Una niña de siete años de edad falleció este 8 de octubre debido a la gravedad de la herida que le causaron durante un ataque armado en el mercado de abastos de Zacatecas. El objetivo de la agresión era un hombre que se encontraba en lugar.
El hecho en el que la menor fue herida de gravedad ocurrió la tarde del pasado 7 de octubre. Según reportaron medios locales, el hombre al que buscaban los agresores fue asesinado a quemarropa ante la vista de cientos de testigos, mientras que la pequeña fue herida.
Una de las versiones de los hechos es que la niña fue víctima de una bala perdida y que tras ello fue trasladada por sus familiares a un hospital cercano. Sin embargo, no resistió y murió por la madrugada del día posterior al ataque, presuntamente por una lesión en la cabeza provocada con arma de fuego.
La gresca desató caos en el lugar, donde cientos de comerciantes y clientes que temían ser alcanzados por fuego buscaron refugio. Poco después arribó personal de la Policía Municipal, que fue informado de los hechos mediante una llamada al 911.
El cádaver del hombre que fue ultimado en el lugar fue puesto a disposición de la Policía de Investigación (PDI) y los peritos de la Dirección General de Servicios Periciales (DGSP).
Cabe señalar, que actualmente Zacatecas se encuentra bajo el asedio de grupos criminales, principalmente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, que se encuentran en guerra.
Ola de violencia en México ha dañado a niños
El caso de la niña que murió este 8 de octubre es poco común, pero no el único. La violencia en México ha causado daño a otros infantes como Heidi Mariana, quien murió por una bala perdida en Tamaulipas.
Heidi murió a finales de agosto de este año durante una persecución entre miembros de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y presuntos criminales. La pequeña viajaba a bordo de un vehículo particular junto a su hermano mayor y su madrastra, quien la llevaba a consulta médica debido a que tenía un fuerte dolor estomacal.
La familia de Heide culpó al Ejército por su muerte ya que, según relataron, en un momento de confusión los soldados dispararon contra el auto en que iba con sus familiares.
En una investigación particular, encabezada por el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CDHNL), se determinó que habrían sido uniformados que estando de pie dispararon hacia la unidad en la que Heidi se encontraba, con lo cual le provocaron una herida de bala en la cabeza mientras que su madrastra y su hermanos resultaron heridos por esquirlas.
Un segundo caso en el que estuvo involucrada una bala perdida ocurrió en enero, en Durango. Durante los festejos de Año Nuevo, un menor de 10 años recibió un impacto en la cabeza.
El pequeño se desvaneció repentinamente y de su cabeza comenzó a brotar sangre, la cual su familia pensó que era producto del golpe se dio durante la caída. Sin embargo, al llegar al Hospital Materno Infantil los médicos determinaron que el desvanecimiento del niño se debió a que tenía una bala perdida alojada.
Según se reportó en aquel momento, el menor fue puesto en terapia intensiva, donde tuvo que recibir apoyo de ventiladores a causa de la gravedad de la lesión.
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