El presidente de Taiwán, Lai Ching Te, ha recalcado este jueves que su “misión” como mandatario de la isla es “resistir la anexión” y ha subrayado que China “no tiene derecho a representar a Taiwán”, un día después de que Pekín le acusara de aumentar las tensiones por sus recientes declaraciones.
“Como presidente, mi misión es garantizar que nuestra nación aguanta y progresa y unir a los 23 millones de taiwaneses. También mantendré el compromiso de resistir a la anexión y a cualquier ataque a nuestra soberanía”, ha dicho durante su discurso por el Día de la Nación.
“China no tiene derecho a representar a Taiwán”, ha manifestado Lai, también conocido como William Lai, antes de indicar que “China y Taiwán no están subordinados entre sí”. “En esta tierra, la democracia y la libertad crecen y florecen”, ha dicho, antes de subrayar que “los 23 millones de taiwaneses deben, más que nunca, estirar sus ramas para abrazar el futuro”.
El mandatario ha argumentado que “también es parte de su misión” el “salvaguardar las vidas y las propiedades de la gente, llevar a cabo nuestro plan de acción Cuatro Pilares para la Paz, reforzar la defensa nacional, estar al lado de los países democráticos, demostrar conjuntamente disuasión y garantizar la paz a través de la fuerza”.
“Además, mi misión es cuidar de la vida y el sustento de los 23 millones de habitantes de Taiwán, desarrollar activamente nuestra economía y ampliar la inversión en asistencia social”, ha explicado. “También debo asegurar que los frutos de nuestro crecimiento económico puedan ser disfrutados por todo nuestro pueblo”, ha añadido.
En este sentido, ha reconocido que “Taiwán hace frente a desafíos incansables”, entre ellos el cambio climático, las enfermedades infecciosas y “la expansión del autoritarismo, que supone una batería de desafíos al orden internacional basado en reglas, lo que amenaza la forma de vida libre y democrática”.
“Debemos fortalecer la resiliencia en Taiwán en la defensa nacional, la economía, la prevención de desastres y la democracia. Cuando más se unan los taiwaneses, más estable será nuestra nación”, ha explicado Lai, antes de abundar en que eso implica una mayor paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán.
De esta forma, ha incidido en que “Taiwán está decidido a mantener el compromiso con la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán” y ha mostrado su disposición a trabajar con Beijing “para abordar el cambio climático, la lucha contra las enfermedades infecciosas, el mantenimiento de la seguridad regional y la búsqueda de la paz y la prosperidad mutua”.
“Durante un largo periodo de tiempo, países de todo el mundo han apoyado a China, han invertido en China (...) con la esperanza de que China se uniera al resto del mundo a la hora de hacer contribuciones globales”, ha argumentado, antes de expresar su deseo de que “China esté a la altura de las expectativas de la comunidad internacional”.
“Esperamos que asuma sus responsabilidad internacionales y, junto a Taiwán, contribuya a la paz, la seguridad y la prosperidad de la región y el mundo”, ha sostenido el mandatario taiwanés, que ha defendido además la necesidad de “un Taiwán democrático, que no es sólo el ideal de los 23 millones de taiwaneses, sino lo que espera la comunidad internacional”.
El presidente taiwanés ha ensalzado que la isla “ha superado desafío tras desafío” y ha resaltado que “hay que entender que los puntos de vista no son siempre los mismos, pero siempre se ha estado dispuesto a aceptar a los otros”. “Debemos entender que tenemos diferencias de opinión, pero siempre hemos querido avanzar de la mano”, ha zanjado.
Las palabras de Lai llegan un día después de que el portavoz de la oficina de China para Asuntos de Taiwán, Zhu Fenglian, acusara al mandatario de avivar las tensiones tras una serie de declaraciones en las que el líder taiwanés aseguraba que Beijing “no puede ser la patria” de los ciudadanos de Taiwán.
“Las falacias vertidas por el independentista Lai exponen de nuevo su obstinada postura sobre la independencia y sus intenciones siniestras hacia la confrontación y el aumento de la hostilidad”, dijo, antes de indicar que el mandatario taiwanés busca “encubrir sus esfuerzos para generar posturas separatistas y dañar las relaciones a ambos lados del estrecho”.
La situación en torno a Taiwán, que China considera una provincia más bajo su soberanía, se ha agravado durante los últimos años. La mayoría de los países, incluido Estados Unidos, no reconocen a Taiwán como Estado independiente, pero Washington se opone a cualquier intento de tomar por la fuerza la isla y se ha comprometido a armar a Taiwán en caso de conflicto.