EEUU advirtió que la represión a las protestas en China es “un signo de debilidad” del régimen de Xi Jinping

El secretario de Estado Antony Blinken cuestionó la política de “covid cero” y declaró que las personas de todo el mundo tienen derecho a “hacer pública su frustración”

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Antony Blinken (REUTERS/Stoyan Nenov)
Antony Blinken (REUTERS/Stoyan Nenov)

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el miércoles que la represión de China a las protestas contra su política de “covid cero” es un “signo de debilidad” del régimen comunista.

Blinken dijo en la cadena NBC News que las personas de todo el mundo tienen derecho a “hacer pública su frustración” .

“En cualquier país en que vemos que eso ocurre y que el gobierno toma medidas represivas masivas para detenerlo, eso no significa un signo de fortaleza. Es un signo de debilidad”, dijo Blinken en Rumania, donde asiste a reuniones de la OTAN.

Blinken, que planea visitar China el año que viene, no quiso opinar sobre si las protestas afectan al presidente Xi Jinping.

Enfrentamientos en el sur de China contra las políticas de Xi Jinping

Estimó que la política china de “covid cero”, que fue el detonante inicial de las protestas, “no es algo que nosotros haríamos”, y añadió que Estados Unidos optó por enfocarse en las vacunas, las pruebas y el tratamiento de la enfermedad.

“China tiene que encontrar cómo avanzar en el tratamiento de covid de una forma que pueda responder a las necesidades sanitarias pero también a las necesidades de la gente”, dijo el secretario de Estado.

Las protestas contra la política de “covid cero”, sin embargo, derivaron en reclamos de libertades políticas. Las movilizaciones han sido las mayores en China desde 1989, cuando los dirigentes comunistas enviaron tropas para aplastar un movimiento democrático liderado por estudiantes en la plaza de Tiananmen.

Edward Lawrence estaba trabajando para la BBC y cubría las protestas contras las restricciones por el COVID cero

El máximo organismo de seguridad de China pidió el martes “medidas enérgicas” tras varios días de protestas en las principales ciudades del país contra casi tres años de estrictos confinamientos por el covid-19, en un contexto de frustración pública con el sistema político chino. El fin de semana pasado estallaron manifestaciones en la capital, Pekín, y otras ciudades como Shanghái y Wuhan, que tomaron por sorpresa al poderoso sistema de seguridad chino.

El detonante de esta movilización nacional fue el incendio de un edificio de apartamentos en Urumqi, capital de la región noroccidental de Xinjiang, en el que murieron 10 personas. En las redes sociales muchos testigos dijeron que la ayuda tardó en llegar debido a las restricciones sanitarias, lo que negaron las autoridades.

Pero las protestas también han tomado un cariz político, y algunos manifestantes piden la renuncia del presidente Xi Jinping. En Pekín y Shanghái la fuerte presencia policial desalentó cualquier intento de manifestación. Pero el lunes y el martes se celebraron concentraciones esporádicas.

Foto de archivo: Manifestantes sostienen hojas de papel blanco en protesta por las restricciones por el COVID-19 tras una vigilia por las víctimas de un incendio en Urumqi, en Pekín, China, el 27 de noviembre de 2022 (REUTERS/Thomas Peter)
Foto de archivo: Manifestantes sostienen hojas de papel blanco en protesta por las restricciones por el COVID-19 tras una vigilia por las víctimas de un incendio en Urumqi, en Pekín, China, el 27 de noviembre de 2022 (REUTERS/Thomas Peter)

El férreo control de la información por parte de las autoridades y las restricciones sanitarias para viajar dentro de China dificultan la evaluación del número total de manifestantes en el país. Pero un levantamiento tan generalizado es poco común, dada la represión de cualquier forma de oposición frontal al gobierno chino.

Aunque Pekín mantiene por el momento su estricta política sanitaria, en los últimos días ha habido algunos signos de relajación. Las autoridades han prometido también acelerar la vacunación de los ancianos. La insuficiente tasa de vacunación en China, especialmente entre las personas mayores, es uno de los argumentos del gobierno para mantener sus medidas.

(Con información de AFP)

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