Quién fue el Dr. Atl, el hombre que sobrevoló el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl para pintarlos

Este domingo 15 de agosto se cumplen 57 años de la muerte de Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl, un reconocido pintor, escritor, vulcanólogo y filósofo mexicano que impulsó la corriente del muralismo. Nacido el 3 de octubre de 1875 en Guadalajara, Jalisco, destacó por ser un apasionado artista plástico con un estilo singular.

De acuerdo con distintos relatos, Murillo se atribuyó el pseudónimo Atl, que significa “agua” en náhuatl, luego de en Nueva York una fuerte tormenta azotara el barco en el que viajaba con destino a Europa, por lo que llegó a pensar en su muerte. Sin embargo, tras salir ileso del percance, decidió usar dicho sobrenombre.

En tanto, el título de doctor se lo otorgó Leopoldo Lugones, por haberse doctorado en filosofía, sugiriéndole que como Atl es muy simple, debía llamarse Dr. Atl.

En distintas ocasiones se le ha comparado con José Vasconcelos, quien rechazó el régimen porfirista y se involucró en la construcción del Estado mexicano después de la Revolución Mexicana.

Su destacada trayectoria académica la construyó a base de esfuerzo y esmero. Tras pasar por instituciones como el Instituto Científico y Literario del Estado, en Aguascalientes, y la Escuela Nacional de Bellas Artes, en 1897, obtuvo una beca de 1,000 pesos para estudiar en Europa.

Viajó por Inglaterra, Alemania, Francia, España y en Italia, estudió filosofía en la Universidad de Roma y derecho penal en la Soborna de París. Aunado a esto incursionó en el periodismo y la pintura.

Posteriormente, regresó a México en donde la Academia de San Carlos lo contrató para que clasificara, evaluara y restaurara distintas colecciones adquiridas. Debido a su espíritu revolucionario, Gerardo Murillo se ganó el sobrenombre de “agitador”, pues arremetió contra los métodos de enseñanza de las artes.

En ese lugar, se abocó a persuadir a pintores jóvenes de la importancia del arte popular, entre ellos, José Clemente Orozco e Ignacio M. Beteta.

Atraído por la belleza de la naturaleza, el Dr. Atl realizó una serie de estudios sobre volcanes, fenómenos que observó de cerca sin amedrentarse por estar cerca de ellos, ni temer por su salud al respirar los gases tóxicos que emanan. Tal era su fascinación por estos paisajes que creó el “aeropaisaje”, sobrevolando en helicóptero para pintar las incandescentes montañas.

Así fue como el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl “quedaron plasmados en sus lienzos y literatura, al igual que los italianos Etna y Strómboli”, indica una publicación del Instituto Nacional de Bellas Artes (Inba).

“Aniversario luctuoso del pintor, político, periodista, escritor y vulcanólogo Gerardo Murillo “Dr. Atl”. Comparado con José María Velasco y creador del “aeropaisaje” sobrevoló volcanes como el Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Etna y Strómboli, para pintarlos”, indica una publicación del Instituto Nacional de Estudios de Investigaciones Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).

También registró la evolución del volcán Paricutín, dando como resultado el libro Cómo nace y crece un volcán. En tanto, Murillo creó los Atl-color, técnica compuesta por una serie de tintes secos que se podían utilizar sobre tela, papel o roca.

Rodeado de personas ilustres de la época, el doctor Atl se relacionó sentimentalmente con la artista y modelo Carmen Mondragón, a quien bautizó como “Nahui Olin”, fecha del calendario azteca que significa el movimiento renovador de los ciclos del cosmos.

Por algunos años, Carmen se convirtió en la musa del jalisciense. Así pues, realizó una vasta obra de caballete: retratos, autorretratos y pasajes.

Cuando Venustiano Carranza murió, el Dr. Atl “se autoexilió a Francia, donde publicó un periódico sobre la Revolución Mexicana e impidió un préstamo por parte de bancos franceses a Victoriano Huerta. Regresó a México bajo el seudónimo de Giorgio Stello, capitán aviador de la Real Fuerza Aérea Italiana”, indica el Inba.

SEGUIR LEYENDO: