
Nahuel Merlo nació hace 38 años en la ciudad de La Plata, pero desde hace una década que vive en Mar del Plata, donde se desempeña como fisioterapeuta con pacientes de avanzada edad y trabaja en la gestión administrativa del Hospital Interzonal. También es papá de una nena a la adora y a quien le dedica todo el tiempo posible. Pero la vida lo sorprendió cuando menos se lo esperaba. Y en la actualidad, fue elegido como el representante argentino en la competencia de Mister Model Internacional cuya jornada final será el próximo 21 de junio en Barranquilla, Colombia.
—¿En qué consiste ese concurso?
—Es la 9ª edición de este certamen que ya se ha hecho en Estados Unidos, en México, en Brasil... Son diez días y se va desarrollando en varias etapas. Una de ellas consiste en mostrar un talento, en otra hay que hacer una pasada de gala, en otra desfilar con un vestuario típico de cada país, hay otra en traje de baño y, así, se van eliminando los participantes. Pero hay una instancia que se define por votación y, ahí, es fundamental que cada lugar apoye a su representante.
—¿Significa que su consagración depende del voto de los argentinos?
—En realidad, si uno no pasa una etapa, con el voto de la gente puede llegar igual a la semifinal. Así que es muy importante el acompañamiento de la gente.
—¿Y cómo fue elegido usted para representar al país?
—Yo venía haciendo varios desfiles en los últimos tres o cuatro meses. Y se ve que un director del certamen ya había puesto el ojo en mí. Así que me llamaron y me preguntaron si me interesaba la propuesta. Y la verdad es que para mí fue muy tentadora. Obviamente, primero me encargué de averiguar bien los detalles y asesorarme. Pero se dieron todas las condiciones para viajar. Fijate que Colombia se hizo cargo hasta de la inscripción argentina, que es de mil dólares.

—¿Cuál es el premio para el ganador?
—Desde el 5º puesto en adelante hay un premio en efectivo y el ganador se lleva 20 mil dólares. Pero, fundamentalmente, es una gran oportunidad para crecer en el modelaje.
—¿Y cómo llega un fisioterapeuta a trabajar como modelo para luego terminar en un concurso internacional?
—En realidad, fue al revés. Primero fui modelo y, después, empecé a estudiar fisioterapia en la Universidad Nacional de La Plata. Yo desde los 16 años que hago distintas campañas, me ha tocado trabajar con Cristian Sancho y Gonzalo Heredia, por ejemplo. Y siempre estuve en el ruedo. Pero las dos cosas fueron de la mano. De hecho, en muchos momentos, el modelaje me ha ayudado a pagar los gastos mientras estaba en la facultad.
—¿Se gana mejor como fisioterapeuta o como modelo?
—¡Depende! En estos tiempos, como fisioterapeuta (se ríe). Aunque tampoco se gana tanto, vamos a decir la verdad...
—Y dígame, en el año 2025, ¿No siente que atrasan un poco los concursos de belleza? Porque aunque se hable de un representante y se muestren talentos, siempre se termina priorizando el aspecto físico...
—Ya el hecho de que me hayan convocado a mí, con 38 años, creo que marca un cambio. Yo nunca pensé que, a esta edad, me iban a llamar para un certamen así. Y, sin embargo, me tuvieron en cuenta. Obviamente, uno tiene que mantenerse bien físicamente. Pero también tiene que prepararse en otros aspectos. Yo ahora estoy con clases avanzadas de oratoria, porque también es clave cómo se maneja uno con el jurado y frente al público. Es verdad que, si hablamos solo de un concurso de belleza, es un poco superficial. Pero, en este caso, la competencia abarca un poco más que la apariencia.

—¿O sea que usted no se siente cosificado?
—Al desfilar y hacer campañas, es como que ya lo tengo naturalizado. No sé, quizá sea la costumbre lo que me lleva a no pensar tanto en eso. Pero sí, en realidad, uno siempre queda como cosificado, medio expuesto...
—¿Y cómo lo lleva?
—No me afecta. Obviamente, uno escucha las críticas. Porque cuando es todo lindo y son halagos, uno está bien y la opinión de los otros lo ayuda. Pero cuando hay comentarios negativos también hay que bancarlos. En este caso, mi teoría es que me eligen para representar al país, por lindo o por lo que sea, pero cada uno tendrá su campana y yo tengo claro mi camino.
—Seguramente esto le abrirá las puertas del modelaje internacional...
—Exactamente. De hecho, me me han comentado que quizás el que no gana hasta termina trabajando más que el que se consagra en la final. Pero bueno, es cuestión ver que que es lo que pasa.
—Usted tuvo algunos romances con chicas del medio, ¿Cuál es su situación sentimental actual?
—Salí dos meses con Flor Cabrera el año pasado y, de enero a marzo, tuve una relación con Magalí Mora. Pero ahora estoy soltero.
—Imagino que en sus redes debe tener muchas propuestas, ¿Le gusta eso o prefiere encarar usted?
—No, yo no encaro. Soy bastante tímido en ese sentido... No sé si estará bien o mal, pero dejo que la cosa fluya.
—¿Y le gustaría estar con alguien?
—La realidad es que estar en pareja es un estado que me gusta mucho. Soy muy partidario de la compañía, de la familia. Pero, para ser honesto, hoy no me queda mucho tiempo libre como para poder dedicarme a estar con alguien más.

—Tiene una hija, ¿Verdad?
—Sí, soy papá de Emma, de 10 años.
—La tuvo de muy joven...
—Tenía 27 cuando ella nació. Y me separé de la mamá cuando tenía un añito. Pero somos muy pegados. La verdad es que, ante todo, soy muy papá. Antes que cualquier otra cosa, lo más lindo para mí es ser padre y es el rol que mejor sé llevar. Sin dudas. Como fisioterapeuta o como modelo, puedo tener miles de críticas. Pero en lo que respecta a mí hija, es donde más seguro estoy. Somos muy compañeros y, por suerte, tengo una increíble relación con su mamá y su actual pareja.
—Eso es muy sano, sobre todo, para la nena.
—Tal cual. Y nosotros tenemos una familia hermosa. De hecho, pasamos fiestas todos juntos, lo cual habla del buen vínculo que logramos por el bien de Emma.
—¿Qué opina su hija de su irrupción en este concurso?
—Hemos hablado de este tema, porque justo he tenido llamados con los organizadores de Colombia, que estaban muy contentos porque la realidad es que Argentina no es de presentarse en estos certámenes. Y, en ese ida y vuelta, se lo comenté y en su inocencia me dijo: “¿Pero por qué vas vos si hay chicos más lindos en el país?“.
—¡No lo puedo creer!
—Sinceridad total (se ríe). Pero es verdad. Así que le expliqué que, en este caso, me me tocó a mí. Así que iremos a ver que qué podemos lograr, pero siempre a modo de risa. Yo no pongo por delante la competencia, sino que voy a divertirme y a vivir la experiencia.
—¿Cómo piensa compatibilizar esto con sus otros trabajos?
—En principio tengo que viajar pocos días, del 10 al 21 de junio, así que no hay problema con eso. Pero si es verdad que, por la convocatoria, estoy viniendo mucho a Buenos Aires para hacer entrevistas, presencias y mostrar la banda para poder promocionar mi participación. Igual lo manejo, porque trabajo con los pacientes hasta el jueves en Mar del Plata y después arranco para acá hasta el domingo. Y estoy muy contento, porque sé que lo que se viene es algo muy lindo.

—¿Se imagina como ganador?
—Uno va con expectativas y se prepara para para llegar a lo máximo que se pueda. Obviamente, me encantaría volver con el triunfo, pero lo más importante es representar bien al país.
—¿Y cuál es el talento que piensa mostrar?
—Estoy tomando clases de canto dos veces por semana. Claramente, no soy cantante. Pero, dentro de mis posibilidades, la verdad es que me sale bastante bien.
—¿De qué género estamos hablando?
—Melódico.
—¿Una especie de Chayanne?
—Pero con menos baile (se ríe). Lo bueno es que, hasta ahora, la repercusión ha sido súper positiva. ¡Incluso entre mis pacientes y compañeros de hospital! Así que me tengo fe.
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