“Mamá, te estoy buscando”: descubrió a los 34 años que había sido adoptada y ahora sigue las pistas de su partida de nacimiento

Los padres de crianza de Laura Mariel Louzau ya están muertos. Un familiar cercano le contó su verdadero origen y su padre adoptivo se lo confirmó. Ahora, con 54 años, está buscando a su familia biológica. “Haré lo necesario para saber la verdad. Es horrible vivir en esta incertidumbre”, relató

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A los 34 años Laura Mariel Louzau, supo que no era hija biológica de sus padres. Desde entonces busca saber la verdad de su origen
A los 34 años Laura Mariel Louzau, supo que no era hija biológica de sus padres. Desde entonces busca saber la verdad de su origen

Hasta los 34 años, Laura Mariel Louzau creyó ser hija biológica de Maribel Luisa Galasso y Osvaldo Luis Louzau. También pensó que tenía tres hermanos varones y que había nacido el 16 de junio de 1967 en la calle Campichuelo, en el barrio de Parque Patricios, como decía su partida de nacimiento. Pero poco de todo eso era verdad. “Crecí en una linda casa en Vicente López, rodeada de mucho amor. Era la menor de cuatro hermanos, la niña sobreprotegida, consentida. La que mis padres desearon tener, aunque también a la que le negaron su derecho a la identidad”, dice Laura o Lala, como le conocen sus seres queridos.

Sus padres adoptivos fallecieron hace casi una década. Y con ellos murió la posibilidad de saber su verdadera historia. “Salvo ellos, nadie en mi casa sabía que era adoptada. De hecho hicieron un pacto de silencio para que jamás me enterara”, le cuenta a Infobae.

La falsa partida de nacimiento tiene un dato revelador: el nombre de la partera
La falsa partida de nacimiento tiene un dato revelador: el nombre de la partera

Laura jamás sospechó de su identidad. Nada para ella levantaba suspicacias en su historia familiar. Percibía en su momento, algo que corroboró después, una diferencia visual: no existía parecido físico entre ella y sus padres y entre ella y sus tres hermanos, que sí eran hijos biológicos de Maribel y Osvaldo. Salvo por la fisonomía y los rasgos, todo lo demás cuadraba. Creyó la historia que no le habían contado y que simplemente había incorporado desde pequeña.

El único indicio que hoy cobra sentido era una pesadilla de su infancia muy recurrente. “Soñaba que una mujer me corría por la calle e intentaba atraparme del pelo. Me despertaba angustiada, se lo contaba a mi mamá, ella me oía y lloraba”, recuerda.

Callar

En 1999, su mamá ya había fallecido de cáncer. Ella ya vivía sola y trabajaba como publicista. Todo transcurría con normalidad. Hasta que se destapó la mentira. “Una prima, la hija del hermano de mi mamá, le contó a mis hermanos sobre el día que me fueron a buscar al Parque Centenario. Ella me veía mal. Quiso develar el pasado. Fue un shock para ellos porque habían sido engañados como yo”, relata.

Frente a la noticia, hablaron con su padre, Osvaldo, quien lo negó durante meses. “Mi padre de crianza había jurado decirme la verdad, se lo había prometido a mi mamá adoptiva antes de morir, quizás creyendo que era ‘lo mejor’”. Hasta que finalmente, el 28 de noviembre de 2001, la citaron desde su entorno familiar para comunicarle la verdad: que era adoptada. “Me enojé mucho. Solo me dijeron eso. Quise hacer una pregunta sobre mi nacimiento y mi viejo no me contestó. La recepción fue espantosa, se desligó. Me dijo ‘tu madre fue la que se encargó de todo’”.

Siguieron varios años de discusiones. Ella les pedía más detalles, pero ellos desaparecían. La relación con Osvaldo se volvió distante y tensa. Por eso, prefirió emprender la búsqueda por sí sola.

Laura Mariel Louzau junto a sus padres adoptivos, Maribel Luisa Galasso y Osvaldo Luis Louzau, quienes ya están muertos
Laura Mariel Louzau junto a sus padres adoptivos, Maribel Luisa Galasso y Osvaldo Luis Louzau, quienes ya están muertos

Pistas

La falsa partida de nacimiento de Laura devela algo de su pasado: tiene el nombre de la partera Gregoria Agra de Pasini. El dato fue clave para avanzar en la investigación. “Sabía que había sido adoptada, pero no comprada por mis padres que me anotaron como propia”.

Según su denuncia, Gregoria Agra de Pasini y Francisca Ofelia Pintos Lemos montaron una red de trata de niños que funcionó, por lo menos entre 1956 y 1980, y cuyo epicentro fue un departamento en Jufré 140, en Villa Crespo, a cuadras de donde entregaron a Lala.

Un grupo de aquellos bebés, hoy adultos, cuya apropiación fue negociada por estas dos parteras ya muertas, se unió para tratar de averiguar el origen de su historia. Ya son más de 40 integrantes que se unen en una página en Facebook. En este período fueron descubriendo prácticas repetidas, que marcaban la existencia de esta red.

La publicación que realizó el 27 de agosto detrás de pistas sobre su identidad
La publicación que realizó el 27 de agosto detrás de pistas sobre su identidad

“Durante varios años dejé de buscar. Había golpeado puertas, recorriendo calles y frente a la poca respuesta me desanimé”, reconoce. Hoy, cerca de cumplir 55, recuperó el entusiasmo y retomó su derecho de conocer su identidad.

Hizo una publicación en su cuenta personal de Facebook que dice: “Tengo 54 años, y a los 34 me enteré que soy adoptada. Nací en la calle Campichuelo 840, en Parque Centenario. Me llegó una versión que podría ser nieta de miembros de la Escuela Científica Basilio”. Aún no se obtuvo ningún indicio, ni datos precisos.

Mientras espera alguna respuesta frente a tanta incertidumbre, hace unas semanas envió una muestra de ADN a la organización Family Tree para recoger más datos de su árbol genealógico. En un mes le llegarían los resultados que contribuirán a desandar el camino para alcanzar su origen. “No voy a bajar los brazos. Haré lo necesario para saber la verdad. Es horrible vivir en esta incertidumbre. Mamá te estoy buscando”, anuncia.

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