La carrera de la ciencia por cerrar la brecha entre la esperanza de vida y los años saludables

Para tener un envejecimiento saludable, se debe considerar el entrenamiento de las funciones cognitivas, el desarrollo de las virtudes y la fortaleza de las personas. Cuáles son los fármacos que están en estudio

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Si bien aumentó la expectativa de vida de los seres humanos, el desafío actual es que los años adicional se vivan con buena calidad de vida (Getty Images)
Si bien aumentó la expectativa de vida de los seres humanos, el desafío actual es que los años adicional se vivan con buena calidad de vida (Getty Images)

En el año 1800, la esperanza de vida mundial era de unos 32 años. Ahora, en cambio, la media es de más de 72 años. En la región de América Latina y el Caribe se había llegado a los 75 años en 2019. Pero por el impacto de la pandemia por el coronavirus, se redujo a 72,1 años en 2021, según las divisiones dedicadas a estudios población de CEPAL y Naciones Unidas.

Sin embargo, no todos esos años de vida que se sumaron en comparación con los siglos pasados se pasan con buena salud. “Se han ganado años de vida, pero aún está pendiente que el envejecimiento sea una experiencia que las personas puedan transitar con bienestar. El desafío es desarrollar un envejecimiento exitoso”, dijo a Infobae la doctora Deisy Krzemien, del Instituto de Psicología Básica, Aplicada y Tecnología, que depende del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Si bien están en desarrollo diferentes estrategias para preservar la buena salud de las personas mayores, hay que tener en cuenta que los fármacos no son suficientes, afirmó la doctora Krzemien.

La participación en actividades sociales debe ser parte de la búsqueda de un envejecimiento saludable/Archivo
La participación en actividades sociales debe ser parte de la búsqueda de un envejecimiento saludable/Archivo

“Para vivir un envejecimiento saludable, es importante que las personas mayores reciban una atención integral. Puede ser efectivo tanto la terapia psicológica individual como el conectarse con redes de apoyo, con terapistas ocupacionales u otros profesionales de la salud. La integración y la participación social -incluida la recreación-, el entrenamiento de las funciones cognitivas, el desarrollo de las virtudes y las fortalezas personales, y la actividad física (que se debe adaptar a las posibilidades de cada persona) son claves para un envejecimiento saludable”, agregó.

Se están desarrollando diferentes estrategias farmacológicas que podrían ser útiles para ayudar al envejecimiento saludable como complemento de las actividad sociales, físicas y al entrenamiento cognitivo. Forman parte de la llamada “gerociencia”, y en el Reino Unido se realizó una conferencia de la Red UK Spine sobre cómo esas intervenciones podrían contribuir a años de vida saludable.

Ya se han realizado y aún continúan trabajos de investigación con compuesto “senolíticos”. Las células sufren un proceso de senescencia por factores de estrés. Según el científico Jesús Gil, del Imperial College de Londres, los fármacos senolíticos tienen el potencial de eliminar a esas células senescentes. En estudios con animales -aclaró el investigador según reportó la revista Nature- se ha demostrado que los senolíticos pueden prolongar la vida, mejorar la duración de la salud y afectar positivamente a más de 20 patologías con efectos secundarios limitados.

Actividades como aprender música ayudan al entrenamiento de funciones cognitivas del cerebro/ Crédito: Getty
Actividades como aprender música ayudan al entrenamiento de funciones cognitivas del cerebro/ Crédito: Getty

También en los Estados Unidos, investigadores de Mayo Clinic han señalado que los fármacos senolíticos robustecen a una proteína fundamental en el cuerpo. Esa acción puede proteger a las personas mayores contra ciertos aspectos del envejecimiento y varias enfermedades. Los resultados que se publicaron en la revista eBioMedicine, que forma parte de The Lancet Discovery Science. Lo demostraron en estudios realizados tanto en ratones como en humanos.

Los fármacos senolíticos que diseñaron los científicos de la Clínica se administraron una vez y eliminaron del torrente sanguíneo a las células senescentes o “zombi”, que contribuyen a varias enfermedades y a aspectos negativos del envejecimiento. El estudio mostró que la extracción de células senescentes robusteció la producción de una proteína protectora, conocida como “a-klotho”.

La proteína “a-klotho” es importante para mantener la buena salud porque tiende a disminuir con la edad. Se se reduce ante varias afecciones, como la enfermedad de Alzheimer, la diabetes y la enfermedad renal. Los estudios en animales demuestran que la disminución de la proteína a-klotho acorta la expectativa de vida de los ratones, mientras que su aumento —gracias a la introducción de un gen que provoca su producción— incrementa la expectativa de vida de los ratones en un 30 por ciento.

El doctor James Kirkland de la Clínica Mayo de los Estados Unidos lleva adelante estudios sobre los fármacos senolíticos/Archivo
El doctor James Kirkland de la Clínica Mayo de los Estados Unidos lleva adelante estudios sobre los fármacos senolíticos/Archivo

“Demostramos que hay una manera de que una molécula pequeña, activa y oral aumente esta proteína beneficiosa y amplifique la acción de los fármacos senolíticos”, comentó el doctor James Kirkland, internista en Mayo Clinic y uno de los autores del estudio.

El equipo de la científica Satomi Miwa, de la Universidad de Newcastle del Reino Unido, también se dedica a investigar los senolíticos. En la revista eLife, sugirieron que un sencillo tratamiento puntual con fármacos senolíticos podría prevenir los efectos secundarios a largo plazo asociados a la radioterapia para cáncer.

La investigación, realizada en un modelo de ratón, demostró que el tratamiento con fármacos senolíticos reducía la fragilidad y mejoraba la función muscular y hepática, así como la memoria a corto plazo. La doctora Miwa dijo: “Cada vez son más las personas que se tratan con éxito del cáncer, y las tasas de supervivencia de muchos tipos de cáncer son altas. Las personas que han vencido el cáncer pueden volver a esperar su nueva vida, pero sólo si la calidad de vida no se ve afectada. Nuestra nueva investigación demuestra que hay una forma de evitar que se produzcan efectos secundarios a largo plazo y de reducir los riesgos de recaída del cáncer”.

Se estudia el reposicionamiento de fármacos (que ya se usan para otras condiciones) como un camino para preservar la buena salud durante el envejecimiento (Getty)
Se estudia el reposicionamiento de fármacos (que ya se usan para otras condiciones) como un camino para preservar la buena salud durante el envejecimiento (Getty)

También se hacen estudios relacionados con el reposicionamiento de fármacos que ya se indican para diferentes cuadros. James Edwards, de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, investiga los efectos no esqueléticos de los bifosfonatos. Son fármacos que se prescriben ampliamente para tratar enfermedades como la osteoporosis. Recientes meta-análisis han demostrado que los bifosfonatos son clínicamente activos en varias otras enfermedades.

Por ejemplo, se ha comprobado que los bifosfonatos reducen el riesgo de mortalidad por todas las causas en un 29% a lo largo del tiempo en un ensayo sobre la fractura de cadera. Pueden ayudar a reducir el 67% en la mortalidad cardiovascular. Reducen los infartos de miocardio en un 28% y la mortalidad por cáncer de colon en el 39%, entre otros resultados.

Otro fármaco que se investiga es la rapamicina, que ya se usa en pacientes trasplantados. En modelos animales, esa droga ha demostrado mejorar la esperanza de vida. Lynne Cox, de la Universidad de Oxford, y Phil Atherton, de la Universidad de Nottingham, llevan adelante una colaboración para estudiar los efectos de la administración de dosis bajas de rapamicina durante 4 meses en un ensayo clínico en humanos controlado con placebo en adultos mayores. El estudio incluye la evaluación del efecto del fármaco en los parámetros musculares con y sin ejercicio, así como el posible alivio de la inmunosenescencia, con especial atención a la restauración de la capacidad de reparación del ADN en los linfocitos T.

La rapamicina se estudia como una intervención para el envejecimiento saludable. Aún falta más pruebas (Getty)
La rapamicina se estudia como una intervención para el envejecimiento saludable. Aún falta más pruebas (Getty)

Además se estudian los potenciales beneficios de suplementos, como la espermidicina, un compuesto aislado originalmente del semen humano. Días atrás se publicó un trabajo de la científica Silke Wortha y colegas de la Universidad de Medicina Greifswald en Alemania, en la revista especializada Alzheimer & Dementia.

La suplementación con la espermidina ganó atención como una intervención potencialmente beneficiosa para apoyar el envejecimiento saludable en estudios preclínicos y clínicos. Sin embargo, también se sabe que los niveles elevados de espermidina en los tejidos son un indicador de procesos patológicos como la enfermedad de Alzheimer.

También se evalúa si los suplementos con espermidina podrían tener algún beneficios como se ha encontrado en animales /Getty
También se evalúa si los suplementos con espermidina podrían tener algún beneficios como se ha encontrado en animales /Getty

En el estudio en Alemania se incluyeron datos de 659 participantes, que tenían entre 21 y 81 años y se investigó la asociación entre los niveles plasmáticos de espermidina y los marcadores de envejecimiento cerebral. Encontraron que los niveles fisiológicos de espermidina podrían no reflejar los efectos beneficiosos para la salud observados con la administración de suplementos de espermidina en modelos animales y estudios en humanos.

Reconocieron que aún se necesitan más estudios longitudinales para descifrar el papel de la espermidina en las enfermedades neurodegenerativas y para determinar si los niveles de espermidina en sangre son biomarcadores adecuados.

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