El festejo de Wanda Nara por dentro: shows privados, invitados famosos y un oso gigante para una noche eterna

En medio de su conflicto con Mauro Icardi, la mediática organizó un megacumpleaños en su casa de Santa Bárbara. Actuaron Karina La Princesita y su novio L-Gante, con quien protagonizó un divertido piletazo

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Wanda Nara festejó a pleno sus 38 años

Wanda Nara, la mujer que hace años transformó su vida en un espectáculo mediático de lujo, excentricidad y controversia, cumplió 38 años este martes 10 de diciembre. Lo hizo a lo grande, con una fiesta de dimensiones cinematográficas en su mansión del exclusivo barrio Santa Bárbara, donde el brillo y el estruendo lograron opacar, al menos por una noche, el escándalo judicial que aún la mantiene enfrentada con Mauro Icardi.

Desde las primeras horas, los allegados a la empresaria, modelo y figura televisiva, estuvieron en los detalles de la celebración. Porque nada en su vida —ni en sus fiestas— queda librado al azar. Los globos, grandes y relucientes, dominaban cada rincón. Tonalidades rosas y negras, destellos metálicos y figuras brillantes transformaron el lugar en un palacio efímero de fantasía, una postal perfectamente calculada para Instagram. Las imágenes, replicadas en las redes sociales, mostraron escenas de un festejo monumental donde la realidad y el showbiz se confundieron hasta perderse.

En las historias de cada uno de los famosos presentes, las escenas son elocuentes: Karina La Princesita fue una de las grandes protagonistas de la noche. La cantante, que atraviesa un momento de resurgimiento artístico, desplegó su voz para encender los ánimos. Junto a ella, L-Gante, confirmado como pareja de Wanda Nara, subió al escenario para sumar sus éxitos al repertorio festivo. “Pa’ que sepan quién manda”, podría haberse escuchado entre los versos de cumbia y RKT que dominaron la pista de baile.

A través de las redes sociales, los invitados compartieron cada una de las instancias del cumpleaños de Wanda Nara

La pista, por cierto, no paró nunca. El show de Andy también animó la velada y cuatro DJs se alternaron de manera continua, garantizando un flujo sonoro ininterrumpido, donde los ritmos electrónicos se fusionaron con clásicos del pop y cumbia. La intención era clara: que nadie se quede quieto. “Fiesta de una noche eterna”, escribió uno de los asistentes junto a una selfie, mientras detrás se intuían los reflejos de las luces y el sonido atronador de los parlantes. Entre los asistentes famosos estuvieron Marley, Andrea del Boca, Donato de Santis, Vero Lozano, Jesica Cirio, Maru Botana, Majo Martino, Romina Uhrig, Stephanie Demner y Flor Álvarez, entre otros, además de su familia -incluido su padre Andrés, en una tregua de su relación- y amigos más cercanos.

Hubo más. Porque si Wanda Nara hace algo, lo hace en grande. En el salón central apareció un oso gigante, una figura animada que, con su tamaño desmesurado y su misticismo visual, capturó las miradas de todos. Un símbolo extravagante, casi onírico, que parecía resumir en su presencia la esencia de la noche: un derroche sin límites, donde el lujo, lo bizarro y lo espectacular convivían en perfecta armonía. Pero allí no terminó todo, claro, porque estando la pileta allí, era lógico que la pareja terminara dentro.

La lista de invitados fue otro elemento clave. Personalidades del espectáculo, del deporte y del mundo digital desfilaron con atuendos que bien podrían haber salido de una gala de premiación. “Todo lo que te imagines, está acá”, comentó un asistente al mostrar el ambiente festivo en sus redes. Brillos, disfraces y máscaras aportaron una cuota de teatralidad que intensificó el carácter irreal de la velada.

Música, amigos y hasta un chapuzón en la pileta fueron parte del cumpleaños de Wanda Nara

Sin embargo, la fiesta también fue una declaración. La conductora de Bake Off no solo celebró su cumpleaños, sino que reafirmó su lugar como figura omnipresente en el mundo del espectáculo argentino. Pese a los conflictos judiciales con Mauro Icardi, pese a los rumores y los titulares, Wanda decidió que el festejo debía ser una celebración de poder. Porque, en su universo, nada es más importante que la imagen de victoria que proyecta.

En Santa Bárbara, la noche terminó con el amanecer. Globos caídos, disfraces tirados y restos de brillo en el aire daban cuenta de lo vivido: una fiesta como pocas, una declaración de intenciones en forma de música, luces y espectáculo.

Un rato antes de todo esto, en LAM (América) la captaron a Wanda llegando a su propio festejo en la víspera, ya que su nacimiento fue el 10 de diciembre de 1986. A bordo de una camioneta gris, la mediática se detuvo ante el requerimiento del movilero y contestó brevemente algunas preguntas a Ángel de Brito, quien le hablaba desde el piso de su programa.

Nadie quiso quedar al margen de la celebración

“¿Querés hablar un minuto con él?”, propuso el cronista. Y la primera reacción de la hermana de Zaira Nara fue negarse a la nota. “No, no, estoy llegando tarde a mi cumple...”, dijo. Sin embargo, ante el retén de control en el barrio se frenó y cambió de idea, colocándose en el oído el retorno para oír las preguntas desde el piso. “¿Qué hacés, Wanda? ¿Por qué llegaste tarde a tu cumpleaños, dónde estabas?”, quiso saber el conductor del ciclo de América. “Estaba cambiando a mis cinco hijos...”, respondió ella con notorio desgano.

“Recién le preguntábamos a Elián qué van a hacer para las fiestas de fin de año”, apuntó de Brito. “Todavía no planificamos nada. La verdad que no hay nada armado, no sé...”, dijo la mediática. “Te amigaste con tu papá...”, mencionó el animador en cuanto al tenso vínculo que Wanda mantenía con Andrés Nara. “Hace rato que estoy muy bien, hace bastante. La verdad que la familia es siempre familia”, contestó ella. Cabe destacar que minutos antes, el movilero había entrevistado al padre de la conductora, cuando llegaba al festejo de cumpleaños, y él mismo había contado que ya se habían reconciliado “desde hace un tiempo”.

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