Expertos en el uso de la bici cuentan cómo serían las ciclorrutas ideales en Bogotá

En su empeño por convertirse en la capital mundial de la bicicleta, Bogotá ha decidido apostarle a medidas que permitan que cada vez más capitalinos migren a este medio de transporte. Pero, con una aspiración ambiciosa, una infraestructura en construcción y un debate constante entre actores viales, ¿cómo deberían ser las ciclorrutas óptimas para la ciudad?

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Han aparecido en la ciudad más mecánicos de bicicletas a medida que la cantidad de ciclistas en la carretera aumenta
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Con la reciente ampliación de la red de carriles exclusivos para bicicletas implementado por la administración distrital que suman 635 kilómetros en total, se intensificaron los conflictos entre los ciclistas y demás actores viales. Ya que más de 50 kilómetros de vías para vehículos particulares y de servicio público fueron acondicionados para el uso compartido con las bicicletas.

Esto generó un fuerte rechazo por parte de los conductores, ya que mencionan que les habían reducido un espacio considerable de su vía y eso provocaría, entre otras cosas, una congestión vehicular mayor a la que comúnmente se presenta.

Disputa que se suma a problemas como el robo de bicicletas que, según las autoridades locales, entre enero y agosto de 2020 fueron hurtadas 7.121; y a los accidentes de tránsito que involucran a ciclistas: 136 registrados hasta la fecha, 35 casos resultaron con víctimas fatales en el departamento de Cundinamarca.

El Espectador consultó con algunos expertos cómo debería ser la red ideal de ciclorrutas para la ciudad de Bogotá. “Carriles más iluminados, más directos, mejor conectados, más acompañados y, a futuro, con parqueaderos y un comercio ligado a la bici”, fueron algunas de las conclusiones de los expertos consultados por el diario.

Un hombre se desplaza en bicicleta por el centro de Bogotá. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda
Un hombre se desplaza en bicicleta por el centro de Bogotá. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda

Las ciclorrutas ideales

La primera consideración de los expertos es que en la capital no debería existir infraestructura especializada para esto como los bicicarriles, sino que los ciclistas deberían poder andar sin temor entre los particulares y el transporte público, ya que las bicicletas son consideradas vehículos y tienen el derecho de usar un carril en la vía pública según la ley 1811.

Otra conclusión en la que coincidieron los técnicos es que es muy mala idea que las ciclorrutas se hagan sobre los andenes, ya que representan verdaderos desafíos para los usuarios y un enfrentamiento con los peatones. Allí las subidas, bajadas, los huecos y los vendedores informales representan riesgos tanto para los ciclistas como para los transeúntes.

Por otra parte, proponen una mejor conexión de la red de ciclorrutas en Bogotá, que no presenten interrupciones y que tengan una continuidad que permita una movilidad eficiente. Para esto proponen trayectos sin tantas vueltas y una correcta conexión con otras vías.

Otro de los argumentos que se expone en El Espectador, es que debe existir una consideración especial con los ciclistas más vulnerables que comparten el espacio público, como los niños, ancianos, mujeres y los ciclistas novatos, por esa razón argumentan que las vías deberían estar en óptimas condiciones y con acompañamientos por parte de las autoridades.

A su vez, los técnicos mencionaron que debido al robo de bicicletas es oportuno crear estrategias como rutas seguras y una infraestructura con buena iluminación y trayectos más directos.

Los expertos concluyen en que sería ideal contar con más parqueaderos y comercio dedicado a las bicicletas, al igual que sitios de mecánica que ofrecerían mejores garantías para los ciclistas.