“Esta explicación insoportable es para que no haya dudas”: Bielsa dio una respuesta de 17 minutos, pero no batió su récord

El Loco se explayó más de la cuenta en la última conferencia y se responsabilizó por la última goleada sufrida por el Leeds ante Manchester United

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La respuesta de 17 minutos que dio Marcelo Bielsa en conferencia de prensa

En la conferencia de prensa previa al debut contra Manchester United uno de los periodistas que intervino mencionó que Marcelo Bielsa había observado su reloj, motivo por el cual aclaró que no tenía ningún tipo de apuro y disponía de “todo el tiempo del mundo” para seguir respondiéndoles. Parece ser que el Loco se tomó a pecho la frase porque se explayó con una contestación de más de 17 minutos en el último contacto con la prensa británica.

El entrenador del Leeds United fue expeditivo en las primeras consultas, vinculadas al estado de sus futbolistas y las posibles incorporaciones en lo que queda del mercado de pases (negó que sea probable sumar más refuerzos). Pero cuando le hablaron de la goleada 1-5 con Manchester United en Old Trafford, se extendió con un argumento de 17 minutos y 13 segundos (a los que deberían restárseles, lógicamente, los tiempos de las respuestas traducidas al inglés de su intérprete colombiano Andrés Clavijo).

“(Tras la derrota contra Manchester United) ¿cuál es el proceso que hay que pasar durante la semana para levantar a los jugadores mental y físicamente?”, fue la pregunta que derivó en una larga réplica que igualmente no llegó a batir su propio récord de 25 minutos del año pasado.

“Físicamente no es un problema, por supuesto que la autoestima y el entusiasmo decrecen cuando un equipo sufre una derrota como la que sufrimos en el último partido. Una de las cosas que más daña en una derrota como esta es que sentimos que las expectativas y las ilusiones de los aficionados que acompañan al equipo han sido defraudadas por nuestro trabajo. Si hay algo que es muy doloroso es decepcionar, ¿no? No dar lo que se espera de nosotros”, arrancó Bielsa.

Y prosiguió: “Si bien eso produce sufrimiento, la cercanía de un partido contiene la opción de revertir y comenzar a pagar esa deuda. Partidos como el que perdimos el sábado pasado generan heridas que no se saldan o se olvidan, pero sí uno puede ir superponiendo emociones nuevas que permitan que eso quede en la memoria y deje de estar presente”.

Bielsa en el estreno del Leeds en la Premier League: derrota 5-1 con Manchester United en Old Trafford (REUTERS/Phil Noble)
Bielsa en el estreno del Leeds en la Premier League: derrota 5-1 con Manchester United en Old Trafford (REUTERS/Phil Noble)

Sobre el duro golpe sufrido en territorio mancuniano, analizó: “No sucedió nada que nosotros no hubiéramos contemplado que debíamos resolver. De hecho los aspectos más claros que determinaron la derrota son los aspectos centrales sobre los que trabajamos durante 7 semanas. Hay que comprender cuál es la responsabilidad del entrenador. El entrenador no es bueno porque advierta cuáles son los peligros que hay que evitar y resolver. Tampoco es bueno porque utiliza recursos que tengan como objetivo incorporar la sabiduría futbolística para que las cosas no deseadas no pasen. El entrenador solo es bueno si contando el procedimiento para lograr el objetivo de evitar lo que a un equipo lo daña es efectivo, entonces por eso yo les explicaba a los jugadores que yo me siento absolutamente responsable de las situaciones que derivaron en la derrota contra Manchester United”.

Más tarde, enumeró las tres cuestiones básicas en las que trabaja Leeds para crecer como equipo: 1) “para que el rival ataque peor, para que los delanteros del rival sean peores, nosotros necesitamos que el comienzo del juego rival sea muy presionado por nuestro equipo, de modo tal de que buenos delanteros no reciban pelotas cómodas, sobre todo cuando jugamos contra equipos que son mejores que nosotros”; 2) “ser muy cuidadosos en el manejo de la pelota en nuestro propio campo, porque si nosotros perdemos la pelota cuando estamos distribuidos para jugar y la perdemos cerca de nuestro arco, estamos desplegados y tenemos poco tiempo para replegarnos y evitar que el rival aproveche eso para poder generar peligro”; 3) “esto es algo por lo que yo soy muy criticado, mantener una estructura defensiva con mucho control sobre los atacantes rivales evitando las persecuciones que llevan a nuestros defensores durante el ataque rival a lugares lejanos en relación a donde juegan habitualmente. Entonces sobre esos tres aspectos y sobre el manejo de los tiempos del partido fue sobre lo que más trabajamos. Todo aquello que yo traté de que el equipo tuviera contra un gran rival, no logramos ponerlo en práctica”.

El rosarino volvió a hacerse cargo de la abultada caída en el estreno de la temporada de Premier League una y otra vez: “Eso indefectiblemente es mi responsabilidad pero por un motivo en particular, porque yo cuento con una disposición absoluta de los jugadores de Leeds en cuanto a trabajo, en cuanto a entusiasmo y en cuanto a integrarse a las ideas que yo les transmito. Entonces si usted analiza cómo se producen los desequilibrios en el partido que perdemos, están vinculados con cosas que constantemente tratamos de desarrollar. Por ponerle un ejemplo, el intercambio de funciones entre Pogba y Fernandes, del cual responsabilizan injustamente a Koch o el cambio de posiciones entre el delantero Greenwood y Fernandes o todas esas cosas. Con la idea de evitar persecuciones nosotros hemos trabajado mucho en eso, con mucha dedicación. Cuando el trabajo no surte el efecto deseado, la responsabilidad es del entrenador. Por supuesto que sabíamos que McTominay es el que más ataca entre él y Fred y que Fred es el más defensivo de los dos, pero que eventualmente cambian el rol. Y sin embargo no logramos neutralizarlo a eso, nosotros sabemos que tenemos que evitar los contraataques y sabemos que tenemos que marcar antes que la pelota se pierda, pero si no encontramos esas soluciones es porque el trabajo que yo hago en ese sentido no es suficiente”.

El compacto de la goleada del United al Leeds el sábado pasado

Luego marcó el que pudo haber sido el punto de quiebre del encuentro contra el United: “Mire, hay un momento en el partido del otro día. Hasta que lo empatamos, merecíamos perderlo, no estábamos equilibrando el partido pero sí impidiendo que se desequilibrara. Esto ojalá lo pueda explicar porque es un aspecto muy importante. Cuando se produce el segundo gol, nosotros perdemos la pelota a través de un pase que genera un rebote, pero cuando sale ese pase nosotros teníamos -si usted hace un corte en el ancho de la cancha- 5 jugadores libres a la altura del área grande por el costado derecho y por el área contra un solo defensor del rival. Cuando yo vi esa situación, vi claramente que era nuestro momento del partido. No pudimos convertir esa posesión en peligrosa y sucedió lo contrario de lo que indicaba ese momento del partido donde uno percibe cómo están las relaciones entre los dos equipos. Sucedió lo contrario, Pascal (Struijk) quedó uno contra uno sin posibilidad de ser respaldado y lo que parecía que era el comienzo de nuestro momento del partido se convirtió en el comienzo de 10 minutos que nos sacaron del partido. Entonces marcar en posesión y el oficio para manejar los tiempos del partido son todas cosas de las que nosotros hablamos constantemente y le insisto, cuando uno entrena un equipo con jugadores tan generosos, tan identificados y tan profesionales, si el entrenador no logra lo que persigue, es culpa del entrenador y no de los jugadores”.

El final es sencillamente fantástico: “Yo doy toda esta explicación insoportable para que no haya dudas de por qué yo siento que la responsabilidad de una derrota como la del sábado, debo asumirla como parte de un grave error en el ejercicio de mis funciones. Yo lo he argumentado de manera suficiente como para entender que es cierto”.

· LA RESPUESTA COMPLETA DE BIELSA

“Físicamente no es un problema, por supuesto que la autoestima y el entusiasmo decrecen cuando un equipo sufre una derrota como la que sufrimos en el último partido. Una de las cosas que más daña en una derrota como esta es que sentimos que las expectativas y las ilusiones de los aficionados que acompañan al equipo han sido defraudadas por nuestro trabajo. Si hay algo que es muy doloroso es decepcionar, ¿no? No dar lo que se espera de nosotros. Entonces si bien eso produce sufrimiento, la cercanía de un partido contiene la opción de revertir y de comenzar a pagar esa deuda, ¿no? Partidos como el que perdimos el sábado pasado generan heridas que no se saldan o se olvidan, pero sí uno puede ir superponiendo emociones nuevas que permitan que eso quede en la memoria, pero deje de estar presente. Entonces en el último partido no sucedió nada que nosotros no hubiéramos contemplado que debíamos resolver. De hecho los aspectos más claros que determinaron la derrota son los aspectos centrales sobre los que trabajamos durante 7 semanas. Hay que comprender cuál es la responsabilidad del entrenador. El entrenador no es bueno porque advierta cuáles son los peligros que hay que evitar y resolver. Tampoco es bueno porque utiliza recursos que tengan como objetivo incorporar la sabiduría futbolística para que las cosas no deseadas no pasen. Sólo es bueno si contando el procedimiento para lograr el objetivo de evitar lo que a un equipo lo daña es efectivo, entonces por eso yo les explicaba a los jugadores que yo me siento absolutamente responsable de las situaciones que derivaron en la derrota contra Manchester United.

Cuando yo imaginé los pasos que teníamos que dar para seguir creciendo como equipo, los aspectos fundamentales, el eje que hace que nuestro equipo crezca se basa en tres cuestiones básicas. Para que el rival ataque peor, para que los delanteros del rival sean peores, nosotros necesitamos que el comienzo del juego rival sea muy presionado por nuestro equipo, de modo tal de que buenos delanteros no reciban pelotas cómodas, ese es un aspecto clave de neustro juego, sobre todo cuando jugamos contra equipos que son mejores que nosotros; el otro aspecto clave es ser muy cuidadosos en el manejo de la pelota en nuestro propio campo, porque si nosotros perdemos la pelota cuando estamos distribuidos para jugar y la perdemos cerca de nuestro arco, estamos desplegados y tenemos poco tiempo para replegarnos y evitar que el rival aproveche eso para poder generar peligro; y el tercer aspecto, que es algo por lo que yo soy muy criticado, es mantener una estructura defensiva con mucho control sobre los atacantes rivales evitando las persecuciones que llevan a nuestros defensores durante el ataque rival a lugares lejanos en relación a donde juegan habitualmente. Entonces sobre esos tres aspectos y sobre el manejo de los tiempos del partido fue sobre lo que más trabajamos. Entonces todo aquello que yo traté de que el equipo tuviera contra un gran rival, no logramos ponerlo en práctica. Eso indefectiblemente es mi responsabilidad pero por un motivo en particular: porque yo cuento con una disposición absoluta de los jugadores de Leeds en cuanto a trabajo, en cuanto a entusiasmo y en cuanto a integrarse a las ideas que yo les transmito. Entonces si usted analiza cómo se producen los desequilibrios en el partido que nosotros perdemos, están vinculados con cosas que nosotros constantemente tratamos de desarrollar. Por ponerle un ejemplo, el intercambio de funciones entre Pogba y Fernandes, del cual responsabilizan injustamente a Koch o el cambio de posiciones entre el delantero Greenwood y Fernandes o todas esas cosas yo, con la idea de evitar persecuciones, nosotros hemos trabajado mucho en eso, con mucha dedicación. Cuando el trabajo no surte el efecto deseado, la responsabilidad es del entrenador. Por supuesto que sabíamos que McTominay es el que más ataca entre él y Fred y que Fred es el más defensivo de los dos, pero que eventualmente cambian el rol. Y sin embargo no logramos neutralizarlo a eso, nosotros sabemos que tenemos que evitar los contraataques y sabemos que tenemos que marcar antes que la pelota se pierda, pero si no encontramos esas soluciones es porque el trabajo que yo hago en ese sentido no es suficiente.

Mire, hay un momento del partido del otro día. Hasta que lo empatamos, merecíamos perderlo, pero estábamos no equilibrando el partido pero impidiendo que se desequilibrara. Esto ojalá lo pueda explicar porque es un aspecto muy importante. Cuando se produce el segundo gol, nosotros perdemos la pelota a través de un pase que genera un rebote, pero cuando sale ese pase nosotros teníamos -si usted hace un corte en el ancho de la cancha- 5 jugadores libres a la altura del área grande, por el costado derecho y por el área contra un solo defensor del rival. Cuando yo vi esa situación, vi claramente que era nuestro momento del partido. No pudimos convertir esa posesión en peligrosa y sucedió lo contrario de lo que indicaba ese momento del partido donde uno percibe cómo están las relaciones entre los dos equipos. Sucedió lo contrario, Pascal (Struijk) quedó uno contra uno sin posibilidad de ser respaldado y lo que parecía que era el comienzo de nuestro momento en el partido se convirtió en el comienzo de 10 minutos que nos sacaron del partido. Entonces marcar en posesión y el oficio para manejar los tiempos del partido son todas cosas de las que nosotros hablamos constantemente y le insisto, cuando uno entrena un equipo con jugadores tan generosos, tan identificados y tan profesionales, si el entrenador no logra lo que persigue, es culpa del entrenador y no de los jugadores.

Yo doy toda esta explicación insoportable para que no haya dudas de por qué yo siento que la responsabilidad de una derrota como la del sábado, debo asumirla como parte de un grave error en el ejercicio de mis funciones. Yo lo he argumentado de manera suficiente como para entender que es cierto”.

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