Masih Alinejad, la activista opositora iraní-estadounidense que fue víctima de un intento de asesinato por parte del régimen persa, reafirmó su lucha por los derechos de las mujeres y prometió no dejarse intimidar.
El sábado, desde una cafetería en Berlín, a donde viajó con motivo del 35 aniversario de la caída del Muro, la mujer coreó las estrofas de una canción en farsi, con las que se mostró desafiante ante las recientes noticias. “Florezco a través de mis heridas y mis cicatrices, porque soy una mujer, soy una mujer, soy una mujer”, cantaba.
Horas antes, el Departamento de Justicia de Estados Unidos había hecho público el inicio de un proceso contra un hombre que aseguraba haber sido encargado por el régimen la tarea de asesinar al presidente electo, Donald Trump, mientras que otros dos sujetos -identificados como Jonathan Loadholt y Carlisle Rivera, y también ligados a Teherán- fueron acusados de haber sido contratados para perseguir y matar a la opositora. En el pasado, Alinejad ya había sufrido otros atentados contra su vida por parte de sicarios iraníes, por lo que se mueve acompañada de un grupo de guardaespaldas.
Según los documentos de la Justicia estadounidense, los hombres pasaron meses vigilándola, compartieron imágenes de su vida en diversos escenarios, en febrero la siguieron hasta la Universidad de Fairfield, en Connecticut, donde estaba prevista una intervención suya y fotografiaron el campus, y hasta intercambiaron audios con su jefe en los que este les decía que tenían que “esperar y tener paciencia para pillarla entrando en casa o saliendo, o siguiéndola a algún sitio y ocupándote de ella”.
Sin embargo, lejos de mostrarse intimidada, Alinejad entendió la persecución de las autoridades iraníes como una señal de que su lucha por los derechos de las mujeres es exitosa y debe continuar así. “Quieren librarse de mí. Cuando me quieren muerta, significa que estoy haciendo algo, les hago mucho daño. Me hago eco de la voz de las mujeres poderosas y eso les asusta”, aseguró.
“Me hace estar más decidida a dar voz a las mujeres poderosas de Irán que se enfrentan cada día a los mismos asesinos”, insistió.
Por otro lado, si bien reconoció que “da miedo” pensar que fue seguida durante tanto tiempo, valoró que “las fuerzas de seguridad estadounidenses me protegieran” y hasta bromeó al considerar que sus asesinos la vieron igual de importante que al Presidente electo. “La misma persona que estaba tratando de matar al presidente Trump fue asignada para matarme a mí también. Quiero decir, eso es una insignia de honor”, dijo en un tono de ironía.
Alinejad es una de las voces más famosas en la comunidad iraní y el mundo por su oposición al régimen persa, que reprime a las mujeres y las somete a estrictas medidas y códigos, tal como quedo expuesto en los últimos meses, desde el asesinato de la joven kurda Mahsa Amini, quien murió en manos de la Policía de la Moral por llevar mal colocado el velo. Su activismo la obligó a exiliarse en 2009, tras las disputadas elecciones presidenciales, y se convirtió en ciudadana estadounidense una década más tarde.
En entrevistas, en el último tiempo, ha llegado a comparar el uso del hiyab como el “Muro de Berlín” al que se enfrentan las mujeres en su país, por lo que “si lo derribamos desaparecerá la República Islámica”.
(Con información de AP)