La dos caras de Rafael Garay, el reputado economista de TV que se reveló como uno de los estafadores más grandes de Chile

Se apropió de millones de dólares de sus clientes. Su historia podría ser filmada por Netflix

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Rafael Garay, ingeniero comercial que construyó un negocio de mentiras con las que embaucó a sus clientes
Rafael Garay, ingeniero comercial que construyó un negocio de mentiras con las que embaucó a sus clientes

Es uno de los más connotados estafadores de Chile. Por su aparición frecuente en programas de la televisión era reconocido en las calles. Apariencia de hombre exitoso, de muchos amigos y rodeado de lujos. Incluso incursionó en la política. Romances, negocios, viajes y una historia de vida que se derrumbó por tratarse de una completa mentira.

La historia de Rafael Garay fue seguida por todos los chilenos, debido a la alta connotación pública que el estafador alcanzó como habitual invitado a los programas de televisión, especialmente programas periodísticos, para referirse a temas económicos y políticos.

Fue en televisión, precisamente, donde además logró hacerse de amistades también conocidas del medio en el país andino.

La historia de Garay

Todo partió con un mensaje que publicó en su muro de Facebook, el 13 de junio de 2016. En el texto, Garay avisa sobre una decisión importante debido a una grave enfermedad que lo aquejaba. “Este es un comentario muy duro para mí, amigos. Hace un tiempo atrás me fue detectado un glioblastoma. Esto es un tumor, una suerte de cáncer cerebral”, escribió.

Su mensaje trajo inmediatamente repercusión pública, pues el ingeniero comercial que se había transformado en una figura mediática del mundo de la economía, gracias a su facilidad de explicar en palabras simples el mundo de las finanzas, no entregó más detalles y prometió dar más información en los días siguientes.

El hecho es que esta supuesta enfermedad, más allá de la preocupación de sus clientes por su estado de salud, también traía asociada otra arista. ¿Qué pasaría con las inversiones que sus clientes habían puesto en sus manos para administrar?

Días más tarde, contó en una entrevista que el cáncer se había manifestado el día que se metió a una planta nuclear en Fukushima para rescatar a dos amigos luego del terremoto de 2010. Comentó que ya había seguido minuciosos tratamientos en Japón y en Francia, pero que las cosas no mejoraban y que, en resumen, le quedaba poco tiempo de vida. Sobre los dineros, contó que se encontraba reordenando su patrimonio y que ya había devuelto el 95 por ciento de los dineros de sus clientes. Tras esta última declaración pública, desapareció.

Con el pasar de los días se especulaba con que podría estar internado en alguna clínica de Europa. Una indagación periodística consiguió los primeros datos. Primero se conoció que nunca fue paciente de una clínica donde él mismo dijo que había permanecido en Paris, Francia. Luego, se supo que había viajado a Tailandia, y finalmente se constató que se encontraba en Rumania, donde solicitó al consulado de Chile en Bucarest un certificado de soltería. Siguiendo su rastro se comprobó que en los días desaparecido, había pasado por Francia, Holanda y un país del sudeste asiático.

Con su pareja, Garay pensaba contraer matrimonio en Rumania, una acción que permitiría modificar cualquier situación judicial. Fue recién el 9 de septiembre de 2016 en un tribunal de Concepción, cuando un grupo de 16 personas presentaron una querella por presunta estafa en contra de Garay.

Con este cartel se inició la búsqueda de Rafael Garay en Chile y el mundo con colaboración de la Interpol
Con este cartel se inició la búsqueda de Rafael Garay en Chile y el mundo con colaboración de la Interpol

Catorce días después, la Fiscalía Centro Norte emitió una orden de captura internacional por el delito de estafa y solicitó el congelamiento de sus cuentas. Su foto en anuncios de Carabineros bajo el rótulo de “Se Busca” empezó a viralizarse en las redes sociales. Durante esa misma jornada, el periodista chileno y presentador de la TV Iván Núñez, el más reconocido de los afectados por los movimientos de Garay, presentó una demanda por presunta estafa. Las denuncias comenzaron a acumularse y la investigación judicial incluyó a 37 personas, por un monto de $ 1.800 millones de pesos (USD 2.450.000) La Policía de Investigaciones (PDI) inició la coordinación con Interpol y efectivos policiales rumanos.

Con su cartel de prófugo, Garay no sólo era buscado por la policía, también por la prensa de Chile y sus acreedores, que estaban preocupados sin tener información sobre el destino de su dinero.

Así hallaron al ingeniero comercial en la ciudad de Bresov, ubicada a 170 kilómetros al norte de Bucarest, en Rumania. Fue la policía de este país la que el 18 de noviembre lo encontró portando documentación falsa en un centro comercial de la ciudad y lo detuvo, mientras tomaba café junto a su novia.

El empresario confesó no tener problemas de salud, lo que impactó a quienes seguían el caso. El 14 de septiembre la Corte de Apelaciones de Santiago acogió la solicitud de extradición. Garay arribó en el país el 16 de marzo del 2017. Después de nueve meses, Garay regresó a Chile para enfrentar a la justicia y se dispuso su encarcelamiento en el anexo penitenciario Capitán Yáber, ubicado en el centro de Santiago, que recibe a imputados por delitos económicos.

Rafael Garay el día del dictamen de su juicio en el tribunal de la Fiscalía de Chile
Rafael Garay el día del dictamen de su juicio en el tribunal de la Fiscalía de Chile

El Tribunal lo declaró culpable del delito de estafa reiterada y lo condenó a siete años de prisión. Se había acreditado que engañó a un total de 29 personas, bajo la modalidad de “estafas piramidales”. Garay ofrecía asesoría financiera y de inversiones a personas y empresas, prometiendo gigantescas ganancias. Sin embargo, lo único que hizo fue apropiarse de más de 1.000 millones de pesos (USD 1.363.327).

Los lujos del estafador

Durante el juicio a Garay, se le preguntó por el destino de la millonaria suma de dinero. Su respuesta fue clara. Con parte del monto obtenido, alrededor de $900 millones (USD 1.226.994), adquirió diversos automóviles. “Producto de las ventas rápidas se perdía entre el 30% y el 50% del valor del vehículo. Eso lo hice con varios vehículos, siete Mercedes Benz, un Jaguar, dos Grand Cherokee. Adicionalmente a eso están los pagos de impuestos y seguros de esos vehículos”, detalló Garay.

A lo anterior, el estafador reveló haber gastado $279 millones (USD $380.368) “en alcohol y vida nocturna”. “Para que lo pongamos en términos sencillos explicativos, en un local nocturno, yo era el amigo que invitaba a todos. Gastaba $ 2,5 millones en una noche (USD 3.400)” explicó. Además confesó: “Patéticamente pagué para estar rodeado de personas, pero era un infeliz”.

Uno de los pasatiempos del estafador era la práctica de artes marciales
Uno de los pasatiempos del estafador era la práctica de artes marciales

En este marco, Rafael Garay afirmó haber padecido de alcoholismo y adicción a otras sustancias, lo que, según sus palabras, lo llevaron a intentar suicidarse en junio de 2016. Finalmente, el detenido aseguró gastar $175 millones (USD 238.582) en productos y servicios asociados a hoteles, viajes, libros para su colección “de académico” y equipamiento para clases de artes marciales, su principal hobbie.

Tras cumplir parte de su condena, el ingeniero comercial, a través de su defensa, solicitó el 12 de abril de 2020 su libertad condicional. Le fue mal en la Corte de Apelaciones y posteriormente apeló a la Corte Suprema. El máximo tribunal accedió a la petición, determinando que el reo reunía las condiciones exigidas para el beneficio. La madrugada del 21 de mayo, Garay quedó en libertad.

Acercamiento con Netflix

Tras un largo silencio, en las últimas horas volvió a hablar. En una conversación con medios locales, afirmó que devolverá el dinero a las víctimas. “Escribí un libro y ya tuve un acercamiento con gente de Netflix. Les dije que no para tener otras instancias de negociación una vez fuera”, sostuvo el economista. ¿La razón? Debido al efecto que le causó escuchar los testimonios en el juicio en su contra: “A muchas víctimas no las conocía. Me dolió escuchar relatos, no sólo por daño patrimonial, sino que moral. Ellos perdieron la confianza y ese daño es irreparable”, dijo. Arrepentido, Garay no cerró completamente la puerta a que su historia sea puesta en la pantalla, ya que en su afán de devolver el dinero podría acceder a eventuales negociaciones. “Merezco lo que pasó”, reconoció.

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