Mujeres que crean mundos: el emprendimiento femenino como clave para la transformación regional

Natalia Wills nos comparte cómo hacer frente al “missing middle” que impide a pequeños emprendimientos de mujeres ser financiados por grandes capitales

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La gerente de promujer, explica cómo hacer frente al missing middle que afecta los pequeños negocios de la mujeres (Foto: Twitter/@promujer)
La gerente de promujer, explica cómo hacer frente al missing middle que afecta los pequeños negocios de la mujeres (Foto: Twitter/@promujer)

América Latina es el lugar con mayor cantidad de emprendedoras en el planeta (Global Entrepreneurship Monitor, 2020), y la relevancia de la labor de estas mujeres para la economía latinoamericana ha sido demostrada por diversos estudios. Sin embargo, el fenómeno silencioso del missing middle -que abarca a aquellos emprendimientos muy pequeños para ser financiados por fondos de capital pero muy grandes para los microcréditos-, entre otros factores, obstaculizan su desarrollo pleno. Nos adentramos en cuáles son los desafíos para modificar esta coyuntura e impulsar a las empresarias de este segmento para que puedan transformar la economía.

Las pequeñas y medianas empresas son el corazón de la economía latinoamericana: generan el 67% de las oportunidades laborales y representan una fuente valiosa de talentos jóvenes, saberes que provienen de nuestras más arraigadas tradiciones e ideas innovadoras para contribuir a la productividad nacional y regional. En México, las microempresas y las pymes representan el 95% de la totalidad de los negocios existentes en la actualidad (Empresariales, 2021), pero sus posibilidades de crecimiento y generación de empleo se ven dificultados por una brecha de acceso al capital, entre otros factores. Aquellas empresas con menos de 30 empleados y que generan hasta 100 millones de pesos mexicanos por año son las más afectadas por la problemática del missing middle, que viene a ponerle nombre a la falta de posibilidades de financiamiento que afecta a este tipo de negocios.

La brecha para las medianas y pequeñas empresas se acentuó luego de la pandemia, cuando el apoyo financiero se centró en las grandes compañías y eso condujo a que los negocios incipientes debieran cesar sus actividades, dejando a familias enteras sin sostén económico. Se estima que solo el 10% de las medidas para apoyar la economía en pandemia se destinaron a la subsistencia de las pequeñas y medianas empresas, y se proyecta que casi 2.7 millones de éstas en el sector formal cerrarán en la región, dado que su margen de ganancias y su acceso al crédito es bajo (Gender Smart, 2021).

Durante la pandemia, la brecha entre las medianas y pequeñas empresas se amplió, pues el apoyo financiero se centró en las grandes compañías, provocando que los negocios pequeños quebraran y afectaran el sostén económico de muchas familias (Foto: EFE/Yander Zamora)
Durante la pandemia, la brecha entre las medianas y pequeñas empresas se amplió, pues el apoyo financiero se centró en las grandes compañías, provocando que los negocios pequeños quebraran y afectaran el sostén económico de muchas familias (Foto: EFE/Yander Zamora)

Actualmente, la mitad de las más de 17.217.911 pequeñas y medianas empresas que existen en América Latina, y que contribuyen al Producto Bruto Interno en un 25%, son fundadas y dirigidas por mujeres. Sin duda, la brecha financiera que afecta a las empresas comprendidas en el missing middle está perjudicando a las emprendedoras, que además se ven perjudicadas por disparidades históricas en el sistema financiero: solo el 6% del capital invertido se dirige a emprendimientos liderados por mujeres (International Finance Corporation) y el 73% de las mujeres que desean emprender no posee el capital necesario (Banco Mundial).

¿Por qué las emprendedoras suelen carecer del financiamiento que necesitan, aun habiendo demostrado ser más confiables y directoras de negocios más rentables (Calvert Impact Capital, 2021)? Puede que la respuesta se halle en la persistencia de roles de género tradicionales, que solemos creer extinguidos, en el imaginario colectivo de nuestro continente: la organización Oxfam (2014) publicó un estudio focalizado en América Latina, que indaga en la percepción existente en torno a hombres emprendedores frente a mujeres emprendedoras, cuyas empresas se encuentran en el missing middle. Las características más mencionadas por inversionistas y organizaciones no gubernamentales (ONG) sobre éstas últimas, si bien se destacan la responsabilidad, la capacidad de trabajo en equipo y la confiabilidad, son la falta de tiempo en comparación de sus pares masculinos, menos conocimiento financiero, menos seguridad y aversión al riesgo. Estas características han sido refutadas por investigaciones y estadísticas científicas (Adams, 2021), que vislumbran cómo las mujeres reaccionan de manera similar a los hombres a la hora de tomar riesgos en posiciones de liderazgo.

Es en ese contexto que Pro Mujer, empresa social sin fines de lucro que desde hace más de 32 años trabaja en avanzar hacia la igualdad de género en América Latina, junto al Fair Center del Instituto Tecnológico de Monterrey, se interesaron por indagar en el fenómeno del missing middle; realizando una relevante investigación, que incluyó entrevistas a mujeres líderes de emprendimientos abarcados en esta categoría, así como un análisis ulterior de la temática y vías posibles de encararla. Actualmente, Pro Mujer brinda capacitación, servicios de salud y microcréditos a emprendedoras, brindando acceso al financiamiento y acompañando a las mujeres en el intenso proceso que implica comenzar o hacer crecer un negocio.

La falta de tiempopara atender un negocio es un factor desfavorable para las mujeres emprendedoras que requieren financiamiento (Foto: Twitter/@promujer)
La falta de tiempopara atender un negocio es un factor desfavorable para las mujeres emprendedoras que requieren financiamiento (Foto: Twitter/@promujer)

Las voces de las emprendedoras, fundamentales para comprender la problemática y actuar sobre ella, dan cuenta de la discriminación en el acceso al crédito. Pero, al mismo tiempo, son quienes formulan salidas posibles -y también colectivas- al laberinto: la creación de consultorías especializadas, programas de educación financiera para la adquisición de créditos y redes de apoyo para mujeres con proyectos son algunas de las propuestas esbozadas en la investigación para fortalecer la presencia femenina en el ámbito financiero. En ese sentido, el camino que Pro Mujer y otras organizaciones comprometidas con estos cometidos están trazando, basado en escuchar las necesidades de las emprendedoras e implementar estrategias profesionales a partir de sus perspectivas, es un estandarte para las generaciones de emprendedoras por venir.

Natalia Wills es Gerente Global de Representación y Género de Pro Mujer, empresa social sin fines de lucro que trabaja para fortalecer las condiciones de las mujeres vulnerables en América Latina impulsando sus emprendimientos.

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