Una casa de diseño mexicano apoya a la comunidad LGBT+ con sus productos creados por artesanos

Con motivo por el Día Mundial de la Lucha contra el sida, la marca estará donando un porcentaje a “VIHve Libre”

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La fabricación de las bolsas tiene diferentes procesos pro lo cual Tanya integró muchos elementos del país para que el producto tenga lo hecho en México.
La fabricación de las bolsas tiene diferentes procesos pro lo cual Tanya integró muchos elementos del país para que el producto tenga lo hecho en México.

Las causas sociales ayudan a muchas personas y a través de ello las asociaciones son las más favorecidas, pero es aún mejor cuando el emprendimiento mexicano se preocupa por las personas que necesitan ayuda, en específico de la comunidad LGBT+.

Es así como “Quetzalt” realizó sus productos en conjunto con lo artesanal y lo echo a mano, lo cual empezó desde hace cinco años con el que están integrados Tanya Mejía y David Ramírez y que por motivos del Día Mundial de la Lucha contra el sida donarán un porcentaje a la asociación “VIHve Libre” de Alaín Pinzón.

“La labor que está haciendo “VIHve Libre” es algo muy noble, de mucha alma, corazón y carácter, para que no se rompa ante situaciones tan complicadas. De tratar con gente que le han cerrado todo y que si no tuvieran esta alternativa algunos no estarían aquí”.

“Creo que sigue habiendo desinformación y mucha ignorancia como es el sida/VIH” y el no tener el tratamiento a sus medicamentos y la discriminación hizo que “Quetzalt” donara un porcentaje durante esta semana.

“Gana VIHve Libre, ´Quetzalt´, las artesanas, el comprador, ganamos todos, porque se lleva un producto de buena calidad”, comentó Tanya.

¿Qué es Quetzalt?

infobae

La casa de diseño mexicano “Quetzalt” tiene una gran variedad de productos que van desde bolsas, mochilas, carteras y la unión del diseño y con lo artesanal, urbano, vanguardista y contemporáneo.

“Cuando yo visualicé los bolsos y después las colecciones quiero un producto elegante, pero que tenga un toque artesanal sabiendo que las manos de los artesanos son prácticamente magistrales y en los lienzos también encierran las historias de sus pueblos, su resistencia y la forma en la que ellos no han perdido sus costumbres ni tradiciones, pero que no pueden dejar de lado la globalización”, mencionó Tanya Mejía.

La fabricación de las bolsas tiene diferentes procesos pro lo cual Tanya integró muchos elementos del país para que el producto tenga lo hecho en México.

Al buscar lo mejor y a los expertos de la piel se fue a León, los textiles, bordados, tejidos son de artesanos y junto con los bocetos y la tecnología hacen que el producto tenga un gran interés en el mercado del diseño y la moda.

Su nombre proviene precisamente del colorido y presencia del Quetzal
Su nombre proviene precisamente del colorido y presencia del Quetzal

Esto porque la riqueza del país “tiene mucho qué ofrecer”: Oaxaca tiene una producción textil muy vasta, al igual que Chiapas y así los estados del Norte, Michoacán, Nayarit y la cultura Huichola, “hay muchísimo de dónde inspirarnos para crear nuestras colecciones”.

Tanía confesó a Infobae LGBT+ que, al acercarse a los artesanos, al principio, no hubo una respuesta favorecida, eso hizo que fuera a producirla con Huipiles guatemaltecos, ya que todos los colores, símbolos y bordados fueron de su agrado.

Aunque las personas le reclamaron el por qué utilizaba cultura de otros países y no el de México, pero ella nunca tuvo esa junta para trabajarlo.

Su nombre proviene precisamente del colorido y presencia del Quetzal, “tomando en cuenta que era un ave sagrada y venerada por los Mexicas” y con esta filosofía Tanya quiere que quienes vistan sus productos se sientan “dioses caminando en el asfalto”.

En la creación de los productos, vieron que los artesanos no solo trabajaban con los lienzos de Tanya, también cobraban dependiendo de lo que ella pedía, a partir de estos diseños nació su primera colección Romance Otomí.
En la creación de los productos, vieron que los artesanos no solo trabajaban con los lienzos de Tanya, también cobraban dependiendo de lo que ella pedía, a partir de estos diseños nació su primera colección Romance Otomí.

El ejercicio ético y socialmente responsable proviene a partir de Tanya, quien no menosprecia nada de las culturas y realiza un pago justo a todos los artesanos con quienes trabaja, porque son ellos los que hacen un trabajo dedicado y quienes le dan color a la piel, “reconocemos a quienes tenemos que reconocer”.

En la creación de los productos, encontró que los artesanos no solo trabajaban con los lienzos de Tanya, también cobraban dependiendo de lo que ella pedía, a partir de estos diseños nació su primera colección Romance Otomí.

“Las artesanas, cuando trabajan con nosotros, también se potencializan. Se dan cuenta de que lo que ellas hacen tiene un valor no solo económico, sino también estético, cultural, histórico y ellas mismas empiezan a valorar más el trabajo que hacen”, confesó.

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