Dedos de carbón: la cruel enfermedad de un campeón de gaita y su lucha por volver a tocar

Andre Shilliday contrajo una dolencia autoinmune por la que tuvo que se amputado en todas sus extremidades para salvar su vida

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Andrew Shilliday, tocando la gaita en un concierto transmitido por la BBC, antes de que se le detectara la cruel enfermedad
Andrew Shilliday, tocando la gaita en un concierto transmitido por la BBC, antes de que se le detectara la cruel enfermedad

Andrew Shilliday, un gaitero premiado internacionalmente de 33 años, vio su pasión y su vida tambalear cuando adquirió una extraña enfermedad.

Todo comenzó en septiembre de 2012, cuando los dedos de sus manos se comenzaron a poner negros como el carbón. Los montañistas suelen padecer algo similar alguna veces, cuando se congelan sus extremidades en las alturas. Pero Andrew nunca había escalado una montaña. Al poco tiempo, siguieron también los dedos de sus pies.

La gangrena se extendió por sus manos y sus piernas. Los médicos le diagnosticaron una extraña enfermedad autoinmune llamada esclerosis sistémica.

Los dedos de sus manos se comenzaron a poner negros (fotos: Daily Record)
Los dedos de sus manos se comenzaron a poner negros (fotos: Daily Record)
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Luego siguieron sus pies
Luego siguieron sus pies

Andrew fue internado y se temió por su vida. En un momento, sus padres fueron convocados al hospital y les avisaron que estuviesen listos para el peor desenlace.

Finalmente, le fueron amputados todos los dedos de sus manos y de sus pies, su pierna izquierda y la mitad de su pie derecho. También perdió parte de la vista en uno de sus ojos. Pero salvó su vida.

Los médicos diagnosticaron esclerosis sistémica
Los médicos diagnosticaron esclerosis sistémica

"Me di cuenta que era serio cuando mis dedos comenzaron a ponerse negros. Todo ocurrió tan rápido que fue difícil amoldarme a ese nuevo estado. Sufrí mucho dolor y pensé que no podría volver a tocar la gaita, que era lo que más me gustaba hacer en la vida y en lo que pensaba todo el día", contó Shilliday al diario Daily Record.

Pero sus compañeros de la Shotts and Dykehead Pipe Band se comprometieron a que Andrew volviera a tocar con ellos.

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Finalmente, Andrew debió ser amputado para salvar su la vida
Finalmente, Andrew debió ser amputado para salvar su la vida

"Andrew tenía que aprender a caminar de nuevo y la pérdida de sus dedos hacía casi imposible que volviera a tocar la gaita", contó John Ellit, un ex compañero de banda y dueño de una de las principales fábricas de gaitas del mundo. "Pero le pudimos fabricar una gaita especial con agujeros en diferentes posiciones para que pueda colocar en el sus dedos amputados"

Andrew con su nuevo instrumento diseñado especialmente
Andrew con su nuevo instrumento diseñado especialmente
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Andrew, ex campeón irlandés de gaita, volvió a practicar con su nuevo instrumento en su casa de Dungannon, Irlanda del Norte, y esta semana regresó a Escocia y tocó en un concierto en Kirkcaldy.

"Fue un largo camino, pero espero que mi historia sirva como inspiración para que otra gente en situación difícil sepa que nunca tiene que bajar los brazos y luchar para volver a hacer lo que aman", dijo.

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