Viaje al corazón del Rally Dakar: la impactante experiencia de un día en el desierto

Infobae vivió desde las dunas un tramo de velocidad. Las espectaculares maniobras sobre la arena, el terreno más genuino de la carrera más dura del mundo. Imágenes increíbles

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Cyril Despres en acción sobre las dunas (Infobae)
Cyril Despres en acción sobre las dunas (Infobae)

La invitación del equipo de prensa del Rally Dakar fue irresistible: pasar un día en el para ver en vivo y en directo a los vehículos de la carrera más dura del mundo. El día soñado se hizo realidad y se pudo presenciar de primera mano aquellas imágenes en la arena de África, o en las dunas del Nihuil en Mendoza o el desierto de Calama. Este martes Infobae fue testigo privilegiado para estar en un tramo de la tercera etapa en Al Qaisumah.

El horario pautado fue a las 5.15 de la madrugada en la sala de prensa, y allí se acercó una camioneta Isuzu 4x4 conducida por Marion, integrante de la organización. En la butaca derecha estuvo Stéphane, fotógrafo de L’Equipe. Comenzó el viaje que duro unas dos horas para hacer 185 kilómetros en una ruta que conduce a Riad. En un momento la conductora vio que el GPS le indicó que debía cruzar hacia la izquierda y al mejor estilo del Rally Dakar comenzó la aventura.

La camioneta de la organización debe cumplir con una serie de medidas seguridad como la jaula antivuelco, al igual que los vehículos que corren. Marion se mandó por un descampado lleno de piedras y tras un kilómetro (estimado) se llegó al destino. Tras unos 500 metros el llano con tierra empezó a convertirse en arena y se empezó a transitar por las dunas donde la conductora se movió como pez en el agua. Comenzó a variar la altura de las dunas y se llegó al punto de referencia.

Marion conduce la camioneta de la organización del Rally Dakar, que debe cumplir con una serie de medidas como la jaula antivuelco (Infobae)
Marion conduce la camioneta de la organización del Rally Dakar, que debe cumplir con una serie de medidas como la jaula antivuelco (Infobae)

Allí invadió el silencio y Marion invitó un café que preparó en el momento con un anafe a gas. Al ser un vehículo de la organización cuenta con todo lo necesario ante cualquier percance. Allí asomaron unos fotógrafos alemanes que pasaron la noche en las dunas y de lejos comenzó a escucharse el sonido de un helicóptero, esos que filman la competencia, y fue una clara señal de que la acción iba a comenzar.

El sonido de la aeronave generó ansiedad y adrenalina, más cuando asomó el motor de una moto que se la buscó, pero no se la vio al comienzo. Pero la experiencia de Marion y de los fotógrafos, expertos en dónde ubicarse para inmortalizar un momento, ayudó para conseguir un buen lugar.

Se caminó por una duna mientras el motor de la moto se escuchó más fuerte, pero aún no se veía. Hasta que el sector elegido fue la cima de una duna de unos 10 metros aproximadamente. Hubo unas huellas que indicaron que por ahí transitaban las máquinas. El comienzo de la emoción fue inminente y el corazón latió más fuerte.

El paso de las motos del Rally Dakar por las dunas en el desierto (Infobae).

Pocos segundos más tarde el motor ya se escuchó más cerca y finalmente se vio a una Honda asomar por las dunas. Cuando bajó se perdió su imagen, pero siguió el recorrido e Infobae fue espectador de lujo y la máquina japonesa correspondió al chileno José Ignacio Cornejo. Luego siguió el austriaco Matthias Walkner (KTM) y el estadounidense Ricky Brabec (Honda), por nombrar algunos de los que seguían ese día y el resto de los competidores. Ver en vivo y en directo, apenas unos metros de dónde transitaron, permitió escuchar que al llegar a la cima de la duna dejan el motor en punto muerto, un segundo, pero suficiente para que no se apague en el punto más alto. Una vez allí meten el primer cambio, aceleran y comienzan a bajar la duna.

Se sumó otro helicóptero, lo que le dio más espectacularidad al momento y el desfile de las motos fue un lujo ya que se vio a las máquinas de esta mítica carrera en su terreno más genuino. Y justo la categoría de las dos ruedas, la más emblemática, ya que el creador de esta competencia, el recordado Thierry Sabine, luego de perderse en una carrera en el desierto de África en 1977, le dio forma al Rally Dakar cuya primera edición fue entre diciembre de 1978 y enero de 1979.

Empezaron a sumarse espectadores, un puñado de fanáticos que quisieron presenciar un momento único. Primero fueron un padre e hijo italiano que deliraron al paso de Danilo Petrucci (abandonó el lunes y en esos casos la organización les permite seguir en carrera, pero con penalización), figura del MotoGP que corre su primer Rally Dakar. “¡Petru, Petru!” Fue el grito del joven, con mucha emoción. Se sumó gente, entre ellos algunos sauditas, público que de a poco empezó a contagiarse del Rally Dakar.

El paso de las autos del Rally Dakar por las dunas en el desierto (Infobae)

Stéphane recomendó moverse y se caminó unos 100 metros en dirección al recorrido para ver más subidas y bajadas. El ojo de halcón del fotógrafo estuvo en lo cierto, se vio mejor el paso de los motociclistas.

Presenciar a pocos metros sus derrapes no importó la arena que desparramaron y que ensució la indumentaria de quienes vieron su tránsito. Luego Marion propuso avanzar unos 300 metros y se tuvo otra buena perspectiva.

El frío y el viento no pudo contra la pasión mientras que un sol que comenzó a pegar fuerte acompañó una jornada inolvidable. De pronto volvió el silencio y hubo que esperar 20 minutos para ver a los autos. Solo se escucharon las voces de quienes estaban allí y del motor de una camioneta que quedó atascada (era de unos jóvenes locales que recibieron la ayuda de Marion).

Marion ayudando a sacar una camioneta de unos jóvenes locales (Infobae)
Marion ayudando a sacar una camioneta de unos jóvenes locales (Infobae)

Hasta que otra vez los helicópteros fueron el prólogo de la emoción. A lo lejos comenzó a escucharse un motor y era el del primer coche, el que abrió el camino este martes, el de prototipo del Sébastien Loeb que el lunes había ganado la etapa 2 en autos.

Una cosa es verlo por TV y otra es en vivo en el lugar de los hechos. Asombra la velocidad que tienen y cómo se mueven de un lado hacia el otro. Cuando llegaron a las dunas se sintió cómo aplican la máxima potencia para subir y luego aceleran cuando bajan. Algunos se mandan derecho y otros pasan de costado la cima de las dunas.

En tanto que impactó ver y escuchar de cerca a los Audi eléctricos con ese impulsor que suena más agudo que el resto, pero no menos lento a la hora de aplicar velocidad al punto que este martes Carlos Sainz ganó la etapa y le dio la primera victoria a un auto impulsado por esa energía alternativa en 44 años de historia en el Rally Dakar.

De a poco los sauditas le van agarrando el gustito al Rally Dakar (Infobae)
De a poco los sauditas le van agarrando el gustito al Rally Dakar (Infobae)

Luego de una hora hubo más fanáticos, entre ellos franceses, italianos, alemanes, neerlandeses, suizos y sauditas. Los más efusivos, obvio, los tanos.

Los vehículos pasaron separados por dos minutos cada uno y el lugar elegido para verlos fue uno de los mejores por la altura de las dunas y por eso los dos helicópteros acompañaron la jornada.

Manejar un vehículo por las dunas es técnica que se aprende y no es solo estar al volante de un 4x4. Por eso ver los autos y luego los UTV, los tipo areneros, a alta velocidad, obligó a grabar videos y tomar fotos. Domar esas máquinas a la máxima exigencia no es apto para cualquier mortal, por eso convierte a estos pilotos en seres especiales. Hacen algo que el resto no está capacitado y lo repiten a lo largo de dos semanas con cansancio y el estrés de la competencia.

Audrey Rossat pasa por la duna y la mirada del público (Infobae)
Audrey Rossat pasa por la duna y la mirada del público (Infobae)

Esta competencia se caracteriza porque no gana solo el más rápido sino el que sabe cuidar más el vehículo. Es una supervivencia durante dos semanas donde se combina el esfuerzo deportivo y la estrategia de cuándo acelerar o no en terrenos que suelen ser traicioneros que pueden provocar el abandono por un error o por un daño mecánico. Además, algo clave que es la navegación, saber leer e interpretar la hoja de ruta para evitar perderse en el recorrido.

Esta edición del Rally Dakar en particular tiene mucha arena y las dunas abundan. Ser el más rápido en estas superficies implicará la victoria y como en la vieja época el vencedor podría recibir el clásico título del “Rey del Desierto”, esa corona simbólica que se le daba al triunfador en África.

Pasado el mediodía llegó el momento del retorno al campamento de Al Qaisumah. El reencuentro con Marion y Stéphane fue en la camioneta. Ambos preguntaron qué pareció la experiencia: “única, fascinante e irrepetible”, fue la respuesta.

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