Estos son los ríos colombianos más contaminados de acuerdo con el Plan Nacional de Manejo de Aguas Residuales Municipales

El Plan Nacional de Manejo de Aguas Residuales Municipales, a través de una de sus más recientes publicaciones, destacó cuáles son las cuencas hídricas más críticas en el país en temas de contaminación. De acuerdo con lo que comentó esa entidad, Colombia es uno de los nueve territorios del mundo con mayores recursos de agua, sin embargo, detalla, un tercio de su población urbana por estrés hídrico. Así mismo, se añadió que, en lo que respecta a las dos últimas décadas, se venido disminuyendo la disponibilidad de agua en el país.

Cuando se habla de estrés hídrico, manifiesta la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), se refiere a la extracción de más agua dulce de la que hay disponible. El río Bogotá es una de las fuentes de agua que más genera preocupación. Se trata de la afluente más importante de la capital colombiana, de hecho se encuentra en proceso de descontaminación desde hace unos ocho años. Es de destacar que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) es una de las encargadas de extraer los desechos que dañan aquel espacio. Cada mes, dice la autoridad, se arrojan más de 270 toneladas de material dañino y basura.

Le sigue a este el río Chicamocha. Según la Corporación Autónoma Regional de Boyacá (Corpoboyacá), este espacio cuenta con diferentes grados de contaminación. Las partes que más preocupan son aquellas que pasan desde Tunja a Tuta. La autoridad asegura que esta agua no es apta para ningún tipo de uso. El río Medellín, por su lado, tiene alto grado de contaminación causado por las acciones de empresas comerciales e industriales. El sector del afluente que pasa por el puente Machado es el más contaminado, mientras que en el alto de San Miguel la suciedad es menor.

El río Cauca sigue en la lista. Según especialistas es desde hace unos años que allí se han identificados picos de turbiedad que superan 10 mil unidades nefelométricas. Esto se ha generado por problemas de erosión, deforestación y arrastre de sedimentos en el rio y sus tributarios. El río Suarez, que se origina en la laguna en Fuquene, entre los departamentos de Boyacá y Cundinamarca, presenta fallas en el acueducto del municipio de Chiquinquirá por falta de causal hídrico. Para días de invierno, suelen presentarse inundaciones.

Recientemente se conoció que la Banca de Desarrollo Territorial colombiana, Findeter, había firmado con el Banco Alemán para la Reconstrucción y el Desarrollo (KfW) un acuerdo por 1,58 millones de dólares para apoyar proyectos de agua y saneamiento básico. “El acuerdo es una cooperación técnica para mejorar los sistemas de gestión de información, aprovechar las oportunidades de las nuevas tecnologías y mejorar las ofertas que brinda Findeter a los beneficiarios finales”, explicó el director de la Agencia Regional del KfW para Colombia, Álvaro Berriel.

Según datos de la Universidad Nacional de Colombia, el país tiene una cobertura inferior al 50 % en el tratamiento de aguas residuales, en zonas urbanas. Un estudio de esa entidad, presentado en el simposio “Enfermedades emergentes y reemergentes en el contexto de la COVID-19″, detalla que la carga microbiológica de las aguas residuales es preocupante. Así lo mencionó la profesora María Clara Echeverri, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAL.

“La descarga de agua residual tratada o sin tratar está ocasionando un impacto que hasta ahora se está empezando a evidenciar, y este es un problema local. Los datos que generamos en esta investigación y que esperamos hacerlo con otras, son fundamentales para llegar a una evaluación del riesgo contundente en torno a esta problemática”, añadió la profesora Martha Cristina Bustos López, de la Facultad de Ingeniería, también líder del proyecto de investigación.

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