Apuñalaron a la periodista Mireya Ulloa, directora editorial de La Opinión, de Veracruz

La periodista Mireya Ulloa Valencia, directora editorial del periódico La Opinión, de Poza Rica, Veracruz, fue apuñalada cuando llegaba a su domicilio la madrugada del miércoles tras el cierre de la edición.

De acuerdo con el medio, Ulloa llegaba a su casa alrededor de la 1:30 hora y al descender del vehículo fue atacada por un sujeto que la esperaba en los alrededores de la cochera. La apuñaló en varias ocasiones en el abdomen y la amenazó que de seguir con su labor periodística la próxima vez la mataría. Después huyó.

Tras los gritos, familiares de Mireya salieron en su auxilio y llamaron al 911 para pedir ayuda de las autoridades. Sin embargo, ellos mismos la trasladaron a una clínica privada en donde le dieron atención médica por las heridas ocasionadas con arma blanca y fue reportada estable.

Tras el atentado, la propia Ulloa Valencia dio parte al secretario de la Comisión Estatal de Atención y Protección para los Periodistas (CEAPP), Jorge Morales, de quien no obtuvo el apoyo que el hecho ameritaba, pues éste lo minimizó al calificarlo de un simple intento de asalto con violencia. No obstante, en ningún momento el agresor hizo algo por llevarse de las pertenencias de la comunicadora, sino que la agresión fue directa.

En su página de internet, La Opinión de Poza Rica condenó el atentado que, sostuvo, representa “uno más en contra del ejercicio libre del periodismo”, el cual ya es el tercero que ocurre en contra de su personal.

En un comunicado, señaló: “esto representa un claro acto intimidatorio, con esta ruin acción una vez más tratan de callar nuestra voz crítica, como lo han intentado en ocasiones anteriores”.

Hizo un llamado a la CEAPP y a la Fiscalía del Estado para que se tomen cartas en el asunto y se esclarezcan los hechos. La Opinión reprochó que la CEAPP haya minimizado los hechos al tratar de interpretar que fue un robo con violencia, versión que luego desmintieron los “primeros respondientes”.

Este es el tercer ataque que ocurre contra personal de dicho medio de comunicación. A finales de marzo del 2017, Armando Arrieta Granados, jefe de redacción del periódico, recibió cuatro impactos de bala calibre 9 milímetros, una de las cuales perforó uno de sus pulmones.

Tras cerrar la edición del impreso, el periodista llegó a su casa, también en Poza Rica, y al descender de su auto fue baleado por sujetos que también se dieron a la fuga; el atentado le costó su hospitalización en terapia intensiva y hasta su retiro del medio después de estar al borde de la muerte, sin que hasta el momento se haya esclarecido el atentado.

Antes, en abril del 2005, Raúl Gibb Guerrero, director general del periódico La Opinión de Poza Rica, fue asesinado cuando se dirigía a su domicilio en la comunidad de Santa Águeda, del municipio de Papantla. En ambos casos las autoridades no han dado con los responsables.

México es uno de los peores países del mundo para ser periodista. Al menos 11 comunicadores fueron asesinados durante el primer año del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con la organización Artículo 19, un grupo que rastrea los crímenes contra periodistas en todo el mundo, agosto de 2019 fue el peor mes registrado para México cuando fueron asesinados tres comunicadores.

Las razones de tales homicidios son variadas: sicarios de cárteles molestos por la cobertura de su actividad criminal, funcionarios corruptos que apuntan a los críticos para silenciarlos; violencia al azar e incluso periodistas que cruzan los mundos criminales que cubren.

Desde el año 2000 ya van 131 periodistas que pierden la vida, lo que convierte a México en uno de los países del mundo más peligrosos para la prensa. El Comité para la Protección de los Periodistas incluyó a México -junto a Somalia, Siria e Irak— en la lista de países con la mayor impunidad para resolver casos de homicidios a periodistas.

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