Argentina ha dado un paso adelante en la lucha contra el crimen y el terrorismo en Latinoamérica

Compartir
Compartir articulo
Defensores de Hezbollah en Beirut el 20 de septiembre de 2018 (REUTERS/Aziz Taher)
Defensores de Hezbollah en Beirut el 20 de septiembre de 2018 (REUTERS/Aziz Taher)

Hezbollah fue responsable de asesinar más argentinos que cualquier otra organización terrorista islámica. Además, el grupo chiíta se adjudicó ataques mortales como el atentado de 1983 en Beirut contra los cuarteles de la Marina de los EEUU, el atentado suicida de 1992 en la embajada israelí en Buenos Aires, el atentado suicida de 1994 en la AMIA (Asociación Mutual Judía Argentina en Buenos Aires) y también el bombardeo de un autobús turístico israelí en Bulgaria en 2012. Según el Tribunal Penal Internacional, el grupo terrorista chiíta también es sospechoso de estar involucrado en el atentado suicida de Beirut en febrero de 2005 en el que murieron 23 personas, incluido el ex primer ministro libanés Rafik Hariri. La muerte de Rafik Hariri provocó una revolución interna conocida como "la Revolución de los Cedros"; ella llevó a la retirada de las fuerzas sirias de ocupación y la creación de facciones políticas pro sirias y anti sirias en el parlamento libanés. Hezbollah lidera la facción pro siria, que también incluye al partido chiíta Amal y al Movimiento Patriótico Libre (FPM por sus siglas en inglés), alineado con un sector cristiano. Así, Hezbollah paralizó la creación de coaliciones de gobierno y causó su caída en octubre de 2016. En mayo de 2018, por presiones de Hezbollah, el gobierno libanés eligió a su aliado político, Michel Aoun, como presidente.

El grupo, designado recientemente como organización terrorista por el gobierno argentino, se infiltró durante años en el tejido social del Líbano y quebrantó las instituciones democráticas del país, penetrando en el gobierno legal libanés y creando un estado paralelo e ilegal dentro del estado legal libanes.

En 2012, la Unión Europea calificó al ala armada de Hezbollah como una organización terrorista, pero la distinguió del ala política del grupo. Antes de la designación, los líderes de Europa estaban divididos sobre la designación por temor a complicar la seguridad de sus países dadas las amenazas y presiones que padecieron. Aunque la UE distinguió entre las alas políticas y armadas de Hezbollah, el grupo terrorista se considera una organización singular y su liderazgo ha perseguido por siempre una agenda terrorista con ayuda iraní. Así lo entendió Holanda, que recientemente designó al grupo chiíta como completa organización terrorista.

El objetivo declarado de Hezbollah era luchar "por la liberación de los territorios que considera ocupados y por la expulsión de las fuerzas israelíes". Su ideología se inspiró en la revolución iraní de 1979 del ayatollah Khomeini. Así, Irán ve el surgimiento de Hezbollah como una oportunidad para extender su influencia utilizando a Hezbollah como una fuerza de poder. Hezbollah es, ante todo, un instrumento del régimen iraní. El manifiesto del grupo de 1985 declara explícitamente: "Somos los hijos de la umma (comunidad musulmana), el partido de Dios (Hezb Allah) cuya vanguardia fue victoriosa por Dios en Irán".

Hezbollah es devoto a la filosofía de Khomeini de vilayat-e faqih (gobierno del jurista islámico), que exige el gobierno absoluto de un solo jurista sobre asuntos religiosos y estatales. Khomeini usó el concepto para tomar el poder absoluto como el líder supremo de Irán, y Hezbollah juró su lealtad a él y a su sucesor, Ali Khamenei.

Al igual que Irán, Hezbollah considera que Estados Unidos e Israel son sus principales enemigos. El manifiesto del grupo describe los EEUU como la raíz de abominación y declara que su "determinación de luchar contra los EEUU es sólida e inquebrantable".

Desde la muerte de Khomeini en 1989, Hezbollah ha mantenido su lealtad al sucesor del líder supremo iraní, Ali Khamenei. Por ejemplo, Hezbollah y la Fuerza Quds acordaron en enero de 2010 cooperar en el ataque a objetivos israelíes, estadounidenses y occidentales. En 2012, Hezbollah se comprometió a defender a Irán contra cualquier ataque de Estados Unidos o Israel.

Según Subhi al-Tufayli, el primer secretario general de Hezbollah desde 1989 hasta 1991, Irán ha apoyado a Hezbollah para expandir su propia influencia en la región. "No hay una voz dentro de la comunidad chiíta del Líbano que no esté vinculada a Irán", dijo a Arab Weekly, con sede en Londres, en mayo de 2016.

Hezbollah afirma que está en confrontación con Israel, a quien denomina "la entidad sionista" que saqueó tierras del islam y se las arrebató a sus legítimos dueños pisoteando los derechos de los musulmanes. La organización terrorista se niega a aceptar cualquier alto el fuego o acuerdos de paz, y entiende "su lucha" contra Israel, hasta que esa entidad sea eliminada.

Hezbollah ha estado vinculado a numerosos ataques terroristas contra objetivos israelíes y judíos desde su inicio, entre ellos el ataque suicida de 1992 al edificio de la embajada israelí en Argentina, en el que murieron 29 personas y 240 resultaron heridas. También en el atentado suicida a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires en 1994, cuando la organización terrorista asesinó a 85 personas; y al ataque transfronterizo de 2006 en el que terroristas de Hezbollah mataron a seis soldados israelíes y secuestraron otros dos, iniciando la guerra de ese verano con Israel.

18 de julio de 1994, el horror de la AMIA (Foto: GENTE/Archivo Atlántida)
18 de julio de 1994, el horror de la AMIA (Foto: GENTE/Archivo Atlántida)

En línea con sus actividades terroristas, en noviembre de 2009, Hezbollah dio a conocer un nuevo manifiesto político que identificó a Estados Unidos como "el centro de polarización y hegemonía del mundo", reafirmó su oposición a Israel, a quien identificó como "una amenaza constante y un peligro inminente y ratificó sus planes y esfuerzo para eliminar lo que denomina entidad sionista". El manifiesto actualizado renovó su compromiso con el terrorismo, expresado en el lenguaje de la "resistencia" a Israel. Esa "resistencia" fue elevada al estatus de responsabilidad nacional. Según el manifiesto, el rol de la resistencia es una necesidad nacional mientras persistan las amenazas y aspiraciones israelíes.

Citando la victoria de Hezbollah en la guerra civil siria, su secretario general, Hassan Nasrallah, anunció en diciembre de 2017 que su grupo re-enfocaría sus energías contra Israel. Nasrallah llamó a los aliados de Hezbollah a crear una estrategia unida con la cual confrontar a Israel hasta su eliminación.

Como representante iraní, Hezbollah tomó las armas junto a las fuerzas sirias e iraníes en defensa del régimen sirio en la guerra civil de ese país. En 2012, el Tesoro de los Estados Unidos impuso sanciones adicionales a Hezbollah por su apoyo al régimen del presidente sirio Bashar al Assad. Según el Tesoro, desde el comienzo de la guerra civil siria a principios de 2011, Hezbollah proporcionó "capacitación, asesoramiento y amplio apoyo logístico a los esfuerzos despiadados del Gobierno de Siria para luchar contra la oposición". La participación de Hezbollah en Siria también ha resultado en un papel cada vez más antagónico con respecto a las naciones árabes sunitas de Medio Oriente que se oponen a las ambiciones regionales de Irán. El Consejo de Cooperación de Países Árabes del Golfo (CCPAG) calificó a Hezbollah como un grupo terrorista en marzo de 2017 por sus "actos hostiles" contra los estados miembros del CCPAG por el reclutamiento para "ataques terroristas, el contrabando de armas y explosivos y la incitación al caos y la violencia".

La Liga Árabe también calificó a Hezbollah como un grupo terrorista, acusándolo de entrenar a grupos terroristas e interferir en los asuntos regionales. El 19 de noviembre de 2017, la Liga Árabe condenó nuevamente a Hezbollah como una organización terrorista, citando sus esfuerzos en apoyo y ejecución de acciones terroristas en favor de Irán y el ministro de Relaciones Exteriores de Bahrein, Khalid bin Ahmed Al-Khalifa, acusó a Hezbollah de controlar totalmente el Líbano en base a acciones mafiosas y violentas.

El Consejo de la Shura es el cuerpo de liderazgo central de Hezbollah. Inicialmente, el Consejo de la Shura nombró a un secretario general para dirigir el grupo por un período de tres años. Sin embargo, después de que el Consejo eligió a Hassan Nasrallah en 1993, le permitió exceder dos mandatos consecutivos. El Consejo Shura también supervisa las 5 Asambleas separadas de Hezbollah: la asamblea política, la asamblea de la yihad, la asamblea parlamentaria, la asamblea ejecutiva y la asamblea judicial.

La Organización de Seguridad Externa, también conocida como la Yihad Islámica, es el órgano de operaciones extranjeras de Hezbollah. Esta es la unidad de Hezbollah responsable de los crímenes internacionales de terrorismo que ha ejecutado, incluidos los dos ataques con bomba en Buenos Aires en 1992 y 1994.

El Departamento de Operaciones en el Exterior es el responsable de los esfuerzos y del alcance global de Hezbollah. "Está involucrado en operaciones secretas en todo el mundo, ellas incluyen el reclutamiento, la recaudación de fondos y la recopilación de información en nombre de Hezbollah".

Mientras que Estados Unidos ha designado a Hezbollah como una entidad terrorista, la Unión Europea ha separado al partido político de Hezbollah y ha designado solo al ala militar de Hezbollah. Los Países Bajos son el único país de la UE que ha designado a Hezbollah en su conjunto como una organización terrorista. El gobierno holandés ha instado a la UE a designar a Hezbollah en su totalidad como una organización terrorista.

A finales de 2018, un grupo de 60 parlamentarios europeos, encabezados por diputados de Dinamarca, Suecia y Hungría, le enviaron una carta a la jefa de política exterior de la UE, Federica Mogherini, pidiendo que Hezbollah fuera designado en su totalidad como organización terrorista global. En mayo de 2019, el gobierno británico comenzó a discutir la designación de Hezbollah como un todo en el concepto de terrorista, y a mediados de junio el Reino Unido aprobó la calificación.

No hay distinción entre las alas políticas y militares de Hezbollah. Ambos están subordinados al Consejo de la Shura, dirigido por Nasrallah. El liderazgo de Hezbollah ha confirmado la unicidad de Hezbollah en sus campos militares y políticos. En una entrevista en el año 2000 con la prensa libanesa, el líder adjunto de Hezbollah, Naim Qassem, dijo que "el secretario general de Hezbollah es el jefe del Consejo de la Shura y también el jefe del Consejo de la Yihad". "Lo cual significa que tenemos un liderazgo, con un solo gobierno", aseveró Qassem.

Financiación

El gobierno iraní suministra la gran mayoría de los ingresos de Hezbollah. Según la Subsecretaria de Terrorismo e Inteligencia Financiera del Tesoro de EEUU, Irán le proporciona a Hezbollah hasta USD 18.000 millones anuales. Así, ayuda a desarrollar la organización para impulsar su propia capacidad de desplegar revolucionarios armados entre los bastiones chiítas en el Líbano, Yemen y Siria.

El apoyo financiero y militar iraní en gran parte llega a Hezbollah a través de la Fuerza Al-Quds, la rama de élite de la Guardia Revolucionaria. En 2009, Mohammed Raad, entonces líder del "Bloque de lealtad a la resistencia" de Hezbollah en el parlamento libanés, reconoció que Hezbollah había recibido fondos de Irán para operaciones militares, pero también para "atención médica, educación y apoyo a las viudas de guerra".

En junio de 2016, Nasrallah negó que Hezbollah tenga empresas comerciales externas o fuentes de ingresos distintas a Irán. "Estamos abiertos al hecho de que el presupuesto de Hezbollah pueda incrementarse, no obstante, sus gastos, sus armas y cohetes, provienen de la República Islámica de Irán", dijo en un discurso emitido públicamente. En respuesta a las sanciones financieras de EEUU, Nasrallah advirtió que "mientras Irán tenga dinero, nosotros tenemos dinero. Así como recibimos los cohetes, estamos recibiendo nuestro dinero". Ninguna ley nos impedirá recibirlo.

Actividades criminales transnacionales

En octubre de 2018, el fiscal general de los Estados Unidos, Jeff Sessions, designó a Hezbollah como una de las principales amenazas criminales transnacionales. Contrariamente a las declaraciones de Nasrallah de que Hezbollah no tiene fuentes de ingresos aparte de Irán, el grupo está presente en actividades delictivas transnacionales, principalmente en el Área de Triple Frontera de Sudamérica (TBA). Estas actividades incluyen el tráfico de drogas, el robo de propiedad intelectual y el lavado de dinero. Además, muchos musulmanes y expatriados libaneses en la región envían dinero a Hezbollah. Según un líder de la Mezquita en Ciudad del Este, Paraguay, las mezquitas chiítas tienen "la obligación de financiar" a Hezbollah.

Varias agencias de seguridad de América Latina calificaron a la base más importante de Hezbollah de TBA fuera del Líbano. Según un informe gubernamental regional, Hezbollah recibe aproximadamente USD 30 millones al año de sus actividades en América Latina. El dinero se utiliza para mantener la estructura militar y financiar actividades en el Líbano y la diáspora.

Hezbollah ha establecido una red global para transportar cocaína a los Estados Unidos y Europa, según la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA). La red mantiene relaciones comerciales con los cárteles de la droga latinoamericana, especialmente con México, Colombia y Venezuela.

Las autoridades sudamericanas también han investigado a Hezbollah por varias actividades ilícitas en el continente. En mayo de 2013, la policía brasileña arrestó al miembro de Hezbollah Hamzi Ahmad Barakat bajo sospecha de estafar a los inmigrantes libaneses recién llegados a través de una red de compañías. En 2002, la policía arrestó al hermano de Barakat, Assad Barakat, por usar su tienda de electrónica para recaudar fondos para Hezbollah. En 2008, las autoridades colombianas arrestaron a miembros de un cartel de la droga que presuntamente contrabandeaban cocaína a los Estados Unidos, Europa y el Medio Oriente, mientras lavaban cientos de millones de dólares y enviaban un porcentaje a Hezbollah. En septiembre de 2018, Assad Barakat fue arrestado por autoridades brasileras por lavar 10 millones de dólares para Hezbollah en jurisdicción de Argentina y Brasil.

En agosto de 2012, las autoridades de los Estados Unidos incautaron USD 150 millones del Banco Canadiense Libanés, al que acusaron de lavar dinero de una red internacional de contrabando de automóviles que recaudó dinero para Hezbollah. En julio de 2014, el Departamento del Tesoro de EEUU sancionó a una red de compañías en el Líbano, los Emiratos Árabes Unidos y China por supuestamente adquirir motores, equipos de comunicaciones para Hezbollah de compañías estadounidenses, europeas, canadienses y asiáticas.

La comunidad libanesa de ultramar reporta USD 2,5 millones al Líbano anualmente. Varios expatriados chiítas libaneses se han encontrado sujetos de sospecha debido al uso de Hezbollah de su comunidad. Unos 400.000 expatriados libaneses viven en los países del golfo árabe. En febrero de 2017, Arabia Saudita expulsó a más de 90 chiítas libaneses acusados de tener vínculos con Hezbollah. El mes siguiente, Bahréin, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos expulsaron a otros 120 chiítas libaneses por sus actividades criminales en favor de Hezbollah.

En 2012, el Comité de Seguridad Nacional de los Estados Unidos informó que la mayoría de los acusados por delitos federales vinculados a Hezbollah "han sido ciudadanos libaneses o ciudadanos estadounidenses naturalizados originarios del Líbano". Las autoridades estadounidenses han acusado a Hezbollah de utilizar expatriados chiítas libaneses para negociar contratos con los jefes de la delincuencia de México para usar las rutas de la droga para contrabandear armas, personas y drogas a los EEUU.

En 2008, las autoridades mexicanas condenaron a 60 años de prisión a Salem Boughader Mucharrafille, por contrabandear a EEUU unos 200 inmigrantes libaneses, incluidos simpatizantes de Hezbollah. Entre esos contrabandeados al EEUU se encontraba Mahmoud Youssef Kourani, un carpintero libanés que admitió haber recaudado USD 400.000 para Hezbollah dentro de los EEUU. En 2005, Kourani recibió una sentencia de cuatro años y medio por conspirar para brindar apoyo material a una organización terrorista.

De acuerdo con Consejo Asesor de Seguridad Exterior del Departamento de Estado de Estados Unidos, los miembros de la gran comunidad libanesa de Costa de Marfil también son "conocidos por proporcionar apoyo financiero a Hezbollah". Un estudio de 2014 por el Instituto de Estudios de Seguridad en África encontró que las comunidades libanesas en Costa de Marfil son un "objetivo principal en los esfuerzos de Hezbollah para recolectar recursos financieros adicionales". En los EEUU las autoridades arrestaron al ciudadano estadounidense naturalizado Ali Kourani (hermano de Mahmoud) en junio de 2017 por brindar apoyo material a Hezbollah. Kourani declaró que Hezbollah lo reclutó en 2008 porque tenía Green Card estadounidense.

Sanciones financieras

En diciembre de 2015, el gobierno de EEUU aprobó la Ley de Prevención de Financiamiento Internacional de Hezbollah (HIFPA, por sus siglas en inglés). La legislación convirtió a las redes financieras y logísticas de Hezbollah en un objetivo de la política de los EEUU para bloquear la capacidad de esa organización para financiar sus actividades terroristas globales. La legislación amenaza con imponer sanciones a cualquier institución financiera que se ocupe de Hezbollah o su brazo de medios de prensa y comunicación. Tras la aprobación del proyecto de ley, los bancos libaneses se negaron a abrir nuevas cuentas para los miembros de Hezbollah. Sin embargo, un experto bancario dijo a Infobae desde Beirut que "Hezbollah mantiene su propio sistema bancario, y que en este momento no se vería afectado por la legislación estadounidense".

Los legisladores libaneses han tratado de presionar al Congreso para que suavice las sanciones contra Hezbollah debido a la amenaza a la economía del Líbano. El primer ministro libanés, Saad Hariri, ha argumentado que las sanciones a las instituciones financieras vinculadas a Hezbollah aumentarán las dificultades económicas para los ciudadanos libaneses.

El gobierno de los EEUU aprobó la Ley de Enmiendas para la Prevención de la Financiación Internacional de Hezbollah en octubre de 2018. La enmienda establece que la ley de sanciones se dirige a las personas físicas y jurídicas que apoyan a sabiendas al grupo terrorista. También se dirige a las redes criminales transnacionales afiliadas a Hezbollah. En agosto de 2018, el gobierno de los EEUU renovó las sanciones financieras contra Irán que se habían levantado anteriormente en virtud del pacto nuclear internacional de 2015. El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, rechazó las nuevas sanciones contra el principal patrocinador de Hezbollah y prometió que el apoyo iraní al grupo terrorista continuará.

Actualmente el gobierno de los EEUU también ha aumentado la presión financiera sobre las redes de Hezbollah en Latinoamérica con sanciones contra los recaudadores de fondos y networkers de Hezbollah en el zona de la triple frontera de Brasil, Paraguay y Argentina. En 2018, Argentina impuso sanciones financieras a los miembros del Clan Barakat, una red criminal de apoyo financiero de Hezbollah en la Triple Frontera dirigida por el ciudadano libanés Assad Ahmad Barakat, designado como financista del grupo terrorista por EEUU. La medida marcó el precedente y fue la primera vez que Argentina impuso sanciones contra Hezbollah. La policía brasileña arrestó a Barakat en septiembre fue deportado a los Estados Unidos, actualmente se encuentra a la espera de sentencia judicial.

Por estas horas, el gobierno de la República Argentina ha dado un gran paso en materia de lucha contra el terrorismo, las redes de lavado, la trata de personas y el narcotráfico en la región. Es de esperar que muchos de sus vecinos sigan esa valiente decisión del presidente Mauricio Macri. Si lo hacen, Latinoamérica será un mejor lugar.