Las principales cabecillas del ‘Clan del Golfo’ se pelean a muerte por ser el sucesor de ‘Otoniel’

Se está dando una guerra interna en la organización criminal entre las principales cabezas para definir quién será el sucesor del extraditado jefe, Dairo Antonio Úsuga

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Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel. Archivo Infobae
Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel. Archivo Infobae

Al interior de la organización criminal ‘Clan del Golfo’ existe una guerra entre las principales cabezas para definir quién será el sucesor del extraditado jefe de la estructura, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel.

De acuerdo con información que conoció la revista Semana, los hombres que conformaban el círculo más cercano al capo, se declararon una guerra a muerte por el control de la organización. Se trata de Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo; Wilmar Antonio Giraldo, Alias Siopas, y José Gonzalo Sánchez, alias Gonzalito.

Los tres hombres cuentan con un prontuario criminal amplio y se encuentran en el radar de las autoridades colombianas y estadounidenses. Por información que conduzca a su captura, las autoridades pagan hasta 5.000 millones de pesos.

Según información de las autoridades, “personas cercanas a alias Chiquito Malo han permitido evidenciar que se presentaría una división del Clan del Golfo en dos grandes componentes que se desplegarían en diferentes zonas del país”.

Torturas y mutilaciones se han presentado entre las bandas, con un fin específico: el que hable, pasa factura. No solo buscan el control territorial y el mayor poderío armado, sino también establecer los contactos y el monopolio de los negocios con los narcotraficantes de México y Europa.

Mediante interceptaciones y testimonios, Semana conoció algunos reclamos que se están haciendo entre Chiquito Malo, Siopas y Gonzalito por dos asuntos.

El primero de ellos es que se estarían robando entre las cabecillas. La pérdida de caletas que tenían sembradas con miles de millones de dólares que recibían desde Centroamérica y Europa. Eran pocas personas las que sabían de la ubicación de las fortunas enterradas, solo los líderes, y al encontrarlas vacías inició la batalla campal.

Así como lo explicó el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, quien en los últimos días tuvo que enfrentar la arremetida violenta contra los hombres de la institución, por medio del plan pistola del Clan del Golfo. “Siopas y Chiquito Malo tienen peleas por unos dineros que se han hurtado varios de los cabecillas. No se están reportando las ganancias producto del narcotráfico. Hay tensión, disputa y atomización de esas estructuras. Gonzalito, con algunos delincuentes del Caribe y Magdalena Medio, también está llevando unos negocios del narcotráfico”.

En cuánto al segundo hecho que los tiene enfrentados, es por el dinero que envían los carteles para pagar al Clan del Golfo y que se pierde durante el trayecto, y es que son ellos mismos quienes se están quedando con las fortunas. Como organización era dueño de la mayor parte de las rutas de salida de droga, pero ante esta situación hasta los cargamentos con cocaína se los están robando entre los diferentes cabecillas.

De la misma manera está pasando con las ganancias y la explotación ilegal de oro en los ríos del Pacífico. Así que cada uno envía a sus hombres para buscar las gordas ganancias, sin que sus antiguos socios se enteren.

Finalmente, dentro de un documento reservado se señala que “la atomización de la organización criminal generaría su división, teniendo en cuenta posibles inconformismos entre integrantes de las estructuras en los diferentes niveles de su línea de mando (rasos, mandos medios y cabecillas principales), debido al posible descontento frente a lineamientos y directrices transmitidas por los nuevos cabecillas”.

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