
Uno de los mayores misterios de la biología es cómo surgieron los primeros animales y qué mecanismos permitieron dar el salto desde formas de vida unicelulares hasta la complejidad multicelular que caracteriza al reino animal. Nuevas investigaciones ofrecen respuestas a través de un actor inesperado: los coanoflagelados, organismos microscópicos que, pese a su sencillez, permiten explorar los procesos que hicieron posible la vida animal tal como la conocemos.
Coanoflagelados: qué son, cómo viven y por qué importan
Coanoflagelados es el nombre de un grupo de microorganismos eucariotas que habitan ambientes acuáticos de todo el planeta, tanto marinos como de agua dulce. Su nombre proviene del griego choane (embudo) y flagellum (látigo), en referencia a su estructura más característica: un largo flagelo rodeado por un collar de microvellosidades, el cual genera una corriente que impulsa partículas de alimento hacia el collar, donde quedan atrapadas y son ingeridas por la célula, según consignó Nature.
A simple vista, los coanoflagelados parecen simples y poco llamativos, con dimensiones que raramente superan los 10 micrómetros. Sin embargo, su importancia biológica es enorme. Representan uno de los linajes eucariotas más antiguos y son considerados, por la evidencia genética y morfológica, el grupo vivo más cercano a los animales. Esto significa que los coanoflagelados y los animales comparten un antepasado común que, se estima, vivió hace más de 600 millones de años, de acuerdo con National Geographic.

Una peculiaridad de los coanoflagelados es su flexibilidad de vida. Pueden existir como organismos unicelulares, pero algunas especies también forman colonias organizadas de células. Esta dualidad les permite adaptarse mejor a las condiciones del entorno y aumenta la eficiencia en la captura de alimento.
Desde el punto de vista genético, los coanoflagelados presentan secuencias homólogas a genes centrales del desarrollo animal. Esto los convierte en un modelo único para estudiar cómo surgieron características como la adhesión y comunicación celular, la diferenciación de funciones entre células y los mecanismos de regulación del crecimiento.
Laboratorio natural de la multicelularidad simple
Si los coanoflagelados representan el vínculo más cercano entre la vida unicelular y la animal, Salpingoeca rosetta es la especie que más ha fascinado a los investigadores. Descubierta en ambientes de agua dulce y marina, S. rosetta puede crecer como célula individual o formar elegantes colonias denominadas “rosetas”, donde células idénticas se agrupan en disposición circular, unidas a través de una matriz extracelular, detalla la investigación publicada en la revista Science.
Lo notable de S. rosetta es su versatilidad. En respuesta a factores ambientales, como la presencia de bacterias específicas, puede alternar entre al menos cinco tipos celulares: tres formas solitarias y dos coloniales (rosetas y cadenas celulares).

Además, otro aspecto clave es cómo se organizan estas colonias. Las células de S. rosetta se comunican y se mantienen unidas mediante puentes intercelulares, filopodios y una matriz extracelular compartida. Estos elementos permiten la transferencia de señales y nutrientes, y fortalecen la colonia, facilitando la cooperación y la coordinación.
Experimentos recientes demostraron que S. rosetta dispone de genes como los de la vía Hippo, fundamentales para la regulación del crecimiento celular en animales. Al mutar el gen Warts, las colonias formadas pueden duplicar el número de células habitual, reflejando mecanismos regulatorios que limitan el tamaño y controlan la multiplicación celular. Los resultados refuerzan la idea de que parte de la base genética para la multicelularidad ya existía en estos antepasados microscópicos.
Adhesión celular y comunicación: claves para la vida compleja
Uno de los mayores desafíos en la transición evolutiva a la multicelularidad fue el desarrollo de mecanismos que permitieran a las células adherirse entre sí, cooperar y comunicarse. Los coanoflagelados han conservado, en su pequeño genoma, muchas de las claves para este proceso, según Nature.

Estudios genómicos han identificado en coanoflagelados genes homólogos a los que en animales regulan la adhesión célula-célula, incluidos diversos tipos de cadherinas y proteínas implicadas en la formación de matrices extracelulares y puentes intercelulares. La expresión de estos genes en contextos similares a los animales sugiere que, mucho antes de la aparición de organismos complejos, ya existían herramientas moleculares para unir células y coordinar funciones básicas.
La capacidad de S. rosetta y otras especies para formar colonias, diferenciando incluso tipos celulares bajo ciertos estímulos, indica que el antepasado común entre coanoflagelados y animales estaba dotado de estas habilidades fundamentales.
El trabajo experimental en coanoflagelados permite no solo seguir la pista de estos genes, sino también manipularlos y estudiar el efecto de mutaciones. El modelo de S. rosetta ha permitido entender cómo pequeñas modificaciones genéticas pueden traducirse en cambios en la organización, proporción y especialización celular, abriendo una ventana experimental única hacia el origen de la multicelularidad.
Así, el estudio de los coanoflagelados y, en particular, de Salpingoeca rosetta, ofrece respuestas concretas sobre el surgimiento de la vida animal: la transición desde la unicelularidad, la cooperación celular, la comunicación y la adhesión, y la regulación del tamaño y número de células. 600 millones de años después, estos mecanismos, refinados por la evolución, permitieron la aparición de la extraordinaria diversidad del reino animal. Aunque diminutos y discretos, los coanoflagelados conservan en su biología y en su genoma un fragmento esencial de la historia de la vida.
Últimas Noticias
Descubren el origen de misteriosas huellas en una luna helada de Júpiter
Simulaciones en laboratorio analizaron procesos terrestres que podrían generar este tipo de marcas

Analizan interruptores en el ADN que podrían influir en genes vinculados al Alzheimer
Se trata de un estudio que investigó áreas poco exploradas del genoma. Los resultados

Qué es una falla multiorgánica, el cuadro por el que internaron a Christian Petersen
El chef permanece en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Ramón Carrillo, en San Martín de los Andes

La capacidad del ajolote de regenerar un timo funcional tras su extirpación inspira terapias en medicina regenerativa
La investigación revela un fenómeno único en el mundo animal y despierta expectativas en el desarrollo futuro de soluciones innovadoras para restaurar órganos y funciones inmunológicas tras cirugías o enfermedades en humanos

Descubren que las bacterias intestinales evolucionan para digerir los almidones de los alimentos ultraprocesados
Un estudio de la UCLA identificó variantes genéticas en microbios intestinales de zonas industrializadas que facilitan la digestión de nuevos compuestos incorporados en la dieta moderna


