Las memorias de un ex compañero de Maradona en Napoli: el día que le dejó un ojo en compota y por qué no pudieron ayudarlo con sus adicciones

Alessandro Renica se mudó a Nápoles desde Sampdoria “sólo porque estaba Maradona”. El día a día al lado de la estrella, por qué cree que fue mejor que Messi y la deuda del plantel con el astro que espera cumplir antes de fin de año

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Alessandro y Diego, en las épocas de gloria en el Napoli
Alessandro y Diego, en las épocas de gloria en el Napoli

El 25 de noviembre falleció Diego Armando Maradona y el mundo futbolístico se derrumbó. A casi cinco meses de su muerte, todavía se siguen conociendo anécdotas y revelaciones de quienes estuvieron a su lado. Uno de ellos fue Alessandro Renica, ex compañero y amigo del astro durante su período en el Napoli, siendo parte de la etapa más gloriosa de Pelusa en su carrera deportiva.

El francés llegó al conjunto del sur de Italia en 1985, con previo paso por la Sampdoria, y estuvo hasta 1991, ganando cinco títulos locales e internacionales, jugando todos los partidos de titular en el mejor equipo de la historia azzurra. “Fui a jugar al Napoli solo porque estaba Maradona”, reconoció el marcador central.

Renica es palabra autorizada para contar detalles del Diez dentro y fuera de la cancha, ya que compartieron plantel durante seis años, hasta que el argentino se marchó: “No merecía irse de la peor manera, porque le dio mucho a la ciudad y al club. Después del Mundial 90, cuando Argentina eliminó a Italia en las semifinales, a Diego se lo hicieron pagar y le generaron mucho daño”, sostuvo el hombre de 58 años, con pasado, además, en el Vicenza y el Hellas Verona.

No obstante, el pasado 19 de abril se cumplió el aniversario número 32 del precalentamiento más famoso del mundo, al ritmo del tema musical “Live is life”, en el que Maradona impactaba al mundo bailando junto a la pelota en la previa del Bayern Múnich 2 vs. Napoli 2 en Alemania, correspondiente a una de las semifinales de la Copa UEFA que terminó conquistando el equipo italiano. “Fue pura improvisación. Todo lo que hacía le salía natural. Solía hacer los precalentamientos de esa manera para buscar la concentración”, reconoció Renica, quien estuvo presente ese día en el campo de juego cerca del astro.

En diálogo con Infobae desde Verona, el ex defensor del Azzurro reveló detalles increíbles sobre el Diez. La promesa que deberá cumplir junto a sus ex compañeros para darle el último adiós, el día que le pegó una patada y le dejó un ojo en compota, lo que le dolió no poder ayudarlo con sus problemas de drogas y qué equipo francés quería ficharlo tras su partida del Napoli.

-Se cumplen 5 meses del fallecimiento de Maradona. ¿Como tomó su partida?

-Todavía no superé la muerte de Diego, tengo un dolor muy profundo. Era una persona fantástica. Lo que más recuerdo es la relación que tuve con él. Antes de ser compañeros, fuimos grandes amigos. Por eso, me hace falta Diego como hombre y amigo. Como compañero fue fantástico, único, solidario y cordial. Muy generoso dentro y fuera del campo de juego. Me molesta escuchar cosas sobre él que no son ciertas. Diego es lo que sus compañeros cuentan y no lo que dicen por ahí.

-¿Qué es lo primero que recuerda de él?

-El día que le dejé un ojo morado. El 9 de noviembre de 1986, el Napoli enfrentó a la Juventus en el Estadio Olímpico de Turín por la Serie A. Pero el viernes anterior a ese encuentro, que fue muy importante para determinar al campeón del torneo, durante la práctica de fútbol tuve un choque físico con Diego. Pasó que le hice una falta involuntaria en el área y le di una patada en la cara. Mido 1 metro 90 centímetros y me costaba marcarlo. Era rápido. Le dejé uno de sus ojos morado y jugó igual la partida frente al conjunto del norte.

-¿Cómo reaccionó el capitán?

-Uno generalmente se enoja por una jugada así, pero Diego no se enojó para nada, más allá de que le dolía. Lo primero que hizo fue tranquilizarme y después, me dijo: “No es culpa tuya, es mía”. Yo esa misma noche no pude dormir al pensar que le había hecho daño al jugador más fuerte del mundo. Le quedó todo el ojo lastimado y perdía mucha sangre. Además, no sabía si iba a poder jugar ante la Vecchia Signora. Pero era tan fuerte que no se quiso perder el partido y lo terminamos ganando 3 a 1.

-¿Le pudo rendir homenaje tras su fallecimiento?

-El Napoli le rindió su propio homenaje con un mural muy grande, frente a su estadio. Es bellísimo y único en el mundo. Cada vez que voy al estadio, voy a visitarlo para estar cerca de mi capitán. Siempre hemos respetado y amado la camiseta azul, nunca la traicionamos. Es mi homenaje particular al Diez, porque detrás de ese mural hay mucho amor y pasión de los napolitanos. Hasta ahora debido a la situación del COVID-19 no pude viajar a la Argentina, pero estamos organizando, junto a mis ex compañeros, un viaje a Buenos Aires para despedir los restos de Diego, y visitar el cementerio donde se encuentra. Queremos cumplir la promesa que hicimos para darle el último adiós, si es posible antes de fin de año.

Renica y Maradona, en uno de los reencuentros, ya retirados
Renica y Maradona, en uno de los reencuentros, ya retirados

-Esta semana se cumplió un nuevo aniversario de la semifinal con el Bayern Múnich por la Copa UEFA y esa entrada en calor con Diego bailando al compás de la música que quedó en la historia. ¿Estuvo todo armado o le salió natural a Maradona?

-Fue pura improvisación. Todo lo que hacía le salía natural. Solía hacer los trabajos precompetitivos de esa manera. Su preparador físico, Fernando Signorini, decía que cada jugador debía encontrar la concentración a su manera en el calentamiento previo a los partidos. Por ese motivo, Diego lo repetía a menudo. A veces, jugaba en el campo de juego con un limón para mantener la concentración y hacía jueguitos para que no se le cayera. Era un método que utilizaba para buscar la concentración.

-¿Cómo reaccionaba el público en los estadios al observar esos precalentamientos?

-Maradona producía mucha emoción y calor en todos los estadios donde jugaba. Porque siempre provocaba algo. No sólo a los aficionados, sino también a los que no seguían este deporte. Por eso, Maradona era mágico y único.

-¿Por qué fue amado en Napoli y odiado en el resto de Italia?

-Antes de la llegada de Diego ganaban los equipos del norte como Inter, Juventus y el Milán. Cuando llegó él al Napoli, lo ganó todo. Obtuvo dos títulos que son los más importantes de la historia azzurra. No había pasado ese hecho en 60 años de existencia. También, se ganó el corazón del hincha napolitano porque Pelusa era la voz del pueblo y los del norte no lo podían soportar. Eso me encantaba de él y, cuando alguien me toca a Diego, me enojo mucho.

-¿Usted jugó en el Napoli por pedido de Diego?

-Yo fui a jugar al Azzurro porque estaba Maradona. Esa fue la decisión que me hizo dejar la Sampdoria. Tenía 3 o 4 opciones, pero me interesó la propuesta del Napoli. En ese momento, no se hablaba bien de Nápoles como ciudad, pero tomé la decisión de jugar allí. Maradona fue el mejor de todos los tiempos, era el Pibe de Oro y eso me llamaba la atención.

-¿Por qué se fue Pelusa del Napoli?

-No merecía marcharse de la peor manera, porque les dio mucho a la ciudad y al club. Su etapa en Napoli estaba terminada ya antes de su despedida. No estuvo improvisada, ya se venía hablando con mucho tiempo de antelación. Quería fichar con el Marsella de Francia, pero el presidente no lo dejó partir. No fue bien manejado por la dirigencia. Para el vestuario, la despedida no fue una sorpresa. Como compañeros sentíamos que su tiempo se había acabado. Quería dejar a sus espaldas los problemas que tenía en Nápoles y marcharse. En el primer año del segundo scudetto del Napoli, Diego se quedó un mes y medio en Argentina sin jugar. Fue una muestra de que su ciclo estaba acabado. Después del Mundial 90, cuando Argentina eliminó a Italia en las semifinales, se lo hicieron pagar y le generaron mucho daño.

-¿Cómo reaccionó el pueblo napolitano ante su partida?

-El pueblo napolitano lloró y sufrió su salida. Fue muy bravo. Nápoles es una ciudad muy particular donde las emociones tienen mucho contrastes. Cuando ganás todo es felicidad y emoción. En cambio, cuando pierdes hay mucha tristeza, congoja y te genera muchas polémicas. El fútbol marca los estados de ánimo.

Alessandro, en una de sus visitas a Nápoles, posa junto a uno de los tributos al ídolo
Alessandro, en una de sus visitas a Nápoles, posa junto a uno de los tributos al ídolo

-¿La salida de de Diego del club fue producto de sus adicciones?

-Cuando Maradona dejó Napoli ya se había rehabilitado de sus adicciones. Y luego llegó el Mundial de EE.UU, donde le hicieron mucho daño. En esa Copa, a la Argentina le quitaron al mejor jugador del mundo. Con él, hubiera salido campeón, sin dudas. En ese Mundial lo utilizaron y luego se lo sacaron de encima, lo quitaron de la copa.

-Como amigo y compañero, ¿nunca pudo ayudarlo con sus adicciones?

-Era muy joven. Tenía 24 años y debía cuidarme yo. Con la madurez que tengo hoy en día, intentaría ayudarlo, pero en su época él no se dejó ayudar. No quería ser ayudado y me dolió.

-¿Maradona fue el futbolista más importante que tuvo el Napoli en su historia?

-Sí, Maradona es el futbolista más importante de la historia del Napoli y también del mundo; no sólo del Azurro. Hoy se habla de Messi, pero los goles que marcó Diego no se pueden repetir. En cambio, los de Messi son goles que ya hemos visto. Pelusa era el más fuerte del mundo porque en su época se enfrentaba con los mejores defensores italianos: Franco Baresi, Paolo Maldini, Giuseppe Bergomi.

-Hoy se lo compara a Diego con Messi

-No hay punto de comparación. Hoy, Lionel juega en la Liga de España, que es muy inferior a lo que fue la italiana en la época de Diego. El futbol en los 80 era mucho más físico comparado con el de ahora. En ese momento, Maradona recibía faltas duras y no expulsaban al rival. En cambio, Messi recibe ese tipo de infracciones y le sacan roja al contrincante. Pelusa, sin embargo, siempre encontraba la manera de superar a los defensores que estaban catalogados como los mejores del mundo.

Colaboró en la traducción: Marco Giuliani, periodista italiano

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