
Submarinistas voluntarios y guardaparques de la Reserva Marina de las Islas Galápagos extrajeron del fondo del mar galapaguino más de 2.239 kilos de basura. Con esta recolección, ya son 42 toneladas de basura marina conseguida en algunas bahías del mar del Archipiélago de Colón desde 2017, luego de la retención del barco chino Fu Yuan Yu Leng 999. Y la cantidad sigue en aumento.
Los conservacionistas han encontrado muebles de madera, condones, llantas y pañales, además de basura plástica, cabos, redes y boyas que la fauna marina confunde con alimentos que consumen y se intoxican, o que las atraviesan para quedar atrapadas y, con el tiempo, morir por estrangulamiento. Las tortugas que consumen medusas pueden confundir las bolsas plásticas con estos animales marinos, por ejemplo. Cuando se les aplica la necropsia veterinaria se observa la presencia de restos de bolsas en los intestinos.
Durante la Conferencia Ministerial sobre Basura Marina y Contaminación por Plásticos convocada por Ecuador, Alemania, Ghana y Vietnam, desarrollada en Ginebra, el Ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador, Gustavo Manrique, presentó los compromisos del país para la lucha contra la contaminación marina. La reunión contó con la participación presencial y virtual de más de 140 países y 1.100 representantes y delegados de organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil, academia y sector privado.
“Es fundamental iniciar cuanto antes un proceso de negociación hacia un acuerdo mundial vinculante efectivo y ambicioso sobre contaminación marina por plásticos, con una visión compartida, objetivos y compromisos concretos de reducción y eliminación de plásticos en el ambiente”, señaló el ministro Manrique.
Cada año, se filtran en el océano 13 millones de toneladas de plástico, según los cálculos de la ONU. Se estima que el 80% de esa basura llega desde la tierra, mientras que el 20% restante proviene de fuentes marinas, por ejemplo, partes de redes y otros elementos abandonados en el agua por las flotas de barcos pesqueros, de acuerdo a la agencia de Medio Ambiente de la ONU. Además, las Naciones Unidas han advertido que los plásticos en los océanos provocan cada año la muerte de al menos 100.000 especies marinas.

Lo anterior se refleja en una investigación realizada por científicos de Reino Unido y Australia, publicada en Frontiers in Marine Science, que reveló que las tortugas jóvenes de los océanos Pacífico e Índico consumen plástico como parte de la contaminación de las aguas. El estudio muestra que las tortugas que nadan por el océano Pacífico son las que más plástico consumen. La basura que ingieren estos animales podría provocar su muerte prematura (antes de reproducirse) lo que resulta en un declive de su población.
Las islas Galápagos son de los ecosistemas más afectados por esta contaminación. Las flotas pesqueras que cada año acechan el archipiélago no sólo arrasan con las especies que nadan dentro y fuera de la reserva marina, sino que causan la contaminación de las aguas al desechar miles de botellas plásticas que incluso han llegado a las costas de las Galápagos.
Solo en el 2020, se contabilizaron más de 8.000 botellas plásticas arrojadas por la flota pesquera china que se encontraba al sur de las islas, según reportó Alberto Andrade, coordinador del Frente Insular.
Durante mucho tiempo, los ciudadanos de las Islas Galápagos y del Ecuador continental han expresado su indignación por los desechos plásticos que fluyen hacia las islas. Si bien este problema se registra desde hace muchos años los habitantes de las Galápagos, activistas por los derechos de la naturaleza y ambientalistas afirman que la cantidad de basura ha aumentado, lo cual es consistente con la presencia de flotas pesqueras principalmente chinas, aún al borde de la Zona Económica Exclusiva Ecuatoriana.
Estas botellas están etiquetadas con leyendas e inscripciones logosílabas, muy características de algunos idiomas asiáticos. Estos objetos arrojados al mar indiscriminadamente representan daños irreparables al ecosistema desde las flotas pesqueras chinas. Los expertos señalaron que la existencia de estas flotas plantea una serie de riesgos potenciales para la salud de los ecosistemas marinos y terrestres y la protección de los recursos naturales. Se estima que solamente las flotas chinas producen entre 23 mil y 25 mil botellas de plástico todos los días, y que estas botellas de plástico se arrojan directamente al mar.
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