
En 1902, durante el periodo del porfiriato, el territorio mexicano se vio amenazado por la peste bubónica proveniente de San Francisco en Estados Unidos y que atacó principalmente al estado de Baja California.
El brota más problemático se dio en el puerto más activo del gobierno en ese momento que era Mazatlán, Sinaloa. De acuerdo con la investigación de los médicos Arturo Fierros Hernández y Alejandro Ayala Zúñiga publicada en la Gaceta Médica de México. En San Francisco, la epidemia causó 113 muertes mientras que, en Sinaloa causó 582 fallecimientos.
Para evitar que la mayoría de la población se enfermara se hizo una campaña sanitaria masiva con las vacunas de Haffkine y Besredka. Tal medida tuvo complicaciones porque en aquellas fechas la medicina moderna no era tan aceptada como ahora, por lo que muchas personas infectadas o no, se escondían de las autoridades para evitar la vacunación.
De acuerdo con la investigación “Economía, política y salud pública en el México porfiriano (1876-1910)” de la investigadora mexicana Ana María Carrillo, una de las medidas que utilizaron para la prevención fue el aislamiento riguroso de los infectados, en el caso de la oligarquía del porfiriato en sus casas, y a las demás personas en pequeños establecimientos construidos especialmente para el aislamiento.
En estos pequeños establecimientos o lazaretos, mantenían en observación a los pacientes y expedían certificados a quienes se encontraran sanos, además, el equipo sanitario del gobierno estableció brigadas para buscar casa por casa a los ciudadanos. Ya que el gobierno era autoritario con la población por lo que los ciudadanos veían esta imposición como una amenaza, además del ya mencionado escepticismo a la medicina moderna de principios del siglo XX.
Las localidades que estaban invadidas por el epidemia tenían un cordón sanitario que significó la clausura de los accesos terrestres y marítimos lo que provocó escasez general de alimentos, principalmente en el puerto de Mazatlán.
De 1877 a 1902, aquel puerto había aumentado el valor de sus exportaciones al 120 por ciento. De Mazatlán salían a puertos extranjeros: los metales preciosos, el azúcar, el tabaco labrado, las mantas y el jabón; y llegaban al país los textiles, los vinos, las lozas, el papel, los abarrotes, la maquinaria y el material ferroviario.
En esa época, el bacilo pestoso, Yersinia pestis, había sido identificado por Alexandre Yersin y Kitasato Shibasaburo en 1894 y con lo que demostraron que la trasmisión de la enfermedad se efectuaba principalmente a través de la pulga de la rata.

Según los investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Rogelio Godínez Reséndiz y Liliana Schifter, en un primer momento las vacunas de Haffkine y Besredka se guardaban en frascos estériles de vidrio cerrados con tapones de corcho parafinado. Sin embargo, esta clase de envase provocaba que los productos se contaminaran antes de llegar a su destino, por lo que los científicos del Instituto Patológico Nacional (compuesto en su mayoría por médicos) decidieron utilizar un proceso diferente de acondicionamiento. Así, las vacunas fueron envasadas en tubos de ensayo, previamente esterilizados y de gran tamaño, que después se cerraban con mechero y se volvían a esterilizar a 70°C por una hora. “Estos envases eran multidosis, es decir, cada tubo elaborado permitía vacunar a 11 personas”, de acuerdo con los datos de la sección de Bacteriología del Departamento de vacunas y sueros del Instituto Patológico.
Después de seis meses, la epidemia se terminó. En el análisis de la investigadora en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Ana María Carrillo, se señala que esto se dio gracias a que el ejecutivo federal dio la delegación transitoria de facultades para actuar ante la epidemia y así pudo evitarse que ésta se extendiese a todo el territorio o que se agudizara en algunas poblaciones.
Debido a esta experiencia con la peste, el entonces Consejo Superior de Salubridad y las autoridades sanitarias tuvieron el ejemplo para las siguientes campañas sanitarias que se enfrentarían al corto plazo con la fiebre amarilla (o vómito prieto) que tuvo como foco endémico al estado de Veracruz y el paludismo en Sinaloa y regiones de clima tropical.
El Consejo Superior de Salubridad, fue establecido en la ciudad de México el 4 de enero de 1841. Estuvo integrado por cinco miembros titulares, tres eran médicos, uno farmacéutico y el quinto integrante era químico.
MÁS SOBRE EL TEMA:
Más Noticias
700 años de Tenochtitlan: cómo un pueblo errante y repudiado se convirtió en el poderoso imperio de América
La fascinante la historia de cómo un puñado de personas con un sueño buscaron su identidad, fueron obligados a vivir en un islote marginal y lograron alianzas poderosas en el continente

La mujer que dobló al sistema y llevó el feminicidio a la SCJN para hacer justicia por su hija, que no se suicidó
La incansable lucha de Irinea Buendía hizo que las autoridades judiciales reconocieran la negligencia del caso de su hija Mariana Lima, pero además la gravedad del problema y las omisiones de las autoridades

David Alfaro Siqueiros en la prisión de Lecumberri: vida y obra del muralista en el “Palacio Negro”
El artista fue detenido acusado de disolución social y del intento de asesinato de Trotski. Esta es la historia poco conocida de su etapa como interno en una de las prisiones más duras en la historia

Qué es la meningitis, cuáles son sus síntomas y cómo tratarla
En algunos casos, esta enfermedad mejora sin tratamiento en algunas semanas, pero en otros pueden poner en riesgo la vida y requerir tratamiento con antibióticos de emergencia

Hermila Galindo: sufragista mexicana, activista feminista y primera candidata a diputada federal
La histórica activista feminista fue clave en la reforma al artículo 34 de la Constitución que permitió a las mujeres votar y ser votadas



