Vecinos de importante zona turística de Antioquia denuncian excesos y exhibicionismo en las rumbas en fincas de la región

Los habitantes del municipio de El Peñol, Antioquia, denuncian las constantes rumbas y el ruido excesivo que ya no saben qué hacer.

Es uno de los destinos turísticos preferidos por colombianos y extranjeros, en donde están ubicadas fincas que son alquiladas por turistas.

Por ejemplo, en la vereda El Morro se encuentra la finca La Isla, que ha sido sellada ya en dos oportunidades por el volumen a alto nivel. Además, los vecinos se quejan porque en los balcones de la casa se ven mujeres desnudas, bailando o manteniendo relaciones sexuales.

La última queja se reportó en la madrugada del pasado domingo, 27 de marzo, ante el llamado de los vecinos, la Policía cayó a La Isla. Según reportes, en el lugar se encontraron aproximadamente 23 personas en medio de una fiesta. Un hombre, que se identificó como el administrador del lugar, portaba un arma sin salvoconducto, por lo que fue detenido.

El operativo estuvo a cargo del mayor Elbert Celis, quien explicó que el problema del ruido se no limita a La Isla, sino que sucede con frecuencia en las zonas rurales de El Peñol.

Una de las vecinas señaló que han interpuesto derechos de petición que firman cerca de 120 familias, “desde hace años venimos con fiestas que son insoportables, que son hasta de cuatro días, es imposible dormir, personas que vemos de la ciudad a descansar de nuestras casas a nuestras fincas, ya hemos denunciado estos hechos”, contó.

El fenómeno del ruido no es nuevo, aunque los vecinos consideran que ha aumentado desde la pandemia. Incluso, cuando las restricciones lo impedían, en las fincas se hacían fiestas clandestinas que terminaban con la intervención de la Policía.

Así fue, por lo menos, el 16 de abril del año pasado, cuando las autoridades llegaron al hotel Ecoluxe, en donde había 15 carros parqueados y decenas de personas rumbeaban en su interior.

La alcaldesa El Peñol, Sorany Marín, reconoce que, “es un problema que se viene presentando en el municipio, pero dice que hay presencia de las autoridades para impedir que las zonas rurales se conviertan en zona de ruido, fiestas y descontrol. Ejemplo de ello, dice, es el sellamiento que le hicieron a La Isla por 10 días”.

De acuerdo con el diario El Colombiano, Guillermo Sierra, uno de los propietarios de La Isla, los videos de las bacanales corresponden a tiempos que él no había adquirido la finca. Además, desmiente las ruidosas fiestas que no dejan dormir a sus vecinos. Según su versión, es que la anterior administración alquilaba la finca para hacer rumbas, pero ahora, bajo su responsabilidad, el inmueble se está presentando para familias y extranjeros.

Sin embargo, esta versión queda en entredicho porque la promesa de compraventa del inmueble fue firmada en 2020 y los videos son más recientes.

Otro problema que tenía la finca, revelado por el propio dueño, es que no cumplía con documentos como el uso de suelos actualizado ni el certificado de bomberos.

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