Arequipa: la leyenda de un hombre que murió en una cantera y volvió para tomar agua

Esta es la historia que explica las razones del por qué se aparece un condenado para toda la eternidad.

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El Perú es y por siempre será una tierra en donde se tejen miles de supersticiones y creencias de todo tipo. Y acá nada tiene que ver la religión o la condición social de cada uno, pues todo depende de la experiencia que a cada uno le toque vivir. Esto sin importar el lugar en donde te encuentres.

Desde Tumbes hasta Tacna se pueden hallar infinidad de historias que tienen que ver con lo sobrenatural.

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Tal como le pasó a un joven en el distrito de Miraflores, cerca al pueblo de San Juan 23, en la provincia de Arequipa.

Ave de mal agüero

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Cierta noche, este sujeto regresaba a casa acompañado de su madre luego de asistir a una parroquia.

De repente, una lechuza se posó cerca a ellos y se puso a cantar. Sin dar explicación alguna, la mujer comenzó a tirarle piedras con la finalidad de ahuyentarla. “Está cantando para que alguien se muera”, le dijo la señora a su hijo sin dar mayores explicaciones para tal afirmación.

Días después, los hermanos mayores del muchacho llegaron luego de un tiempo de viaje. Y cuando todos ya estaban sentados en la mesa, listos para almorzar en familia, escucharon una voz a lo lejos que pedía auxilio de manera desesperada.

Pasaba que un tío la familia, que trabajaba en una cantera de piedra había sido aplastado por una gran roca. En la desesperación, el señor pedía agua pero nadie se la daba porque no había cerca.

Hasta que finalmente lograron sacarlo y llevarlo de emergencia al hospital Goyeneche. Aunque con muy pocas esperanzas de vida, pues la gran roca le había cortado prácticamente medio cuerpo. Luego de algunos días en emergencia, la mala noticia fue confirmada y el tío dejó de existir.

Tras el respectivo velorio, y escenas de dolor por el familiar fenecido, se procedió al entierro en el cementerio de Miraflores.

Luego de la ceremonia, y de la sepultura, de pronto apareció un perro de raza rottweiler a tomar agua de las flores que los familiares habían dejado. Eso fue un detalle al que casi nadie le prestó atención en un inicio, a pesar de lo visto.

Sorpresa en casa

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Cuando la familia estaba de vuelta, ya en el hogar, se percataron que el mismo perro que habían visto en el cementerio ahora se encontraba en el lugar del accidente que provocó la muerte del tío. Alguien por ahí, señaló que era el espíritu del fallecido y cuando llegó la noche, el perro comenzó a aullar y a lamentarse.

Al día siguiente, los vecinos de la zona comentaban que el tío se había condenado porque había escondido dinero.

Supersticiosos ellos, y víctimas de la avaricia, fueron en búsqueda del supuesto tesoro a la cantera donde estaba trabajando, pero no lograron encontrar nada.

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Así fueron pasando los días, y otros vecinos más compasivos, le llevaban agua y comida al perrito que no se movía de la zona. Sin embargo, este solo se bebía el líquido elemento y no probaba bocado alguno.

Aunque también hay de los otros vecinos, qué tal vez llevados por la ira de no encontrar, decidieron matar al animal. Así fue que lo encontraron a pobre perro, degollado unos días después.

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