Las razones de por qué no es buena idea contagiarse deliberadamente con Ómicron

A pesar de superar el millón de positivos por día, en Estados Unidos algunos analizan la posibilidad de contagiarse para dejar de “esconderse” del virus. “Es como jugar a la ruleta rusa con una pistola automática”, grafican los expertos

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Estados Unidos superó el millón de contagios en un día (REUTERS/Jeenah Moon)
Estados Unidos superó el millón de contagios en un día (REUTERS/Jeenah Moon)

La llegada de la variante Ómicron logró generar diferentes corrientes de pensamiento en todo el mundo. Estados Unidos, que el pasado 3 de enero registró más de un millón de contagios, tiene parte de su población aún con miedo por el virus que parece nunca querer irse pero también otra parte que analiza la posibilidad de contagiarse de Ómicron de manera deliberada. ¿Cómo puede ser esto posible?

Durante los últimos dos años las personas buscaron de manera desesperada evitar el COVID-19. Y hoy, esos mismos parece que quisieran contagiarse, como una manera de sacarse de encima el problema cuanto antes para seguir con sus vidas. En Estados Unidos compararon esto con lo sucedido con la varicela en la que los padres consideraban que cuanto antes se contagiaran sus hijos tendrían inmunidad.

Para muchos expertos EE.UU. será imposible escapar de esta nueva ola ya que esta variante es muy contagiosa. Esto hizo que algunos de ellos y miembros del público llegaran a la conclusión de que es imposible ocultarse para siempre del virus. Las infecciones van en marcado aumento y, consideran que para quienes están completamente vacunados, las consecuencias son bastante leves.

Testeos gratuitos en Washington debido al incremento de la variante Ómicron (EFE/Lenin Nolly)
Testeos gratuitos en Washington debido al incremento de la variante Ómicron (EFE/Lenin Nolly)

Sin embargo, algunos expertos opinan que intentar de manera deliberada contraer el virus no es prudente para quienes cuenten con su vacunación completa pero para los que no estén vacunados directamente es como es como “jugar a la ruleta rusa con una pistola automática”, aseguró el doctor Laolu Fayanju, director médico regional de Oak Street Health en Ohio.

Para Akiko Iwasaki, inmunobióloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, que estudia la inmunidad viral, con esta idea surgen varios problemas. En primer lugar porque no se puede saber con certeza cuál será la gravedad de cada caso. En segundo lugar afirma que con las vacunas y refuerzos ya se tiene una protección sólida que no requiere de contagiarse para sumar anticuerpos; y en tercero, las infecciones pueden afectar a otras personas de manera terrible. Ahí es cuando se puede producir un efecto dominó.

El cálculo de riesgo-beneficio aquí es muy claro para mí. El riesgo es mucho mayor que cualquier beneficio que pueda obtener”, dijo Iwasaki.

Puestos de testeos gratuitos en Nueva York ante el avance de Ómicron (REUTERS/Jeenah Moon)
Puestos de testeos gratuitos en Nueva York ante el avance de Ómicron (REUTERS/Jeenah Moon)

En muchos casos, aquellos que se encuentran completamente vacunados consideran que si además suman COVID tendrán “súper inmunidad”. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. han confirmado que la vacunación de personas previamente infectadas mejora significativamente su respuesta inmunológica y reduce de manera efectiva el riesgo de infección posterior.

Otros estudios también sugieren que las personas que se enferman después de vacunarse ven ventajas inmunológicas. Asimismo, una carta de investigación reciente encontró que un pequeño grupo de personas completamente vacunadas (pero sin refuerzo) experimentó un aumento de anticuerpos después de recuperarse de infecciones irruptivas.

Estos beneficios son un lado positivo para las personas que se enferman accidentalmente, pero para Iwasaki “es innecesario buscar una infección para un bulto inmunológico; puede obtener beneficios similares de las vacunas y un refuerzo, que han demostrado ser seguros y efectivos. Además, la inmunidad natural disminuye con el tiempo y no hay garantía de que la obtención de Omicron lo proteja de la próxima variante desconocida que podría estar a la vuelta de la esquina”. y agregó: “Sabemos que el refuerzo induce anticuerpos bastante fuertes, incluso contra Omicron. ¿Por qué no conseguir tu inmunidad de esa manera?”, agregó Iwasaki.

Ómicron ataca sin piedad a Estados Unidos (Getty Images)
Ómicron ataca sin piedad a Estados Unidos (Getty Images)

De acuerdo con los últimos datos, la mayoría de las personas infectadas por la variante Ómicron no necesitaron hospitalizaciones y sus síntomas fueron más leves que los contagiados por variantes anteriores de COVID-19. Incluso en las consultas de atención médica, los pacientes no se encuentran tan afectados físicamente como los de otras oleadas. Esto parecería deberse a que es menos probable un daño pulmonar severo con Ómicron.

De todas maneras es imposible identificar cada virus en la calle y no hay forma de saber si alguien se está exponiendo a Ómicron o a Delta que aún continúa circulando. Incluso si Ómicron es en general más suave que otras variantes, para algunas personas puede ser terrible.

El día que EE.UU. superaba el millón de contagios, murieron más de 1.400 personas a causa de COVID-19 y más de 100.000 fueron hospitalizadas con el virus. Si bien los que corren un riesgo mayor son las personas no vacunadas, los médicamente vulnerables y las personas mayores, no existe una garantía para nadie.

Estados Unidos superó su récord de contagios desde el inicio de la pandemia (REUTERS/Jeenah Moon)
Estados Unidos superó su récord de contagios desde el inicio de la pandemia (REUTERS/Jeenah Moon)

Otra dato no menor son los síntomas que incluyen fatiga, confusión mental, dificultad para respirar, entre otros, que continúan por mucho tiempo luego de que desaparece una infección aguda por COVID-19. Incluso los casos leves pueden provocar un COVID-19 prolongado. Si bien los estudios demostraron que la vacunación reduce mucho el riesgo de contraer COVID prolongado después de una infección, aún es posible desarrollar la afección después de un caso importante.

Entre las principales razones para no contraer COVID-19 de manera intencional se encuentra la carga que representa para las personas vulnerables y los trabajadores de la salud. Cada persona que se enferma con COVID-19 puede infectar a otras, incluidas aquellas que son médicamente vulnerables, que son demasiado jóvenes para ser vacunadas o que están desprotegidas.

Si algunas personas se enferman deliberadamente, lo que podría desencadenar una cadena de transmisión, “tiene el potencial de hacer explotar el número de personas enfermas y luego inundar nuestro ya abrumado y sobrecargado sistema de atención médica”, dijo Fayanju.

La gente no sabe si será una de las personas que podrá soportar una infección con pocas consecuencias a largo plazo. No hay razón para correr ese riesgo intencionalmente”, concluyó.

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