Buenaventura, un territorio en disputa: expertos y comunidad explican qué sucede en el primer puerto de Colombia

La guerra entre dos grupos armados ha sitiado a la población que sueña con la paz y crece en medio de la beligerancia

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Buenaventura sueña con la paz en medio del conflicto. EFE/Ernesto Guzmán Jr.
Buenaventura sueña con la paz en medio del conflicto. EFE/Ernesto Guzmán Jr.

El primer puerto de Colombia en los papeles debería ser una de las ciudades más ricas del Valle del Cauca, pues su posición económica como centro de importación y exportación, debería dejarle importantes réditos monetarios al erario público, no obstante, la pobreza generada en la región se ha expandido por el narcotráfico y la violencia protagonizada por grupos armados que delinquen en el municipio.

La banda La Local marcó un lamentable presente en la historia de la ciudad portuaria, pues la expansión subversiva sobre dicho territorio ha afectado directamente a esta comunidad. Sin embargo, hay un importante antecedente para entender este conflicto, pues en Buenaventura hace más de una década operó otro grupo llamado ‘La Empresa’ y de igual forma, los ‘Urabeños’ incursionaron en la confrontación, quienes presuntamente fueron fragmentándose para la creación de algunas secuelas.

La versión más popular dentro del territorio bonaverense, tiene que ver con una disputa dentro de La Local, la cual se dividió para erigir dos grupos: ‘Los Shotas’ y ‘Los Espartanos’, estas dos organizaciones buscan apoderarse del control territorial de todo el puerto, dejando como rezago un fuerte impacto en la comunidad, pues los asesinatos, desapariciones y extorsiones son un común denominador en la operación de las mismas.

Es importante tener en cuenta que el primer puerto de Colombia, se configura como un eje vital para los ilegales, pues su función como centro de acopio marítimo, permite que las bandas ejecuten sus operaciones de narcotráfico, fortaleciendo las rutas hacia centro América y el sur del continente, específicamente Chile.

De igual forma, la comunidad ha explicado que la falta de conocimiento del territorio por parte de los dirigentes, compromete de manera directa el desarrollo de la ciudad. Pues se han realizado diferentes intervenciones en Buenaventura y pocas han tenido el efecto deseado, teniendo en cuenta que se presume que todo se soluciona con poderío militar, sin embargo, el nicho de la problemática es mucho más general.

Llamado a la paz

Las alertas tempranas emitidas por parte de la Defensoría del Pueblo tienen un largo historial, no obstante, los actores armados cambian de manera contante. Ante los hechos violentos de finales de agosto de 2022, desde la entidad se alertó: “En el seguimiento a nuestra Alerta Temprana 03 de 2021 reiteramos el llamado a la institucionalidad del Estado a acoger las recomendaciones que allí se han hecho con el fin de salvaguardar la vida e integridad de los ciudadanos de la ciudad de Buenaventura”.

A su vez, el mensaje emitido busca que las bandas armadas ejecuten un cese al fuego inmediato, que si bien, el accionar violento no es continúo, en los momentos en que se recrudece, aumenta el temor de la población de varios sectores, tal como sucedió en la noche del 30 de agosto en la comuna 7.

La Defensoría sostuvo:

“Hacemos un llamado a los grupos armados ilegales y a las organizaciones criminales, como la banda La Local, con sus facciones, los Shottas y los Espartanos, a dejar al margen de las confrontaciones a la población civil. Pedimos a los violentos respetar los derechos humanos de la población y el Derecho Internacional Humanitario, especialmente el principio de distinción, y evitar que los enfrentamientos generen confinamientos de la población o posibles desplazamientos intraurbanos”.

Es importante tener en cuenta que las personas que suelen ser desplazadas de este municipio, buscan refugiarse en jurisdicciones cercanas, priorizando Santiago de Cali, sin embargo, algunos se aventuran en medio del agobio y parten hacia otros países, tales como Estados Unidos y Ecuador, en este último intentan hacer escala para apuntar a un tercer territorio.

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