De afluente contaminado a eje de desarrollo: así podría transformarse el río Bogotá

En la última semana de octubre se llevó a cabo el foro ‘Río Bogotá: eje de desarrollo’, del Grupo Río Bogotá, en donde 15 expertos discutieron los beneficios ambientales, sociales y económicos que arrojará la descontaminación del río capitalino.

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Según Carolina Urrutia, secretaria distrital
Según Carolina Urrutia, secretaria distrital de Ambiente, aseguró que si bien "las obras e inversiones son de suma importancia, estas no solucionarán la problemática si la población lo sigue contaminando". Foto: Archivo.

El Grupo Río Bogotá y sus aliados la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá, el consorcio PTAR Salitre y la revista Semana, organizaron el pasado 28 de octubre el foro Río Bogotá: eje de desarrollo en donde discutieron las posibilidades del cuerpo de agua más importante del centro del país.

En el marco del foro, expertos, empresarios y asociaciones de la sociedad civil, debatieron sobre las acciones a tener en cuenta para la conservación del Río Bogotá y su proyección como eje de desarrollo.

El afluente está conformado por 380 kilómetros y tan solo 11 kilómetros cuentan con aguas puras y cristalinas, se trata del trayecto comprendido entre el municipio de Villapinzón, que se caracteriza por estar enclavado en una zona montañosa y conocido por sus habitantes como el río Funza.

En 2017 empezó la remoción de gran parte del material contaminante que se encuentra en el tramo de la zona noroccidental de la capital y que alcanzó a comprender 1,5 millones de metros cúbicos de toda clase de residuos inertes y basuras.

Desde ese momento se han intensificado los esfuerzos para sanear este tramo del río Bogotá y cambiarle la cara al que según Semana es el “epicentro del 90 por ciento de la contaminación que recibe el afluente más importante de la sabana”.

Y parte de este proceso de descontaminación es también explorar acciones que se puedan seguir implementado, para su conservación y proyección como eje de desarrollo.

Un caso de éxito en el país es el de río Sinú, que recorre el departamento de Córdoba. De su recuperación habló en el foro, el ministro de Medio Ambiente, Carlos Correa, quien además de su experiencia con este afluente que pasa por la capital cordobesa, Montería, relató los desafíos que implica la conversación de las fuentes hídricas en Colombia:

En el evento también se presentó la encuesta sobre percepción de la cuenca del río Bogotá, elaborada por el Centro Nacional de Consultoría, que resaltó de manera importante la necesidad del trabajo conjunto entre ciudadanos, empresas privada y gobiernos regionales para mantener la cuenca.

Padú Franco, director de Wildlife Conservation Society para Andes, Amazonia y Orinoquia, habló al respecto y resaltó que es importante priorizar darles oportunidades a los colectivos interesados en su saneamiento, para que piensen estratégicamente el territorio con una visión a largo plazo.

Según Semana, Franco explicó que, "se deben pensar estrategias ecológicas relevantes e incorporar de manera participativa a las comunidades en la toma de decisiones” y además planteó que el reto en este punto es “integrar a la academia en este proceso”.

En qué va el proceso de descontaminación

Actualmente se tienen contempladas dos obras importantes en el desarrollo del proceso de descontaminación del río Bogotá, la primera de ellas es la PTAR Salitre, que iniciará labores en marzo de 2021, y la segunda se trata de la PTAR Canoas, proyectada para arrancar su funcionamiento después de 2026.

La Empresa de Acueducto de
La Empresa de Acueducto de Bogotá estima que cada año se retira del río el equivalente al peso de 5.000 buses de Transmilenio en basuras. Foto: Archivo.

Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente de Bogotá, señaló la importancia de acompañar estas obras de la participación comunitaria:

En el mismo sentido, Alejandro Santos, presidente del Grupo Semana, comentó sobre la importancia del trabajo conjunto para contribuir a la mejora del río:

En la cuenca del río Bogotá habitan 542 especies de animales y 169 de plantas, que han logrado sobrevivir a pesar de la contaminación. El biólogo Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha aseguró que uno de los mayores inconvenientes para el renacer del río es la gran indiferencia citadina, algo que no sucede en la ruralidad:

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