
Un grupo de científicos internacionales encontró momias humanas de más de 12.000 años en el sur de China y en el sudeste asiático. Esta costumbre de conservar cuerpos con humo es mucho más antigua que la egipcia.
El equipo de investigación analizó 54 entierros de personas que vivieron antes de la agricultura. Publicaron sus resultados en la revista PNAS de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
Los entierros aparecieron en Vietnam, la Región Autónoma Zhuang de Guangxi en China, Filipinas, Laos, Tailandia, Malasia y Indonesia.
Las momias más antiguas

El estudio indica que la evidencia más antigua de momificación por humo en el sur de China y el sudeste asiático se remonta a entre 12.000 y 4.000 años antes del presente.
Existen sitios específicos, como la cueva Zengpiyan en Guangxi, China, ocupada entre hace 12.000 y 7.000 años.
Algunos contextos arqueológicos analizados resultan de hace poco más de 10.000 años, pero el rango documentado e informado en el paper llega hasta los 12.000 años para los entierros más antiguos.

Las momias no solo muestran el esqueleto, también conservan piel y tejidos. Y los científicos observaron que los cuerpos fueron puestos junto a fuegos. Usaron humo para secar los restos y evitar que se descompongan. Esto llevó a una momificación.
“Muchos de los restos habían sido desecados con humo sobre fuego durante largos periodos antes del entierro, en un proceso de momificación”, declaró Peter Bellwood, arqueólogo de la Universidad Nacional de Australia.
Así era la momificación

Los investigadores encontraron los cuerpos en posiciones encogidas o en cuclillas. Explicaron que estas posiciones son típicas en entierros antiguos. Muchos restos muestran señales de calor en los huesos.
Esto prueba que el fuego jugó un papel principal en la preservación. Momificación significa conservar el cuerpo sin que se pudra. Para esto usaron humo y calor de fogatas hechas a propósito.
Hsiao-chun Hung, autora del estudio, explicó que estos entierros pertenecen a cazadores-recolectores. Estos grupos humanos vivieron en la región antes de la llegada de la agricultura.
Estas poblaciones desplazaron a otras más viejas y todavía tienen descendientes que viven en Australia y Nueva Guinea.

“El análisis permitió identificar que estos humanos formaban parte de los primeros grupos modernos que llegaron a esa parte de Asia, y cuyas prácticas culturales persisten en algunas poblaciones autóctonas”, dijo Hung.
El equipo comparó las momias de Asia con las de Chile y Perú. Allí, un pueblo llamado Chinchorro practicó también la momificación hace más de 7.000 años.
Antes de este hallazgo, las momias más antiguas conocidas eran de los Chinchorro. Ahora, la evidencia de Asia cambia la historia de la conservación humana.
El estudio resaltó otro caso moderno del sudeste asiático. El pueblo Dani, de Indonesia, aplica humo a cuerpos para conservarlos hasta hoy.
El método se parece al de los yacimientos prehistóricos. Esto muestra que la tradición ha sobrevivido con el tiempo en algunas comunidades de Asia.

La egiptóloga Salima Ikram, especialista en momias de Egipto, participó en el análisis de estas prácticas. Ella explicó que muchas culturas desearon conservar el cuerpo de los muertos.
“La idea detrás de esto es similar, porque querían preservar el cuerpo”, dijo Ikram, quien trabaja en la Universidad Americana de El Cairo.
El proyecto comenzó en 2017 y sumó a 24 expertos de distintos países. Sus investigaciones cruzaron arqueología, genética y química.
El equipo reunió pruebas durante años y usó análisis científicos para entender el origen de estos rituales.
La evidencia de Asia muestra que la momificación no surgió solo en Egipto ni en América del Sur. El uso del humo fue clave para que los cuerpos resistan el paso del tiempo en zonas húmedas.
El descubrimiento abre la posibilidad de nuevos hallazgos similares en otras partes del continente asiático.
“Algunos sitios en el norte de China con entierros en posición flexionada, fechados entre 13.000 y 10.000 años antes del presente, también se beneficiarían de futuras investigaciones”, aclararon los investigadores.
Además resaltaron que existen paralelismos en los entierros fuertemente flexionados y en hiperflexión encontrados en varios sitios de Australia. “Nuestros hallazgos resaltan una continuidad biológica y cultural profunda y duradera”, sostuvieron en el estudio.
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