Natalia Durán comenzó nuevo proceso contra el cáncer de tiroides: “Me siento lista y fuerte”

La actriz fue sometida a una terapia radiactiva para extirpar cualquier tejido tiroideo que no haya sido destruido mediante sus tres cirugías pasadas

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Tomada de Instagram @nataduranv |
Tomada de Instagram @nataduranv | Fotógrafo: Santiago Quiceno

Hace poco más de un año, Natalia Durán reveló a la opinión pública que padece un cáncer de tiroides, por el cual ha atravesado un duro proceso de recuperación que, el pasado miércoles, comenzó una nueva etapa.

De acuerdo con lo expuesto por la actriz en sus más recientes historias de Instagram, su glándula tiroides absorbe casi todo el yodo de su cuerpo, tras lo cual optó por usar yodo radioactivo (RAI, también llamado I-131) para tratar la enfermedad.

Según la American Cancer Society (Sociedad Americana contra el Cáncer, en español), este tratamiento se puede usar para extirpar cualquier tejido tiroideo que no haya sido destruido mediante cirugía, así como para tratar algunos tipos de cáncer de tiroides que se hayan propagado a los ganglios linfáticos y a otras partes del cuerpo.

De igual manera, Natalia Durán mostró el traje y hasta el baño que usará por estos días, teniendo en cuenta que su cuerpo emitirá radiación por algún tiempo, después de recibir la terapia RAI.

Además, se mostró agradecida con aquellas personas que le dieron algunos detalles para estos días, tales como un corazón eléctrico de cuarzo rosa que le regaló su colega Rafael Zea, unas flores amarillas que le obsequiaron unos amigos muy cercanos y unas varas de incienso que le dio una mujer desconocida.

La actriz de de ‘A corazón abierto’ y ‘Corazones blindados’ ya ha sido sometida a tres cirugías, pero el cáncer de tiroides ha sido tan fuerte que le hizo metástasis en varias partes del cuerpo, por lo cual ha tenido que mirar otro tipo de tratamientos y procesos que le permitan alargar su vida.

¿Qué le pudo haber causado el síndrome de Asia?

De acuerdo con lo expuesto por la caleña de 40 años en un valiente relato que publicó la semana pasada, durante sus primeros años de edad y a manos de Fernando Segura, su padre biológico, se convirtió en víctima de abuso sexual y psicológico.

Además, removió otro doloroso recuerdo al mencionar que, años más tarde, dos de sus primos también la accedieron carnalmente de manera forzada.

Este tipo de violencias, según dijo, crearon en ella una falta de autoaceptación con respecto a su cuerpo, la cual se sumó a las exigencias de una sociedad e industria en la que se resalta el atractivo físico, y terminó por someterse a un implante de prótesis mamaria.

“Era un cuerpo que no me pertenecía, en el que siempre me sentía muy incómoda, sentía que algo no estaba bien conmigo”, explicó.

Por cuenta del aumento en sus senos, Durán comenzó a desarrollar una serie de síntomas que, tras varios años de exámenes médicos y de estudiarse a sí misma, notó que son muy similares a los de una persona que sufre el síndrome de Asia, ocasionado por la presencia de este tipo de prótesis en el cuerpo. Posteriormente, los médicos confirmaron la presencia de esta enfermedad en su cuerpo.

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