Expertos analizan soluciones para que humanos y jaguares coexistan sin riesgo en Colombia

Las autoridades buscan a un jaguar que atacó a un joven de 18 años y a una niña de seis, quienes fallecieron en zona rural de Cubará en Boyacá.

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Colprensa
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En la mañana del jueves 11 de febrero, la Alcaldía del municipio de Cubará en Boyacá informó que un joven de 18 años y una niña de seis fallecieron tras ser atacados por un jaguar de la zona rural del municipio. Las víctimas pertenecían a la comunidad indígena u’wa de Tegría.

En los últimos días se conoció que, el mismo animal intentó atacar a dos menores de edad, de 6 y 10 años, en el mismo municipio. De acuerdo con Semana, una mujer que los supervisaba acató las recomendaciones de hacer ruido y no permitió que el felino se llevara a los niños, tal como ha hecho anteriormente.

Ante el pánico que se ha propago por la presencia de este animal en cercanía de zonas donde residen humanos, es necesario conocer más detalles sobre los jaguares, especie que habita desde el nivel del mar hasta los ecosistemas de alta montaña, y Colombia se caracteriza por ser parte de un corredor que comienza en México y acaba en Argentina.

En una publicación de la Pesquisa Javeriana, el experto en temas ambientales Esteban Payán explicó: “existen poblaciones conectadas por Panamá, están en el Darién, el Chocó-biogeográfico, la Sierra Nevada de Santa Marta, en el Magdalena Medio y pasan la cordillera Oriental, por la zona de Santander, bordeando Venezuela y llegan a la Orinoquía y a la Amazonía”, donde han sido reportadas sus poblaciones.

Desde 2019, Colombia tiene el corredor biológico más grande para la conservación de la danta, el puma y el jaguar en la Orinoquía: el sitio Ramsar del río Bita, que cuenta con un área aproximada de 824.500 hectáreas, considerada según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, como la cuenca más conservada y manejada del país. Este corredor cuenta con 228.000 hectáreas y protege la vida de 34 especies de mamíferos medianos y grandes.

Sobre el ataque que se presentó en Cubará, algunas entidades como la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia (Corporinoquia) han puesto en marcha planes de búsqueda a través de cámaras, con el fin de detener y reubicar al felino que agredió a los menores.

FILE PHOTO: Tania, a female jaguar brought up in a zoo, is seen in her enclosure at the Impenetrable National Park, in the Chaco Province, Argentina February 29, 2020. Picture taken February 29, 2020. Rewilding Argentina/Handout via REUTERS   ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY./File Photo
FILE PHOTO: Tania, a female jaguar brought up in a zoo, is seen in her enclosure at the Impenetrable National Park, in the Chaco Province, Argentina February 29, 2020. Picture taken February 29, 2020. Rewilding Argentina/Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY./File Photo

Pero esta situación abrió un debate en el que expertos de la Universidad Javeriana analizan qué se puede hacer para evitar a toda costa que estas tragedias ocurran. Payán aseguró: “Si dejamos que vuelva a atacar, le está dañando la fama a toda la especie en Colombia. No se puede permitir la posibilidad de que ataque a más gente. Con la ayuda de cámaras trampa los expertos pueden identificar al individuo problema”.

Pero para el biólogo javeriano Federico Mosquera-Guerra, eliminar al jaguar no soluciona el problema de raíz, incluso, “se pierde de vista la problemática estructural que estos eventos traen al debate nacional, representado en las altas tasas de deforestación en la cordillera oriental, la ausencia de regulación de la cacería de fauna silvestre por comunidades locales, los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas y biodiversidad asociada, así como el aumento demográfico y el establecimiento de las poblaciones humanas en áreas no idóneas, como la alta montaña Andina, área de recarga hídrica y corredor biológico natural de estas especies”.

Los expertos coinciden en que, lo importante es buscar soluciones para que ambas especies, tanto humanos como jaguares, coexistan sin riesgo. Por ejemplo, el profesor Germán Jiménez propone respetar sus hábitats y conservarlos, además de evitar la cacería indiscriminada y sin control de sus presas, así como la sobrepesca para no quitarle recursos. Igualmente, plantea crear espacios de entendimiento acerca de cuáles son las relaciones que generan conflicto entre las comunidades humanas y los jaguares.

Entretanto, la evidencia científica de las investigaciones de Esteban Payán le permiten afirmar que las áreas protegidas tienen un impacto positivo en la persistencia del jaguar y asegura que la creación de más áreas protegidas, como parques nacionales, es una de las acciones de conservación más importantes para esta especie y otros grandes carnívoros.

Ministerio de Ambiente
Ministerio de Ambiente

Federico Mosquera-Guerra concluye diciendo que, los ataques presentados en las últimas semanas permiten dilucidar la problemática estructural en el sistema medioambiental colapsado por las acciones humanas, y además, hace un llamado a la participación de la academia y otros actores para generar escenarios de coexistencia entre los pobladores locales y los grandes felinos en el país.

Riesgos de la desaparición del jaguar

En el texto del Pesquisa Javeriana también detalla que, el jaguar se encuentra en la categoría de “Casi Amenazada”, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es decir que no se encuentra dentro de las categorías de “En Peligro” o “Peligro Crítico”, pero está cercano a cumplirlos o es esperable que así suceda en el futuro. Por esta razón estas especies dependen de medidas especiales de conservación.

En Colombia, a través de la resolución 1912 de 2017 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se ubica a los jaguares en la categoría de ‘Vulnerable’.

Pero el jaguar no solo se ha enfrentado a la pérdida de su hábitat, sino a la escasez de alimento, pues sus presas también hacen parte de la dieta de los seres humanos. En consecuencia, dice el experto, el animal se ve obligado a recurrir a otras fuentes energéticas, como el ganado doméstico, y posiblemente eso lo ha llevado a ser una amenaza para los humanos.

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