelga en Barcelona. Indicó que la empresa buscará enfocarse en otras ciudades que sean más receptivas a la oferta de los servicios.

Si Barcelona implementa la restricción de una hora de antelación, dijo Galiardo: "No tendremos otra opción que efectivamente suspender el servicio"; añadió que el tiempo mínimo de precontratación vuelve al servicio "completamente inviable".

*Copyright: 2019 New York Times News Service