En la primera entrega del especial de los estadios del rock en la Argentina afirmamos que Obras Sanitarias es la casa del género por excelencia en nuestro país. Allí tocaron todos los artistas argentinos que hacen o hicieron esta música y es un recinto en el que se realizaron distintos conciertos internacionales. Sin embargo, si nos trasladamos a las canchas de fútbol, sea quizás la de Ferro Carril Oeste la que ocupe ese lugar de privilegio.
“El templo de madera”, como llamaban los hinchas del club al Arquitecto Ricardo Etcheverri -ahora “El templo”-, fue el último estadio de tablones de la ciudad y está ubicado en el centro geográfico de Buenos Aires. Ese sitio inmejorable respecto al acceso hizo que sea elegido por los productores musicales a comienzos de los años ’80, cuando el rock se masificó y llegó a los campos de fútbol.
El artista que inauguró Ferro para los conciertos rockeros fue Charly García. El 26 de diciembre de 1982, el hombre del bigote bicolor sería protagonista de uno de los shows más importantes de la historia de la música argentina; y hay varias razones para validar esa afirmación: fue el primer concierto solista del cantante -que ya había disuelto Serú Girán- y el primero de un músico de rock argentino en un estadio de fútbol. Hacemos la aclaración de artista argentino porque, por ejemplo, ya había actuado Queen en Vélez, Rosario Central y Mar del Plata en 1981.
Ese fin de año del ’82, apenas seis meses después de terminada la Guerra de Malvinas, el ex Sui Generis presentó Yendo de la cama al living, su primer disco en solitario, ante más de 25.000 personas. Desplegó un repertorio que ya contaba con varios hits y se despidió en medio de un “bombardeo” que tiró la escenografía, en clara alusión al nombrado conflicto bélico, que además quedó inmortalizado en su obra a través de la canción “No bombardeen Buenos Aires”.
Fue una noche histórica por donde se la mire. El recital fue grabado por Canal 9 bajo el título de “Los exclusivos del 9” y transmitido -en diferido- con la conducción de Juan Alberto Badía y el acompañamiento del propio Charly, que analizó su performance en diálogo con el locutor. Otro dato es que ese día hizo un calor agobiante en Buenos Aires. Sin embargo, nada impidió que se desatara la fiesta por la noche.
"Yendo de la cama al living", "Quizás porqué", "Desarma y sangra", "Pubis angelical", "Canción de 2×3", "No llores por mi Argentina", "Hipercandombe", "Yo no quiero volverme tan loco" e "Inconsciente colectivo" fueron algunas de las piezas que se escucharon en Caballito.
Charly volvería a tocar en Ferro varias veces más, como por ejemplo en 1991, apenas salido de una internación por drogas. Esa jornada también quedó en el recuerdo dado que ingresó al escenario arriba de una ambulancia, en una clara referencia a su estadía en una clínica porteña.
Ya más aquí en el tiempo, en 2004, protagonizó otro inolvidable show en el marco del Quilmes Rock. Su interpretación de “Seminare” bajo una lluvia torrencial -cinco años antes del famoso “Concierto Subacuático” en Vélez- emocionó a todos los presentes y quedó registrado en un video que se viralizó en YouTube.
Dejando de lado al prócer del rock nacional, otros grupos y artistas locales de renombre desfilaron por el escenario de Caballito. Son los casos de Los Abuelos de la Nada, Luis Alberto Spinetta, Pappo, Los Piojos, Ciro y Los Persas, Hermética, 2 Minutos, Rata Blanca, Divididos, Las Pelotas, Los Pericos, Estelares, Catupecu Machu y Babasónicos, entre tantos otros.
Un párrafo aparte merece la organización del Festival Rock & Pop Alternativo de 1996, donde actuaron bandas de la talla de Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs, Illya Kuryaki and the Valderramas, Los Brujos, La Renga, Bersuit, Massacre, Los 7 Delfines y los mencionados Divididos y Babasónicos.
En el plano internacional, hubo un grupo que acaparó toda la atención con sus presentaciones en Ferro: The Cure. Marcelo Lamela, en su libro “Rock Is Here: Buenos Aires. La guía definitiva para conocer los lugares históricos del rock”, sostiene que, aunque en realidad fueron dos los recitales en el club de Caballito en 1987, para todos quedó en la memoria como “el show de The Cure en Ferro”.
El autor recuerda que la violencia que vino de una parte del público hizo que el cantante Robert Smith escribiera en su diario personal: “Afuera, el campo no tiene nada que envidiarle al centro de Beirut”. Es que pasó de todo: se prendieron fuego puestos de comida, se escucharon disparos de armas de fuego, hubo feroces golpizas a perros de la Policía y un vendedor de panchos murió a causa de un paro cardíaco.
A propósito de todo el desbande, Smith agregaba en sus escritos: “En la mitad del set hay varios uniformados con fuego en sus cuerpos, con la mayoría de sus camaradas refugiándose bajo el escenario de la incesante y despiadada lluvia de monedas, piedras, butacas y vasos”. Fue una guerra, una verdadera batalla campal que con los años creció en mitos y leyendas urbanas.
Otro grupo internacional que actuó en Ferro fue Iron Maiden, y lo hizo en diferentes años: 1992 y 2008. Además, en el marco del Monsters of Rock Festival de 1995, se presentaron Faith No More, Ozzy Osbourne y Megadeth, entre otros.
También desfilaron por el estadio Guns N’ Roses, Pearl Jam, Jimmy Page, Robert Plant y el recordado David Bowie, quien cerró el Festival Rock & Pop de 1997. El compositor británico presentó en Caballito Earthling, su vigésimo disco de estudio.
Con el paso de los años, muchos de los conciertos masivos se mudaron a River Plate y luego al Estadio Ciudad de La Plata pero, sin dudas, la envergadura de estos nombres hacen de Ferro Carril Oeste uno de los grandes escenarios del rock en Argentina.
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