“Okupas” habría recibido donativo de medio millón de pesos: acusan que lo gastaban en fiestas, mariachis y drogas

Okupa Cuba Monumenta Viva es un colectivo feminista radical que desde 2020 tenía tomado un edificio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ubicado sobre la Calle República de Cuba en el Centro Histórico, y que acostumbraba a pedir donativos a los automovilistas que circulaban por la zona. Muchos de los conductores que se negaron a donar denunciaron haber sido violentados por las encapuchadas, a ellos se han sumado mujeres que han denunciado violencia, autoritarismo y mala administración de los donativos dentro del inmueble ocupado por el bloque negro, a través de redes sociales.

Una usuaria de Twitter (@mareademarte) compartió un hilo en el que relató su experiencia dentro las instalaciones de la CNDH, que fueron recuperadas por el Gobierno de la Ciudad de México (CDMX) el 15 de abril, luego de que una maestra de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) denunciara haber sido agredida por las “okupas”. La mujer que abrió el debate en redes sociales desmintió que fuera un lugar donde “cualquier persona podía ir, ser refugiada, acuerpar y tener un hogar ahí”, ya que solo accedían quienes conocieran a alguien dentro y denunció las pésimas condiciones en que vivían quienes se refugiaban en ese sitio.

Según su testimonio, los donativos, de hasta medio millón de pesos, eran administrados por un grupo de 5 personas que lideraban al colectivo y se encargaban de comprar los víveres para quienes vivían en el edificio. Para tener acceso a medicinas, productos de aseo personal, despensa y comida, las mujeres debían obedecer a las líderes sin hacer ningún cuestionamiento.

En algún momento, quienes estaban al frente del colectivo dejaron de comprar insumos básicos con el dinero obtenido de las donaciones y lo utilizaban en gastos personales. La usuaria @mareademarte, quien aseguró haber vivido con ellas, denunció que la recámara de las líderes “tenía refri, horno, una alacena repleta de despensa y casi todos los instrumentos para accionar junto con papelería. Los demás cuartos no tenían más que cobijas y almohadas”.

También, aseguraron, gastaban el dinero en fiestas con mariachis, DJ, drogas y una gran cantidad de alcohol. Los conflictos durante las reuniones eran comunes y en ocasiones derivaban en la expulsión de algunos grupos de refugiadas que eran acusadas de cometer faltas en contra del grupo, testimonios revelan que: “Una noche hubo una pelea entre las distintas facciones y a media noche corrieron a un grupo de chicas, las acusaron de robo por agarrar cereal de la despensa”.

A las denuncias de mujeres violentadas durante su estancia en el edificio tomado por las “okupas”, se suman los reclamos por parte de quienes aseguran que Okupa Monumenta Viva deslegitima el movimiento feminista. Entre los actos injustificados que han cometido están las “tomas a distintas instituciones solo para saquear computadoras, papelería y el dinero de las becas.”

Entre los comentarios de mujeres en desacuerdo con el colectivo, hay algunos que tuvieron gran apoyo como: “Cuando dieron la noticia de que iban a desalojar la okupa, aplaudí, no por el teatro que hicieron los polis, sino por la farsa que fue la okupa cuando las pseudo feministas tomaron el control. Allí se da uno cuenta cuando NO es activismo, solo protagonismo”.

Cabe mencionar que la ocupación de las instalaciones de la CNDH en 2020 fue inicialmente una forma de protesta ante un caso de una niña de 4 años, quien fue violada en 2017 por la psicóloga de la escuela a la que asistía. Marcela Alemán, madre de la víctima, exigió justicia públicamente al amarrarse en una silla dentro del inmueble propiedad de la comisión, tras lo cual feministas convocaron a tomar el lugar en señal de apoyo a la mujer.

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