Pablo, ex Cuestión de Peso, bajó 150 kilos y necesita trabajo: “Estuve prácticamente muerto, hice el esfuerzo y me siguen discriminando”

En diálogo con Teleshow, habló de cómo una cirugía reconstructiva de piernas mejoraría su calidad de vida y de la importancia de visibilizar su caso, ya que muchas obras sociales no aprueban la intervención por considerarla “estética”

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Pablo Bragale, ex Cuestión de peso
Pablo Bragale, ex Cuestión de peso

“Obeso en recuperación, 145 kilos bajados y 2 años de mantenimiento #GraciasPorTanto”, se presenta en algunas de sus redes sociales Pablo Bragale y en una aplicación a través de la cual realiza una colecta para la “reconstrucción” de sus piernas, explica: “Los colgajos y el linfedema no me dejan vivir, no es por estética, es por salud”.

En el 2017 Pablo fue uno de los participantes del ciclo Cuestión de Peso conducido, en esa edición, por Fabián Doman. “Me anoté porque ya había hecho hace mucho el tratamiento en la clínica de Cormillot y me había ido bien pero, por esas cosas de la vida, dejé. Sabía que me servía y el programa era la única forma de poder acceder”, contó a Teleshow. Allí ingresó con 217 kilos -tras haber alcanzado los 240- y se fue con 165. Y siguió bajando: desde que terminó el ciclo hasta hoy, aún con la atención de la Clínica, ya se mantiene en un peso saludable de 90 kilos.

Pablo Bragale, ex Cuestión de peso, antes, durante y después del programa
Pablo Bragale, ex Cuestión de peso, antes, durante y después del programa

“Después del programa seguís con el tratamiento, es como una beca, coordina todo Sergio Verón, la semana pasada, por ejemplo, tuve nutricionista. Ahora estoy bien de peso. Pero necesito una mejor calidad de vida”, dijo y es justamente por eso que busca contar su historia, porque como él, hay muchos “Pablos” que necesitan ayuda.

Se hizo la cirugía bariátrica y luego en el 2020, ya asociado a PAMI, comenzó los trámites para que lo autoricen a realizarse una operación reconstructiva de sus piernas: “Tengo que pedir una vía de excepción, porque consideran que es una operación estética, pero en realidad se hace para tener una mejor calidad de vida, por ejemplo, puede quedar suciedad entre los colgajos e infectarse”.

El mencionado trámite, que ya de por sí suele tardar alrededor de un año, demoró aún más por la pandemia. Pero en el mientras tanto, además, tiene que hacer terapias que constan de medicamentos y de sesiones de drenaje linfático y presoterapia, que mensualmente superan los 20 mil pesos. “Tengo que seguir con tratamiento de linfedema -inflamación en una extremidad ocasionada por una obstrucción del sistema linfático- que es algo crónico. Eso me dejaría preparadas las piernas para cuando me hagan los exámenes para ver si me puedo operar, si dejo de cuidar mis piernas sería más complicado”.

Bien sabe que al haber pasado por el ciclo, su caso podría tener visibilidad, pero no es por él que cuenta su historia: “Yo puedo armar una colecta y operarme, aunque no son dos pesos, pero quiero poner esto en agenda, fogonearlo, porque le pasa a mucha gente que necesita sacarse los colgajos y las obras sociales no le aprueban la cirugía. Quiero sentar un precedente y que esto no sea para mí. Lo ideal es que se lo cubran a todos los que lo necesiten”.

Pablo Bragale, ex Cuestión de peso, en el casamiento de Marcos, ex compañero de programa, con Luisito
Pablo Bragale, ex Cuestión de peso, en el casamiento de Marcos, ex compañero de programa, con Luisito

Más allá de lo administrativo, hay que contemplar también cuestiones clínicas de cara a la operación: “Hay médicos que tienen miedo de sacar alguna vena con el colgajo, algún vaso linfático. Por ejemplo, vi a dos médicos que me dijeron que sí me operarían y otros dos que no, quiero buscar la opinión de un quinto”. Lo más seguro es que si puede operarse, que luego tenga que realizar también un tratamiento.

Para él, este cambió no solo se reflejaría en una mejora en su salud física. Desde hace varios años Pablo, que está cursando el profesorado de Historia, busca trabajo y no consigue. Llega a las entrevistas y a la hora de los preocupacionales, la oportunidad queda en la nada. “Cuando voy a los exámenes psicofísicos me dicen que tengo una complicación, he ido recomendado a un call center, donde estaría sentado, pasé la etapa de entrevistas y no quedé, te rebotan”, contó desesperanzado mientras reafirma sus ganas de trabajar “de lo que sea”.

Ahora tiene una pensión derivada de sus padres, que fallecieron. “Eso me permite pagar el alquiler, tratamiento y con lo poco que queda vivir. Pero quiero trabajar, no quiero quedarme en mi casa”, dijo e insistió: “Quiero y necesito trabajar. Hubo años que estuve prácticamente muerto antes de Cuestión de peso, eso no era vivir y me movía, tenia changas, fui administrativo hasta que el cuerpo no me dio mas. El cuerpo hoy me da, pero hice el esfuerzo y me siguen discriminando y yo estando en mi casa pasivo”.

Pablo Bragale, ex Cuestión de peso, hoy se siente bien y quiere trabajar pero no consigue una oportunidad
Pablo Bragale, ex Cuestión de peso, hoy se siente bien y quiere trabajar pero no consigue una oportunidad

Aunque usa su tiempo para dar charlas referentes al tema, quiere tener un trabajo que le permita vivir y tener una ocupación. “Te seguís sintiendo inútil porque no hacés nada. Se te cerraban antes puertas, y ahora también”, dijo en referencia a que tras haber descendido más de 150 kilos sigue sintiéndose excluido del sistema.

Es que si bien existe una Ley de Obesidad aprobada en el 2008 a partir de la cual muchos tratamientos están incluidos en el Plan Médico Obligatorio, aún queda mucho por lo que trabajar: “La reglamentación no se actualizó. No se pone bien en agenda el tema o hablan militantes de un lado o los médicos, que hablan desde lo clínico, pero nunca llaman a alguien que sufre la problemática, porque es un tema social, se te complican muchas cosas que no se ven y no nos citan a decir qué pasa, es una realidad que hay que mostrar”.

“Uno no está así porque quiere, uno no quería estar postrado, no poder respirar de noche o que la gente me mire y se ría”, cerró al respecto y recalcó que con su testimonio no busca que su su caso sea una excepción y los trámites en el PAMI se aceleren (o no más que los del resto de la gente que, como él, está a la espera de una respuesta) sino poner el tema en agenda, dejando en claro de que no se trata de una cirugía estética, sino de una vía para poder mejorar su calidad de vida.

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