Hallan cuerpos que pertenecerían a dos jóvenes desaparecidos en Tarazá

El padre de una de las víctimas recibió la ubicación de la fosa en la que se encontraban los restos. Se dirigió al lugar donde efectivamente encontró despojos y ropas que corresponderían con las de su hijo

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Sandy Norelly Álvarez Arroyave y Juan Pablo Alzate Barrera, jovenes desaparecidos en Tarazá, Antioquia, en 2020 y 2019. / Fotos tomadas de redes sociales
Sandy Norelly Álvarez Arroyave y Juan Pablo Alzate Barrera, jovenes desaparecidos en Tarazá, Antioquia, en 2020 y 2019. / Fotos tomadas de redes sociales

Autoridades de Antioquia confirmaron, en la mañana de este miércoles 17 de noviembre, el hallazgo de una fosa que escondía los cuerpos de dos jóvenes desaparecidos en 2019 y 2020. El descubrimiento fue hecho en un predio ubicado a diez minutos del casco urbano de Tarazá, según informó RCN Radio.

A la escena acudieron miembros de la Fiscalía, el CTI y el Gaula Militar del Bajo Cauca, quienes determinaron que se trataría de Juan Pablo Alzate Barrera, de 16 años y quien fue reportado como desaparecido desde el 12 de septiembre de 2019; Sandy Norelly Álvarez Arroyave, de 20. De esta última no se tenían noticias desde el 30 de octubre de 2020.

Lo que habría ayudado a dichos organismos a determinar la identidad de ambas víctimas serían las prendas de vestir, entre otras características personales que todavía estaban portando los restos, y que fueron identificadas por las familias, ambas pertenecientes a esa zona del Bajo Cauca.

De hecho, fue una de estas las que encontró los restos. Según informó la mencionada emisora, las coordenadas del sitio de entierro le llegaron a Antonio Alzate, papá del joven, quien se dirigió hasta el lugar por su propia cuenta para encontrarlos. Una vez lo hizo, se puso en contacto con las autoridades.

A mí me dieron la pista, yo llegué con toda la familia y ahí estaban los huesos. Llamé al CTI. Mi hijo tenía brackets y una cadena de plata. Por eso sé que es él. Juan Pablo estaba estudiando, llegué a la casa y se fue a visitar la novia, y ya no supimos más. Encontrarlo es un descanso”, dijo el hombre.

Según su relato, el joven cursaba séptimo de bachillerato en la Institución Educativa Rafael Muñoz y dedicaba los fines de semana a apoyar a su padre en el taller montallantas que administra. Había desaparecido en el sector Palmas Alta en Tarazá.

Por otra parte está la madre de Sandy, Katiana Cecilia Arroyave, quien explicó que, “Cuando me llamaron, me dijeron que habían hecho la exhumación, que era una mujer entre los 18 y 20 años. Yo pregunté cómo estaba vestida y me explicaron las prendas, que eran las de mi hija. Se sospecha que es ella, pero yo, como mamá, sé que es mi hija”.

Arroyave, que también le contó detalles a RCN Radio, señaló que su hija había desaparecido hace un año cuando se dirigía hacia el sector El Doce, del mismo municipio antioqueño. Antes de eso, se dedicaba al cuidado de sus propias hijas, que tienen uno y tres años de edad, y trabajaba como administradora de un negocio.

Ahora bien, aunque los familiares de las víctimas se muestran completamente seguros de que se trata de sus hijos, la Fiscalía todavía no ha ofrecido un parte definitivo. De hecho, señalan que este último dependerá del dictamen que ofrezca Medicina Legal, que podría tomar varios días.

No obstante, las autoridades si reconocieron que mucho de lo que se puede observar en los cadáveres coincide con lo que les sucedió a ambas víctimas. Después de todo, la desaparición de ambas es atribuida a la organización criminal Los Caparros, que tras retener a los jóvenes procedió a descuartizarlos y a enviar fotografías de los cuerpos a las familias. Todo, apenas horas después de que se reportaran sus desapariciones.

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