Así fue el engaño a las prostitutas argentinas en Punta del Este: dormían en un colchón entre excremento y ratas

Fueron invitadas para realizar trabajo sexual en el balneario uruguayo pero se encontraron esclavizadas bajo maltrato y extorsión. Una de las víctimas se arrojó del auto en el que viajaba con los proxenetas para hacer la llamada que las terminó liberando

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Tres mujeres habían llegado desde
Tres mujeres habían llegado desde Argentina para ejercer la prostitución en el balneario uruguayo se encontraron en condiciones de explotación, maltrato y privadas de su libertad (Gettyimages)

(Desde Montevideo, Uruguay) - Tres prostitutas viajaban junto a sus proxenetas en un auto Volkswagen Gol por Punta del Este cuando una de ellas empezó a decir que se sentía mal. A la mujer, de nacionalidad peruana pero con residencia permanente en Argentina, le insistían con que bebiera agua porque recién había tenido relaciones sexuales con un cliente que había tomado drogas. Si no lo hacía, iba a comenzar a sentirse peor de lo que estaba.

Las otras dos mujeres eran argentinas. Una de ellas le pidió al conductor que frenara el vehículo, pero el chofer se negaba. Ante este rechazo, la mujer se arrojó del auto y eso llevó al hombre a detener la marcha. Fue esa arriesgada decisión la que les permitió liberarse de la vida parecida a la de un secuestrado que llevaban en esos primeros días de enero.

Rápidamente, las otras dos víctimas que iban en el auto corrieron hasta una estación de servicio cercana para pedir auxilio. Desde ese lugar salió el llamado a la Policía que advertía de la presencia de mujeres que necesitaban ayuda.

Los ocupantes del vehículo, un uruguayo y un argentino, se fugaron del lugar, pero luego fueron encontrados en el barrio Kennedy, una de las zonas más pobres del departamento de Maldonado. Allí fueron arrestados y ahora son investigados por trata de personas.

(EFE/Federico Anfitti/Archivo)
(EFE/Federico Anfitti/Archivo)

Este caso se conoció públicamente los primeros días de enero, luego de que la Policía detuviera a los dos imputados. El acta de formalización de la investigación de Fiscalía –a la que accedió Infobae– permite conocer otros detalles de la vida de estas víctimas en Punta del Este.

Las tres mujeres llegaron al país acompañados del ciudadano argentino, de 40 años y que no tenía antecedentes penales, como turistas. Viajaron a la reconocida ciudad de Uruguay con la “promesa” de realizar trabajos sexuales a cambio del alojamiento, el traslado y su protección. Por estos servicios, le iban a dar a los ahora imputados USD 1.000 cada una.

Las mujeres habían acordado que tendrían un apartamento entero para ellas en Punta del Este, donde podrían vivir y trabajar. Pero esas condiciones no se cumplieron. El alojamiento –describe el acta de Fiscalía– se encontraba en “condiciones inhumanas”: las tres mujeres tenían que dormir juntas en un colchón en el piso, rodeadas de desorden, suciedad, excrementos y roedores.

El departamento además no estaba en Punta del Este, como había sido acordado, sino en el Barrio Hipódromo, en los suburbios de Maldonado. Tampoco era un apartamento entero como había sido prometido: se trataba de una habitación con cocina y baño. Allí, las mujeres no podían ejercer la prostitución, concluyó la Fiscalía.

La Policía de Uruguay arrestó
La Policía de Uruguay arrestó a dos proxenetas que engañaron a tres prostitutas (Ministerio del Interior Uruguay)

Pero no solo las condiciones no eran las prometidas para estas mujeres. Al llegar al país, las prostitutas conocieron al otro de los posteriormente imputados. Era un uruguayo, de 46 años, que tenía antecedentes penales. Este hombre era el dueño del pequeño departamento en el que las mujeres vivían y, al poco tiempo, se instaló allí para controlarlas.

Los dos hombres le hacían el seguimiento a las tres mujeres por todas las vías posibles. Además de controlarlas de forma presencial, lo hacían también por WhatsApp y a través de una aplicación que les permitía saber cuál era la ubicación de ellas en tiempo real.

Los hombres, además, les exigían que llevaran dinero y comida al alojamiento cada vez que finalizaban un trabajo sexual.

La fiscal concluyó que el argentino imputado fue quien reclutó y transportó a las víctimas desde Argentina para que prestaran servicios sexuales. El uruguayo, en tanto, las recibió en un inmueble de su propiedad “a los efectos de su explotación sexual”.

Este caso es tratado en el Juzgado de 3° turno de la ciudad de San Carlos, que está especializado en violencia basada en género, doméstica y sexual. Los hombres cumplen prisión preventiva como medida cautelar mientras avanza la investigación.