El desafío de los “Chapitos” en Sinaloa: patrullan las calles con total impunidad

Sinaloa ha pasado de ser un atractivo turístico a una entidad acechada por el narco

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(Foto: Captura de pantalla)
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En Culiacán, Sinaloa, sus habitantes —850,000 aproximadamente— han aprendido a vivir con el narco. En la ciudad, una de las más afectadas por la violencia de los cárteles, las balaceras, los retenes y patrujalles de sicarios suceden a plena luz del día y en cualquier lugar de la región.

Esta misma semana, en redes sociales circularon grabaciones de un convoy de vehículos repletos de hombres ataviados con gorras, pecheras de la Marina apócrifas y armas largas paseando por Culiacán.

Sicarios de los Chapitos en Sinaloa

Según los medios locales, los mismos habitantes de la ciudad han impuesto un toque de queda; sin embargo, durante el día, los sicarios también rondan en sus autos y amedrentan con sus armas largas. “Ha habido momentos donde nos hemos sentido totalmente vulnerados porque aquí no hay gobierno”, reveló un habitante al medio local Línea Directa.

Cuentas de Twitter relacionadas con denuncias ciudadanas, sacaron a la luz videos de presuntos sicarios de la facción de los Chapitos patrullando las calles. La célula liderada por los hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán presume con temeridad de su poder con metralletas bañadas en oro y vehículos blindados.

Sicarios de los Chapitos en Sinaloa 1

Los narcos, según los expertos, usan las redes sociales sin recato alguno para presumir de una vida de excesos, violencia y ostentación.

Culiacán, tiradero de cadáveres

Los terrenos baldíos y abandonados de Culiacán se han convertido en un cementerio, donde los sicarios abandonan a sus víctimas.

En dicha ciudad, identificada como centro de operaciones de los narcotraficantes Ismael el “Mayo” Zambada y los hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán, reina un clima de terror e impunidad.

En febrero dos sujetos abandonaron un cuerpo en un terreno baldío en Culiacán, Sinaloa (Foto: Archivo)
En febrero dos sujetos abandonaron un cuerpo en un terreno baldío en Culiacán, Sinaloa (Foto: Archivo)

Por su ubicación —se extiende desde la costa en el Golfo de California hasta los límites con Durango en la Sierra Madre Occidental— desde hace años es territorio de disputa del narcotráfico, lo que ha provocado la muerte de miles de civiles.

Según documenta el diario nacional Milenio, en los límites de pueblos como El Ranchito y El Huizache, los homicidas abandonan desde osamentas hasta cuerpos con narcomensajes.

Desde el pasado 4 de febrero, cuando sujetos abandonaron un cuerpo, en medio de un basurero de Culiacán, hasta la fecha, se han encontrado 40 cadáveres, de acuerdo con un conteo de Milenio. Las últimas víctimas fueron identificadas como dos adolescentes de 14 y 16 años, que fueron asesinados y quemados.

Culiacán no cuenta con una ley especial que atienda el problema de la impunidad. Los lugareños han pedido a las autoridades diseñar un protocolo de seguridad en las zonas serranas para que los afectados puedan vivir tranquilos. Hace algún tiempo, un hombre fue quemado sólo por haber sido testigo de un hecho delictivo, describe un testimonio recogido por el medio nacional.

El pasado mes de julio, en la comunidad El Huizache sindicatura de Costa Rica al sur de la ciudad, autoridades localizaron el cuerpo sin vida de un hombre, de complexión robusta, moreno, de entre 30 a 35 años, que vestía playera anaranjada, pantalón blanco, y tenis de color gris.

El cadáver fue localizado sobre la avenida Ampliación Álvaro Obregón en el Parque Industrial de La Primavera, donde también se encontraban casquillos de arma de fuego calibre .9 milímetros.

El 12 de agosto, fue reportado un cadáver abandonado de un masculino, quien se encontraba semidesnudo, con impactos de bala y visibles huellas de tortura. Una semana después, se realizó el hallazgo de un cadáver descuartizado y embolsado en el fraccionamiento Floresta, en Culiacán.

En esta municipalidad existe una pugna entre células del Cártel de Sinaloa por liderar la zona de ruta para traficar enervantes.

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